Al planear el viaje hubo que tomar una decisión: Bangkok, ¿y qué más? Contábamos con ocho días de nada, así que no daba tiempo material para visitar muchos más sitios. Y, ya que julio es temporada de monzón, optamos por dejar las paradisíacas playas de las islas de Tailandia para otra vida. Nuestro viaje tuvo dos paradas: Bangkok y Chiang Mai, en el norte del país.
Si la ola de calor de estos días os parece insoportable, una cosa os digo: en Bangkok es peor. Calor húmedo, bochornoso y pegajoso. El cielo siempre encapotado pero no llovía, como mucho caían cuatro gotas a última hora de la tarde. Empecé a plantearme si el monzón no era tal, sino una mala traducción del tailandés, un idioma con palabras larguísimas y un alfabeto de 44 consonantes, 15 vocales escritas con unas letras que parecen un montón de dibujitos idénticos entre sí:
¿Y si alguien tradujo calabobos por monzón y se ha quedado así hasta hoy?
El calor, aunque agobiante, me lo esperaba. Lo que no me esperaba para nada era encontrarme la ciudad repleta de retratos del rey Rama X, cuyo nombre completo es, atención: Maha Vajiralongkorn. Templos con cuadros del rey al lado del Buda, retratos de la reina madre rodeados de banderas y enmarcados con bien de dorados...:
...pero también funcionarios engalanados ensayando no se sabe muy bien qué. La Lonely Planet ya había avisado en ese prólogo de 40 páginas que yo me leí y me quedé tan ancha (lo he vuelto a hacer, he vuelto a irme a un país lejano, muy lejano, con la información justa) que los tailandeses respetaban mucho la figura de su rey, pero, ¿tantísimo?
Luego averiguamos que había un motivo: el aniversario de Rama X, que en realidad se llama Maha Vajiralongkorn, pero que podemos llamar, de forma cariñosa, Orejas I:
Tío sexy.
Al rey se le dedican eternos boletines informativos consistentes en Orejas I inaugurando tantas cosas que hacen que el NO-DO parezca "Salvados". Además, cuando suena el himno (yo lo he oído, es épico, con crescendo final, haría un buen papel en Eurovisión) te indican, muy amablemente, que te tienes que levantar, y todo el mundo lo escucha en silencio, mientras se emiten en una pantalla gigante imágenes de Orejas I abrazando a niños, poniendo la primera piedra de alguna obra o saludando a monjes budistas.
Pero Orejas tiene un pasado. Que yo, por supuesto, no he averiguado hasta que he vuelto a casa y se me ha ocurrido empezar este post hablando de él.
Su padre, Bhumibol Adulyadej, ascendió al trono en 1946, después de que su hermano muriera a causa de un misterioso disparo en el Palacio Real (uy, esto me suena familiar, ¿a vosotros no?). Durante decenios, Bhumibol se gana al pueblo tailandés visitando zonas rurales e implicándose directamente en temas relacionados con la agricultura, la educación y la economía. En los años 90 dos militares se disputan el poder y varios manifestantes son tiroteados por uno de ellos. Rama IX, que es su nombre oficial, interviene y se convierte en símbolo de concordia y diálogo (esto también suena familiar, ¿verdad?). Pasan aún más años y Bhumibol Adulyadej, que significa "fuerza de la tierra, poder incomparable", sigue en el poder, parece eterno. O eso debía pensar su único hijo varón, Maha Vajiralongkorn, ya un señor de la edad de Carlos de Inglaterra, pero de formas bastante menos británicas. Maha tenía fama de excéntrico y de playboy, solía vivir en Europa y hacía lo que le apetecía, que venía siendo casarse mucho y tener hijos. Su cómputo a día de hoy es de tres esposas, tres hijos legítimos y cuatro ilegítimos.
De vez en cuando, se publicaba alguna foto de Maha, paseándose con su churri de ese día, llevando top ombliguero y vaqueros bajos de esos que marcan la hucha. En Tailandia se suceden los golpes de estado, casi veinte, pero Rama IX sigue en su sitio, imperturbable, como único elemento estable del país, cultivando su imagen de padre de la nación y, de paso, amasando una fortuna enorme, de 22.600 millones de euros, según la revista Forbes (y esto de acumular dinerito a la chita callando también nos suena, ¿a que sí?).
Pero por mucho que su hijo pensara que Rama IX era eterno, resultó que no lo era. Muere en 2016 y Maha, Orejas, ahora Rama X, sube al trono. Se dedica a posar para miles de retratos o a inaugurar pantanos y dar la mano a niños y monjes budistas, y si algún día le pillan haciendo lo que a él le apetece, pues no pasa nada, el gobierno tailandés interviene, y listo.
Tuve que esperar a la segunda parada del viaje, a Chiang Mai, para conocer al auténtico monzón:
Pues va a ser que era monzón, y no calabobos.
4 comentarios:
¡El tío tenía 64 años cuando se puso el top ombliguero! Exijo un posado a dúo con Ana Obregón, ¡ya!
Posado veraniego en las playas de Phuket, Ko Samui o, mejor aún, Phi Phi, que suena mejor.
La verdad es que yo he tenido suerte en Tailandia, porque el Monzón me ha respetado a tope aunque una de las veces que estuve en Bangkok ya era temporada de monzones. En el sur, en cambio estuve en Febrero que es cuando menos riesgo de duros eventos monzónicos hay. Por otra parte, la realeza tailandesa ha sido muy generosa con Bélgica. En un lago de un parque de Bruselas hay un engendro que parece un invento de TBO que tiene un letrero afirmando que e un reglo del rey Bhumibol, etc, etc. Como contrapartida, hay un puente en Bangkok llamado "el puente de lo belgas". Está en la esquina de Lumpini con la "Wireless road"
Conozco Bangkok y me pilló un chaparrón enorme volviendo a un restaurante a la grupa de un taxista motorista. Habíamos cenado como animales y no llevabamos pasta ni tarjetas. Ninguno. Me dejaron ir con la amenaza de decapitar a mis amigos si no volvía a pagar en 30 minutos. Yo iba preocupadísimo porque se me mojara la visa y no pasara. Si seré paleto que he contado esto mil veces sin llamarlo monzón que le hubiera dado mas color y dramatismo.
Del macarra tatuado del top solo puedo decir que es mas jóven que Mick Jagger y al otro nadie le critica por lucir ombligo.
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