lunes, 31 de diciembre de 2018

Los últimos libros del 2018

El 2018 me ha salido muy lector gracias al cercanías y a que la línea C-1 pasa cuando le viene en gana y no cuando lo anuncian las pantallas o la aplicación de Adif. He leído fundamentalmente entre Sol y Fuente de la Mora, unas veces dentro de los vagones de los trenes, otras en los bancos de los andenes. Pero ojo, que también leo fuera del tren: alguna que otra vez cómodamente tumbada en mi cama, otras sentada en el wáter... Y esto es lo último que he leído:

El gigante enterrado, de Kazuo Ishiguro
Ishiguro es el autor del libro en el que se basa "Lo que queda del día". Recuerdo haberla visto en el cine en su momento y pensar: "vaya rollo". Pero fue culpa mía, que era una cría que no supo apreciar la emoción, la clase y la sutileza de una obra maestra. Luego la volví a ver y reculé y por el buen recuerdo que guardo de "Lo que queda del día", pensé que ya era hora de leer algo de Kazuo Ishiguro.
El libro de espada y brujería adulto "El gigante enterrado", de Kazuo Ishiguro
 Error.

"El gigante enterrado" es, según su contraportada, una novela de espada y brujería pero para adultos. Un "Señor de los anillos" meets "Juego de tronos" pero en serio, con su cosa reflexiva y filosófica. Yo tengo mis reparos con este género que,  demasiadas veces, consiste en gente andando por bosques hasta que, de repente, aparece un dragón. Y en "El gigante enterrado" los personajes andan mucho, muchísimo. Los protagonistas de la novela, una pareja de ancianos, recorren la antigua Gran Bretaña, dividida entre britanos y sajones, buscando la aldea de su hijo y, de vez en cuando, se encuentran con otras gentes y hablan de sus cosas con este estilo tan ameno y directo: "Por mi honor que lo haré, Señor, tenedlo por seguro"; "¿seguro que no os equivocáis, anciano?"; ¿qué pretendéis, señor, apareciendo por aquí con la espada desenvainada?"; "un buen consejo, gracias, señora. Ahora debo callarme o descubrirán que no soy mudo"; "creo, princesa, que mañana podríamos tomar el camino de la montaña sin problema en lugar de ir por el que atraviesa el bosque". 

A mitad de libro me harté de las caminatas de los ancianos, del estilo de relamido cuento moral y de la lentitud de una trama que no parecía arrancar nunca. 150 páginas... y aún no había aparecido el dragón.

Teoría King Kong, de Virginie Despentes
Escribo desde la fealdad, y para las feas, las viejas, las camioneras, las frígidas, las mal folladas, las infollables, todas las excluidas del gran mercado de la buena chica, pero también para los hombres que no tienen ganas de proteger, para los que querrían hacerlo pero no saben cómo, los que no son ambiciosos, ni competitivos, ni la tienen grande. Porque el ideal de la mujer blanca, seductora, que nos ponen delante de los ojos es posible incluso que no exista.

El libro de divulgación feminista "Teoría King Kong", de Virginie Despentes
Hace ya 11 años Virginie Despentes publica este libro, divertido, rápido, ácido y punkarra. Y consigue algo que tiene mucho mérito: que un ensayo, y además sobre feminismo, lo pete. Ayuda mucho el hecho de que Despentes tenga una vida intensa que ella comparte con el lector sin pudor ninguno. Despentes habla de sus fantasías sexuales, de su violación y de la teoría de género y lo hace con garra. Me gusta su cabreo, porque yo también estoy harta de muchas cosas: me cabrea la cantinela de las denuncias falsas, me cabrea el "ni machismo ni feminismo, igualdad" y me cabrea el "los niños son más nobles que las niñas", por decir tres cosas y no trescientas. Y me gusta que alguien dé un golpe en la mesa y diga "basta ya, copón". Sin embargo, hay partes de la teoría que defiende Despentes que no me convencen. No me convence su defensa de la prostitución, que considera un trabajo como otro cualquiera (Virginie es tan punky que asegura que un trabajo normal y corriente es más alienante que prostituirse) obviando que una abrumadora mayoría de las prostitutas no están ahí por elección propia. Pero su defensa de una revolución social que rompa con los tópicos de la buena esposa, la chica sexy, el empotrador y tantos clichés que reducen a las personas a parodias, me encanta.
La rueda celeste, de Ursula K. Le Guin
"La rueda celeste" comienza con una gran idea. Su protagonista es George, un tipo gris, normal, salvo por un pequeño detalle: sus sueños se convierten en realidad, tanto que cambian el mundo, hasta el pasado. Pero George no controla sus sueños en absoluto:

¿Quién soy yo para entrometerme en cómo funcionan las cosas? Y es mi inconsciente lo que las altera, sin la intervención de un control inteligente. Los sueños son incoherentes, egoístas, irracionales, inmorales (...) Los sueños son atajos. 


El libro de ciencia ficción "La rueda celeste", de Ursula K Le Guin
Descubrí a Ursula K. Le Guin el año pasado, con "Planos paralelos". La novela comienza cuando se descubre la manera de viajar a otros planos de la realidad, siempre desde aeropuertos, siempre desde las salas de espera. El resto del libro es un compendio de historias de cada uno de esos mundos, mostrando la imaginación de Le Guin y su capacidad para filosofar usando como base la fantasía y la ciencia ficción. El libro me encantó, me encandiló, me dejó picueta perdida. Y en esta crítica de "La rueda celeste" me estoy enrollando tanto hablando de "Planos paralelos" porque "La rueda celeste" me dejó fría. Tiene un punto de partida interesante, sí, pero su desarrollo no está a la altura, y tampoco la descripción del mundo futuro en crisis que George va cambiando con sus sueños, y no siempre para mejor. Se van sucediendo unos mundos y otros y yo me perdí y, lo que es peor, fui perdiendo interés en la historia conforme ésta iba evolucionando.


Las cosas no tienen propósitos, como si el universo fuese una máquina y cada una de sus partes tuviese una función útil. ¿Cuál es la función de la galaxia? No sé si nuestra vida tiene un propósito, y no veo que eso importe. Lo que importa es que somos una parte. Como un hilo en una tela o una brizna de hierba en el campo. 

El diario de Edith, de Patricia Highsmith
La novela psicológica "El diario de Edith", de Patricia Highsmith
Si por un azar de la vida resulta que nunca habéis leído nada de Patricia Highsmith, una cosita os digo: leedla. Ya. Ahora. Hay libros suyos en las bibliotecas, en las librerías, en Iberlibro, en Amazon, en ebook y en el mercado de segunda mano. Vamos, que no tenéis excusa.

"El diario de Edith" es la historia de una derrota. Edith tiene un marido, un adosado, un hijo, un gato, ilusión por fundar un periódico local... sí, es verdad que su hijo se comporta de manera fría y errática, pero Edith confía en que cambiará con los años. Pero los años solo traen malas noticias a Edith que lo aguanta todo con estoicismo, dignidad y un orgullo exagerado que le impide aceptar ayuda. Su única vía de escape es su diario, donde escribe una vida inventada, alejada cada vez más de la realidad.

Edith trabajó tenazmente, con una actitud de estar-tan-sólo-en-lo-que-se-hace más pronunciada que de ordinario. "No pienses, sigue moviéndote" era el consejo que se daba a sí misma con mucha frecuencia y a veces añadía "No le busques sentido", porque si lo hacía, aunque sólo fuese durante medio minuto, se encontraba perdida, separada de su verdadera ancla, que no era Brett, sino una especie de resignación muy firme. Edith no sabía cómo llamarla, pero sí sabía lo que era, conocía la sensación. Era un sentimiento de seguridad, la única seguridad de la que era consciente ahora, o la única que tenía. 

Estaba su diario, por supuesto.

La novela te atrapa desde el principio, transmite una sensación de que algo terrible va a pasar en la página siguiente. Los personajes de Highsmith no son héroes, ni dignos de admiración, no son ni simpáticos. Son débiles, sorprendentes, ambiguos y por eso mismo te atrapan tanto como la propia trama. Vamos, es lo que viene siendo una escritora como la copa de un pino.

Y vosotros, ¿qué habéis leído en este 2018 que os haya encandilado?



martes, 18 de diciembre de 2018

Consejos para el escritor primerizo

Ya está a la venta mi segundo libro. Menuda frase. Parece como si yo fuera una literata veterana o incluso un youtuber de éxito. Y no. Y tampoco es que me haya pasado el último año escribiendo dos mil palabras al día, como Stephen King. Los dos libros que se publican este año, los dos, los escribí hace tiempo y con ellos he descubierto grandes verdades del escritor primerizo, a saber:

escribir novelas, realidad versus ficción

Gran Verdad Número 1. Publicar cuesta más que escribir.
La de gente que te dice que el triunfo ya es acabar una novela. Y algo de razón tienen. Hay que encontrar una historia que te interese lo suficiente como para dedicarle unas 200 páginas. Luego debes tener fuerza de voluntad y constancia. Hay gente (yo no) que madruga para escribir antes de irse a trabajar. Otros (yo no) prefieren la noche, escribir antes de irse a dormir. Otros (servidora) usamos los fines de semana y el tiempo "entre proyectos" (también conocido como paro) para escribir. Y así, con un método que podríamos llamar "a trancas y barrancas", por fin consigues terminar la dichosa novela. En ese momento descubres que muchas editoriales ni siquiera leen manuscritos no solicitados, que las pocas que los leen tardan meses en contestar (y a veces ni eso) y que las que aseguran que están encantadas de leer a autores noveles suelen dedicarse a la autoedición (vamos, a que pagues por editar tu libro). Siempre te queda la opción de enviar tu novela a un concurso...

Gran Verdad Número 2. El tiempo en el mundo editorial es lento, muy lento.
En el mundo laboral la respuesta a la pregunta, "¿para cuándo lo quieres?" suele ser "para ayer". En el mundo editorial no. Los concursos exigen en sus bases que no muevas el manuscrito por editoriales, ni lo tengas a la espera de resolución en otro concurso y eso lo piden durante los meses que tardan en fallar el premio. Suma tres mesecitos por aquí y tres meses por allá y te acaba pasando como a mí con "Loser". La primera vez que empecé a enviar la novela aquí y allá los personajes se comunicaban... ¡a través de messenger! Pasó tanto tiempo entre un momento y otro, el mundo editorial tardaba tanto en responder que dio tiempo a que la tecnología avanzara y yo tuviera que revisar el texto para que no pareciera una novela histórica.

Gran Verdad Número 3. Escribir está muy mal pagado.
Por fin, llega el momento. Una editorial se interesa por "Loser" y me envía una propuesta de contrato. Pregunto por ahí y me dicen que, si no eres un autor consagrado o alguien a quien hayan encargado un libro (por ejemplo, a los guionistas se les suele encargar la versión novelada de una serie en la que hayan trabajado), el adelanto no existe. Esto significa que no ves un duro hasta que se vendan los libros. Y, ¿cuánto te llevas de las ventas de ese libro que has escrito tú y solo tú? Pues un 10%. Menos incluso si hablamos de géneros de no ficción como el ensayo.

Gran Verdad Número 4. Más vale contrato en mano que concurso volando.
Dejé pasar esa primera oferta porque soy gilipollas estaba pendiente de la resolución de un concurso y, si lo ganaba o incluso si era finalista, iba a conseguir tanto más dinero como más visibilidad. Pero no gané el concurso, la editorial no volvió a dar señales de vida y yo me hice a la idea de que "Loser" se iba a quedar en el cajón. Para entonces ya llevaba un tiempo pensando en escribir otra novela, de estilo similar a "Loser", realista, con humor... pero cambiando a los adolescentes por adultos.

escribir ficción: lo que haces frente a lo que los demás piensan que haces

Gran Verdad Número 5. Ni talento, ni musas, ni leches: cabezonería.
Una novela en el cajón y escribes una segunda, también en tus ratos libres. Te convences a ti misma de que va a ser mejor que la primera porque esa primera en realidad era un borrador, un ensayo, un proceso de aprendizaje... llámalo equis. Y, sin embargo, de vez en cuando sigues enviando la novela a algún concurso, no sea que suene la flauta. Y cuando la flauta suena, suena dos veces en el mismo año. "Loser" gana el premio Cepa y mi segunda novela, que en aquel momento se llamaba "Ruptura antes de Navidad", encuentra editorial.

Gran Verdad Número 6. Tienes faltas gramaticales, shame on you.
Soy leísta. Lo admito públicamente. No lo sabía hasta que "el ganador se lo lleva todo" (actual título de "ruptura antes de Navidad", también conocida como Novela Número 2) pasó por el proceso de corrección y Susana Noeda, la majísima editora de Adeshoras, me mandó las correcciones. Revisar las galeradas, es decir, la versión que va a imprenta, la portada, el dossier de prensa... son las fases previas por las que hay que pasar antes del gran momento: el libro se publica. Ya está todo hecho, ¿no?

presentación de la novela editada por Adeshoras "El ganador se lo lleva todo"

Gran Verdad Número 7. Véndete tú.
Pues no. Queda algo que es aún más difícil que escribir, aún más difícil que publicar: vender el libro. Toca organizar presentaciones, insistir a la gente para que vaya, compartirlo en redes sociales... vamos, ponerse en modo venta ambulante. Y por eso, porque estoy en modo venta ambulante, os hago saber que "el ganador se lo lleva todo" se presenta el jueves 20 de diciembre en la librería Sin Tarima de Madrid y "Loser" el viernes 21 en la librería Letras a la Taza en Tudela, mi pueblo. ¡Venirse!