martes, 6 de abril de 2010

La primera impresión


Un título es, a una película o una serie lo que una primera impresión a cualquier persona. Un mal título equivale a una persona que da la mano blanda, es incapaz de acordarse de tu nombre o habla a gritos e interrumpiendo porque lo único que le interesa es el sonido de su voz, no escuchar lo que nadie más que él tenga que decir.

Algunos títulos son informativos, equivalen a una sinopsis y a veces también a un formato. Por ejemplo, “robo letal”, “un asesino en casa”, “persecución mortal”, “vivir en la mentira” son tv movies de mediodía de ésas que protagonizan actores de “Sensación de vivir” y que sólo tienen dos géneros: el thriller cutre pensado para que sepas quién es el asesino incluso si te echas una siesta durante la película y el drama familiar basado en hechos reales al estilo “diario de Patricia”.

Otros títulos son en realidad un aviso. El traductor ha visto la película y quiere alertar a los espectadores para que no sufran lo que él ha sufrido: “Soñando, soñando, triunfé patinando”, “Dos duros sobre ruedas” o “Rústicos en dinerolandia”.

También están los títulos elegidos por el propio autor, que piensa que ha conseguido resumir la poesía de su película en una sola frase y lo que ha conseguido es un haiku sin ton ni son como “Buda explotó por vergüenza”, “Historia del camello que llora” o “Mapa de los sonidos de Tokyo”.

Este título tiene un pase pero, ¿qué me decís de su eslogan? "El poder pone... y quita"


También en el teatro (esos sitios que parecen cines pero los actores están ahí y se giran y te pueden decir algo si estornudas o te suena el móvil) hay títulos que llaman la atención: “Inés desabrochada”, “vivir así es morir de humor” o “A de Nacho Cano” ¿Por qué ese título?, ¿es que es una biografía de Nacho Cano?, ¿no sería mejor algo que resuma la historia que cuenta el musical? La respuesta es simple, no hay título capaz de resumir la sinopsis de este musical, que es tal que así:

Un niño rubio nace en el seno de una familia gitana que, faltaría más, canta y baila (porque los gitanos son los nuevos afroamericanos), el niño es rubio y la familia está un poco flipada con el asunto hasta que el niño empieza a cantar que te mueres. La familia, avariciosa, vive de él, pero se dan cuenta de que pese a que canta, ni habla ni toca a nadie, ¿será que el niño es autista? No, porque va y le salen branquias (eso sí que es un punto de giro, no “y decide matar a su mujer” o “le cuentan que su padre no es su padre”). El niño resulta ser un enviado por el Dios del mar para enviar un mensaje de amor a la Tierra. Amor, Avaricia, Agua, ¿pilláis el mensaje superprofundo? Aunque por “a” también empiezan otras palabras curiosas como alcahuete, alcayata, aspirina, armadillo y tantas otras, pero que no inspiran a Nacho Cano.

Los títulos de las canciones de este musical, de puro ecléctico, me recuerdan a un álbum recopilatorio de chill out mezclado con un capítulo de “Xena, princesa guerrera” : “Las tablas sumerias”, “la luna, la tierra y los delfines”, “sin alma yo no hablo”, o “mi tumba el mar”. Debe ser un guiño buscado aposta, porque el vestuario es muy Xena meets Mad Max.

Y vosotros, ¿qué títulos recordáis que son en el fondo un aviso para no ver la película o la obra de teatro?
Aún quedan muchos días, pero como sé que es muy probable que tarde en actualizar, os aviso ya de la próxima proyección de "Mañana". Será en la muestra "Mujeres tras la cámara" en Córdoba el día 13 de abril.