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martes, 19 de agosto de 2014

Cómo sobrevivir al Sonorama

Querido Javier Ajenjo, gracias por oír mis sugerencias. Porque es evidente que el organizador del Sonorama Ribera del año 2014 se leyó este post y vio que hacía falta llevar artistas viejunos a los festivales hipsters. Como Paquita la del Barrio no es tan conocida en España como en Sudamérica, Ajenjo optó por alguien mucho más asentado: Raphael.


Todos juntos: ¡¡¡¡¡Qué pasará qué misterio habrá, puede ser mi gran noche!!!!!

Sí, amigos, Raphael ha actuado en un festival indie. Y yo, que me había jurado a mí misma, con un trozo de tierra en la mano y un atardecer de fondo, a lo Escarlata O'Hara, que no iba a volver a ningún festival, he vuelto. Eso sí, durmiendo en hostal, que los campings son para veinteañeros y mayores de 30 que siguen viviendo con sus padres. Las señoritas dormimos en hostal y para las 3 de la mañana estamos que nos caemos de sueño. Y de frío, porque hay que ver cómo refresca en Aranda en cuanto anochece. Y es que la primera clave para sobrevivir al Sonorama es abrigarse. No estamos hablando de la típica rebequita fina de las noches de verano. Esto es Burgos, y todo es a lo bruto: el sol de las 4 de la tarde es a lo bruto y el frío de medianoche también.

Por eso la segunda clave para sobrevivir al Sonorama es llevarse algo con lo que combatir el calor de mediodía. Ignoro si es una costumbre asentada o moda de este año, pero las pistolas de agua arrasaron. Las modestas tipo spray para regar las plantas y las grandes rollo metralleta.

Pensaréis que entre la mochila con el jersey para luego, más la pistola de agua, más el sudor, más los vermús a 1.50 euros no hay hipster que no acabe convertido en un despojo digno de los Sanfermines. Pues os equivocáis. El uniforme indie permite que aguantes todo el día con tu glamour intacto. La moda del 2014 dicta lo siguiente.

Para ellas:
- short vaquero muy corto. Los rotos y que se te vea medio cachete son un poco chonis, pero se admiten.
- Camisa o camiseta estampada. Las piñas son el estampado de la temporada. Seguido muy de cerca por el clásico estampado floral y las mariposas. Las rayas este año están demodé.
- Vestidito corto por encima de la rodilla. Liso o con estampado de flores, pero no de piñas. No sé porqué. Misterios de la moda.
- Sombrero tipo borsalino y gafas de sol tipo espejo. Muy útiles para retocarte los labios (rojos, por supuesto) a las 2 de la mañana.

Para ellos:
- Pantalones cortos por la rodilla. Vaqueros o lisos en tonos neutros.
- Camiseta con mensaje, sea del grupo favorito del susodicho o con alguna serigrafía de "El Nota", de Breaking Bad o algo graciosillo tipo esto:


- Camisas tropicales. Aquí las palmeras sustituyen a las piñas, ¿por qué? Yo qué sé, dejad de preguntarme cosas difíciles.
- Como complemento sirven tanto el sombrero tipo borsalino como las gafas de pasta.

Last, but not least, los festivales siempre habilitan una zona de descanso que suele estar más concurrida que la carpa dance cuando toca en directo alguien malo (Cut Copy, por ejemplo). En el Sonorama había una patrocinada por Beefeater con sillones hinchables donde proyectaban documentales musicales y video clips. Yo ahí fui feliz. Si ya hubieran tenido mantitas hubiera sido la repanocha.

Con todos estos elementos ya estás preparado para triunfar. Pero, recuerda: "lo que pasa en Aranda se queda en Aranda", como dijeron un grupo de chavales de 25. Luego comentaron lo que les pasó el año pasado, que tío, luego tu novia se entera de que te liaste con una en el cámping y eso no puede ser.  Este grupo, por cierto, estaba enfadadísimo con la inclusión de Raphael en el festival y, para demostrar su protesta, decidieron quedarse en el cámping. Estos chavales (me apuesto la metralleta de agua que robamos) ahora se están comiendo sus palabras, porque Raphael triunfó por todo lo alto. Dio el mejor concierto de todo el Sonorama.

Y no lo digo yo como fan que ya es la tercera vez que lo ve en directo. Ahí están las cifras para demostrarlo. Llenó el escenario principal.

Yo soy la cabecita número 27 de la cuarta fila desde la derecha.

Raphael se comió con patatas a todo el pop indie nacional. ¿Porque tiene mejor voz y además vocaliza? Podría ser, pero no. ¿Porque las canciones de Manuel Alejandro han envejecido divinamente y las de Australian Blonde, pues mira, chico, como que no? Tampoco. La clave de Raphael es su intensidad. Algo que falta mucho en el pop en general, y en el español más aún. Porque es my triste que en tooooodo el concierto de Nacho Vegas el momento más intenso fuera cuando se desabrochó el botón de la americana. Chico, un poco de sangre en las venas. Por no hablar de la costumbre de Iván Ferreiro de cantar encogido, como si tuviera chepa, o Depedro y su guitarra que sonaba a que en cualquier momento iba a tocar "un pueblo es".

Por si cuela, voy pidiendo ya a Javier Ajenjo que el año que viene repitan León Benavente, Second y Raphael. Y que se traiga a Raffaella Carrá. Porque los hipsters lo dan todo cuando suenan Lori Meyers o La Casa Azul, pero el delirio es total si suena "para hacer el amor hay que venir al Sur".

lunes, 12 de mayo de 2014

Es fácil ganar Eurovisión, si sabes cómo

Me voy a forrar.

Voy a escribir un best seller que lo va a petar.

¿Os acordáis de esto?


Hubo una época en la que todo fumador se había leído este libro. Incluso varias veces. Cuando recaían en el vicio, volvían a leérselo. En sus bolsos había una cajetilla de tabaco o un ejemplar de "es fácil dejar de fumar, si sabes cómo". 

Pues yo voy a hacer lo mismo pero con un libro dedicado a Eurovisión. Porque noto que los países concursantes están muy perdidos y se empeñan en llevar todos los años a la típica moza de buen ver con vestido de lentejuelas y melena al viento que canta una balada que empieza flojico y acaba en mucho gorgorito mientras actúa detrás de ella una bailarina/patinadora/trapecista. Y en toda Europa se oye un clamor. ¿No más recortes? No, ése no es el clamor, es: basta ya de baladas.

Aquí, en exclusiva, un avance de mi próximo best seller "Es fácil ganar Eurovisión, si sabes cómo", con algunas claves:

Llevar una buena canción
Podrá parecer una obviedad. Llevar un hit, una de esas canciones pegadizas, inolvidables y eternas. Como ésta. Pero no siempre funciona. Este clásico de Raphael se quedó en el puesto séptimo en la edición de 1966. "Eres tú", de Mocedades, se quedó segunda pero alcanzó el top ten en Estados Unidos, se hicieron versiones en alemán, francés, inglés, italiano y ha envejecido de mil amores. No así el vestido de Amaya Uranga:



Canta en inglés
Cantar en italiano, francés o español, pase. A fin de cuentas hay expresiones internacionales en esos idiomas: camorra, spaghetti, croissant, menage a trois, siesta, guerrilla... Cuánto dice de la imagen exterior de un país las palabras que ha conseguido convertir en internacionales. Pero cantar en armenio, montenegrino o azerbayano (¿existe el azerbayano? Es más, ¿dónde está Azerbayán?), pues mira, no.


Llama la atención a saco
Y "a saco" no es llevando un piano como el rosco de Pasapalabra.


A saco es que hablen de ti, aunque sea mal. A veces funciona, a veces no. Llevar a un cantante hombre con barba vestido de mujer, funciona.  Llevar a una rapera acompañada de mozas con escotazo que parecen sacadas de una película de Tinto Brass, no funciona. Será trending topic, provocará codazos y risitas nerviosas, pero estamos hablando de un concurso musical, y Conchita Wurst será hombre, tendrá la barba pintada cual Geyperman, pero su canción recordaba a la gran Shirley Bassey y eso bien se merece ganar Eurovisión.

Ser de la ex Yugoslavia
Las guerras civiles tienen su lado bueno. Todos aquellos que hace 15 años se pegaban tiros ahora se llevan súper bien y se dan 12 puntos los unos a los otros. Lo mismo se aplica a los países de la antigua URSS, que lo mismo un día amenazan con cortar el suministro del gas y con independizarse como que llega Eurovisión, les entra la nostalgia y venga a dar 12 puntos al país vecino que antes de ayer querían conquistar. Si yo fuera Artur Mas, usaría el argumento de arrasar en Eurovisión para convencer a Rajoy de hacer el referéndum independentista.

Sabiendo todo esto, ¿cuándo ganará España Eurovisión?

Pues fácil, cuando lleve una canción pegadiza y potente cantada por alguien que sabe llamar la atención y nos voten tanto Catalunya como Euskadi, Galicia, Andorra, Portugal, Italia y también Alemania e Inglaterra, que para entonces ya estarán llenas de emigrantes españolitos nostálgicos.

Yo calculo que para el 2020.

Y vosotros, ¿también estáis hartos de las baladas con crescendo vocal?, ¿echáis de menos el Eurovisión de nuestra infancia, cuando había una orquesta en directo y no un montaje que ni el espectáculo de luces de la fuente de Cibeles cuando la boda del Príncipe?, ¿o mejor esa época loca de Eurovisión con Chikilicuatre, el austriaco que cantó con un pavo y las yayas rusas?

Contadme...


viernes, 25 de mayo de 2012

Señoras que pierden los papeles por Raphael


Por 25 pesetas cada una, cosas emocionantes que ponen los vellos de punta como, por ejemplo: el David de Miguel Ángel, 1, 2, 3, responda otra vez:


El David de Miguel Ángel
Michael Fassbender vestido de época en “Jane Eyre”
Cambiar de compañía telefónica a la primera y sin errores de facturación
Encontrar una ganga auténtica en rebajas
Michael Fassbender vestido de nada en “Shame”
Ver a todo un teatro en pie aplaudiendo.

Tolón tolón, tolón, campana y se acabó.

Cabrían más respuestas, sí, pero en algún momento hay que empezar el post.

Pocas veces se puede a ver todo un teatro en pie, aplaudiendo. Yo sólo lo he visto tres veces, dos, en realidad. Una en el Teatro Real, con el “Tosca” dirigido por Nuria Espert y como estaba en la típica butaca arriba del todo, y con visibilidad reducida, no estoy muy segura de si todo el mundo esta en pie o no. Otra vez fue en el Valle Inclán, con “Urtain”, todos estaban de pie, menos mis amigos y yo, porque no nos pareció para tanto y decidimos ponernos farrucos. Se notaba tanto que éramos los únicos sentados que Alberto San Juan miró mal a mi amigo Escri. O eso dice él. Que lo mismo simplemente estaban teniendo un duelo de miradas de macho alfa.

La única vez en la que todo el teatro, y todo es todo, porque las localidades estaban agotadas, estaba de pie, rendido, aplaudiendo y jaleando ha sido en el concierto de Raphael este lunes, en el teatro de la Zarzuela.

La cosa ya prometía desde el primer minuto:

19.58, termina de entrar el público, en las escaleras veo a tres generaciones de la misma familia juntas: una chica de unos 16 años, señora de cuarentaybastantes, y una anciana venerable.
20.01, teatro lleno, en el tercer piso, zona de visibilidad reducida, un grupo de mediana edad comenta que es una vergüenza que se pongan a la venta entradas tan malas, que en el teatro de la Zarzuela se ve mal, y que otros sitios son mejores, porque cuando ellos fueron a ver a Miguel Poveda en el Español, se veía mucho mejor, vamos, dónde va a parar.
20.05, Suenan los acordes de “Mi gran noche”, el grupo se calla y empiezan a oírse gritos. Raphael sale a escena y una señora con pinta de profesora de instituto sentada delante de mí se pone de pie llevada por un resorte invisible, se dirige a la barandilla y baila al lado del operador de luces.
20.06, a la profesora de instituto se suma una chica folclórica, de veintipocos, con parecido a Anabel Pantoja (la sobrina de ídem) y una horquilla con forma de mariposa plateada en la cabeza. La chica se agacha entre el de luces y la barandilla y hace fotos.
20.10, El grupo de visibilidad reducida primero farfullamos un poco y luego iniciamos una pequeña revolución y convencemos a la profesora y la folclórica para que se aparten un poco.
20.15. La folclórica vuelve a su sitio. La profesora de instituto ve que hay un asiento libre en la primera fila de nuestro piso y allá que se va. Yo me pongo en su asiento así que cuando Raphael está en la parte más a la izquierda del escenario le veo. Llevo prismáticos, y la señora que tengo al lado también.

El señor mayor allá a lo lejos sentado encima de un taburete es Raphael.

Mientras en la zona de visibilidad reducida jugamos a las sillas, en el escenario Raphael dice unas palabras sobre su compositor favorito, Manuel Alejandro, con el que ha vuelto a trabajar en su último disco. Dice que le debe estar donde está y que espera seguir trabajando con él en el futuro. Los fans de la zona de butacas aplauden hacia un punto de los palcos. No entiendo porqué hasta que Raphael señala también hacia ese mismo punto y Manuel Alejandro, trajeado y con cara de “ay qué vergüenza más grande” se levanta y saluda.

Componer canciones debe ser tan desagradecido como escribir guiones. En los dos casos uno trabaja solo. En los dos casos lo que se haga después con tu guión o partitura puede convertir tu trabajo en una boñiga de vaca. Y en los dos casos es raro recibir algún tipo de reconocimiento público. Pero es que Manuel Alejandro se lo merece, ha escrito las mejores canciones de Raphael, como este himno a la belleza y el optimismo que es “digan lo que digan”:

Más dicha que dolor hay en el mundo
más flores en la tierra que rocas en el mar
hay mucho más azul que nubes negras,
y es mucha más la luz que la oscuridad.
Digan lo que digan,
digan lo que digan,
digan lo que digan los demás.
Son muchos, muchos más los que perdonan
que aquellos que pretenden a todo condenar.
La gente quiere paz y se enamora
y adora lo que es bello nada más. 
Digan lo que digan…

También compuso las mejores canciones de ese género que suena a rancio y hortera y que es la canción ligera.  Escribió “Señora” , “Ese hombre” y “Lo siento mi amor” para Rocío Jurado , “Lo mejor de tu vida” para Julio Iglesias, el disco de Jeannette “Soy rebelde”, que ha envejecido tan bien que a día de hoy se siguen haciendo versiones de sus canciones, a mí me vuelve loca esta del Hombre Burbuja, de “frente a frente”.
"Ahora" no es de Manuel Alejandro, es de Bunbury
El concierto continuó con Raphael intenso y entregado como siempre, y su público a la altura, cantando los estribillos de horteradas como “maravilloso corasssón, maravilloso” o “escándalo”, gritando de emoción cuando Raphael hacía como que bailaba  y lanzando gritos desaforados de “no te vayas nunca”, “artista”, “guapo” o, como decía la chica folclórica: “¡qué arte, hiho!”.

La traca final llegó con “Yo soy aquel”, que estableció una especie de diálogo entre Rapahel y sus fans. Él cantaba “estoy aquí para quererte” a su público, recalcando el aquí mientras señalaba el escenario y ellos respondían cantándole “estoy aquí, aquí, para adorarte” y le señalaban a él al decir “adorarte”. No creo que exista público (fans de Justin Bieber aparte) tan entregado y tan leal a lo largo de los años. Quizá el de Isabel Pantoja, que es capaz de escribir comunicados a los medios quejándose de la injusticia del enjuiciamiento de la Panto.

Después de "yo soy aquel" todo el teatro, de pie, despedimos a Raphael. 


Es el segundo concierto suyo al que voy y al próximo me pido zona de butacas, rodeada de los fans acérrimos, que eso tiene que ser toda una experiencia sociológica. Y vosotros, ¿habéis visto alguna vez a todo un teatro en pie, entregado?

viernes, 26 de diciembre de 2008

Navidad, tópica Navidad

La Navidad es una época llena de lugares comunes, que desfilan ante ti durante 15 eternos días siempre iguales, siempre en el mismo orden: el encendido de las luces, los anuncios de cava y turrón, comprar lotería, comprobar que no te ha tocado, cenar en Nochebuena con la familia, comer en Navidad con la familia, en Nochevieja emborracharse como si el fin de año fuera en realidad el fin del mundo… todo establecido y decidido a priori, la única duda es: ¿nos damos los regalos en Reyes o en Nochebuena?


Otra tradición navideña es el concierto de Nochebuena de Raphael, pero él sabe cómo darle un toque original a todo, aquí a dúo con Bunbury cantando "Infinito".

Pero lo peor no son las mareas humanas a dos kilómetros a la redonda de cualquier Corte Inglés. Ni los empachos de turrón blando y polvorones. Lo peor es que cuando te quieres quedar en tu casa, con tu manta, viendo la tele y haciendo la digestión, la Navidad te sigue persiguiendo en forma de dos tipos de películas también llenas de tópicos:

Por un lado está la versión actualizada de "cuento de Navidad", donde alguien cínico y de vuelta de todo descubre la importancia de la familia, la generosidad y bla, bla, bla porque un fantasma le asusta o abandonan un niño en su puerta o un ángel le da la oportunidad de ver cómo sería la vida de su entorno sin él. Todo real como la vida misma.

Por otro lado están las películas sobre Papá Noel donde bajo el amplio epígrafe "cree en la magia" pretenden convencernos a todos, mayores de 7 años incluidos, que creer en Papá Noel es algo guay, mágico y súper chachi.

Todo dulzón, empalagoso y típico como un turrón de frutas escarchadas. Y falso, muy falso porque creer en Papá Noel pasados los siete años no es algo mágico ni chachi, sino síntoma de esquizofrenia.

Pero no sólo la Navidad trae consigo tópicos más falsos que que Tita Cervera cuando dice que aceptará a su nieto incluso si no es hijo biológico de su hijo. Éstos son mis falsos tópicos preferidos:

Los ratones son unos animales adorables. Mickey Mouse, Minnie, Desperaux, Pixie y Dixie, la rata de Ratatouille... según el cine los ratones tienen los ojos grandes, se visten, son simpáticos, inteligentes y hasta saben cocinar. Vale, las pelis de animación se toman muchas licencias con el reino animal en general y los ratones en particular pero, y esto es lo que a mí me indigna, ¿qué culpa tienen los gatos? Como los rusos, los alemanes y los árabes, a los gatos les ha tocado ser los malos de la película.

Los malotes cambian por amor. Da igual que ellos sean mafiosos, asesinos o incluso vampiros. El malote típico, morenazo y de torso poderoso que destapa a la mínima (como el Duque o Ángel), se redime en cuanto una muchacha, preferiblemente rubia y de aspecto angelical (Cata, Buffy), se cruza en su camino. Por supuesto hay variantes, como la versión emo, en la que el mozo es más lánguido y ella morena, como bien explica Escrito Por en este post o la versión pija, donde él es un malote cincuentón que en vez de lucir torso luce traje de marca (Mr Big) y ella una rubia aún pizpireta pero cuarentona (Carrie en "Sexo en N.Y.). Pero, niñas, esto no sucede en el mundo real. Nos gustaría que sucediera así, pero la vida no es un argumento de novela rosa barata, la gente no cambia por amor, y los malotes menos.

El amigo que te ama en silencio. Hay películas que van de más profundas y que saben que el malote no te conviene, te cuentan que es mejor olvidarlo y apostar por otro, en general un amigo íntimo con gafas, que está como un queso aunque la protagonista no se da cuenta por culpa de las dichosas gafas o porque el chaval es tímido (ejemplos, hay un porrón: "cuando Harry encontró a Sally", "el diario de Bridget Jones", incluso "quemar después de leer"). Pero, amigas, en la vida real que tu amigo te haga ojitos no garantiza perdices y finales felices, los amigos pueden ser tan cabrones como el típico ligón de discoteca.

Y vosotros, ¿qué tópico del cine es el que más os indigna? Mientras os lo pensáis, otra tradición navideña: "el tamborilero", pero cantando por Bing Crosby y David Bowie:

domingo, 31 de agosto de 2008

Spanish lessons by Melendi

La juventud, esa franja de edad que va desde que te viene la regla y/o te tomas tu primera cerveza hasta que por fin asumes que estás ridículo intentando aparentar una edad que no tienes, pasa sus noches de fin de semana haciendo estas cosas:

A) Bebiendo
B) Bailando
C) Ligando
D) Tapeando o cenando por ahí

Pero yo no. Yo he pasado el viernes noche dando clases de español. Vale. Mientras bebía. Eso quizá explique algunas cosas.

Mi metodología es eminentemente práctica, nada de gramática, mucha conversación y énfasis en el hablar de la calle. El equipo docente está compuesto por: uno que dice que ha pasado varios veranos en Irlanda, una que sólo sabe decir en inglés "game over" e "insert coin", una que una vez habló inglés en un viaje a Amsterdam y otra que habla muy bien inglés pero se traba porque mira a nuestro único alumno, un americano con nivel medio de español, y le entra la risa tonta.

Lo primero que le enseñamos fue una expresión popular, típicamente española, que refleja nuestro ser y nuestras costumbres: ir de pedo. Como buenos maestros le enseñamos todas las variantes: estoy pedo, voy pedo, vas pedo, vaya pedo llevo, menudo pedo. E incluso pedal, borrachera, melopea, ciego y un largo etcétera.

Después pensamos que también era imprescindible que nuestro americano conociera una expresión muy usada, pero desconocida en los libros de texto: montar el pollo. Por si no lo pillaba bien se la tradujimos tal cual: to set up the chicken. Sí, nuestras lecciones beben un poco de estas otras:



Además le enseñamos otra que nos parecía le venía bien por ser americano: cruzar el charco (crossing the puddle).

Entonces, vimos la luz. Todo cuadró como en un puzzle sideral. Ya podíamos formar una frase con todo lo que le habíamos enseñado y esa frase era: montó un pollo cuando cruzaba el charco porque iba pedo, ¡como Melendi! Eso sí que es una lección de la cultura popular española, porque hay pocas cosas tan populares como Melendi. O quizá impopulares. Pero ya se sabe que los extremos se tocan.

Luego le cantamos canciones profundamente arraigadas en el sentir español, afortunadamente ninguna de Melendi, mientras se las íbamos traduciendo. Cantamos "un velero llamado libertad" (a ship named freedom), by songwriter Jose Luis Perales, también "Yo soy aquel" del Spanish Johnny Cash, Raphael, y por supuesto "Explota mi corazón" by Raffaella Carrá, the italian Madonna.

James, darling, no bebas en el avión de vuelta a casa, no montes ningún pollo, ni ninguna bronca tampoco. Aprende la lección de Melendi, que luego tuvo que pedir perdón en público. Espero que alguien le lea este mensaje a James en inglés, es decir, leyéndoselo tal cual, despacio y muy alto.

domingo, 9 de marzo de 2008

Salvemos Eurovisión

La noche del sábado la pasé viendo la gala "Salvemos Eurovisión". Y no es que estuviera enferma, o no pusieran otra cosa o no tuviera la opción de ir al cine. Lo vi porque me apetecía. Y lo disfruté un montón. Y lo digo totalmente en serio.

Alguien, no sé quién, ha llegado hace poco a la directiva de TVE y se ha puesto a tomar decisiones inteligentes, comerciales y apropiadas para "el ente", que no es aquella película de los 70 donde un ser invisible metía mano a Barbara Hershey, sino TVE. Han comprado series de calidad como "Desaparecida" o "Herederos", han programado "Muchachada Nui" y el sábado hicieron una gala sobre Eurovisión sin caspa. O mejor habría que decir que era una neogala con postcaspa, porque aquello era un mejunge con los siguientes ingredientes: Uribarri, Rafaella Carrá, los de Muchachada Nui, Rosa de OT, Bibiana, Boris y los aspirantes a ser el representante para Eurovisión.

Por fin se han dado cuenta de que Eurovisión ya no es ese lugar aburrido donde sólo había dos tipos de canciones:

a) balada romántica con cantante de voz potente, fundamental que de fondo hubiera un par de bailarines haciendo portés. Si el cantante tenía alguna discapacidad: ceguera o parálisis, mejor.

b) canción movidita bailona latina, fundamental que de fondo hubiera un grupo de bailarines sin camisa o bailarinas en minifalda agitando las caderas. El cantante debía ser moreno y racial.

Ahora Eurovisión se ha convertido en un mejunge donde cabe de todo: transexuales, grupos heavy disfrazados de orcos, folclore de países que nadie sabe colocar en el mapa... Tanta mezcla kitsch ha convertido a Eurovisión en un evento friki con fans filogays y a ese público precisamente iba dirigida la gala. Y quién mejor que Raffaella Carrá, icono del mundo gay, del petardeo y de la música disco, para presentarla. Deleitaos con este video de una joven Raffaella actuando en la RAI:




Comentar este video llevaría otro post: el traje de flamenca-coliflor de Raffaella, el maestro de ceremonias-presentador de circo, la coreografía estilo Martes y Trece de esos 30 bailarines que aparecen de golpe, por milagros del montaje, detrás de Raffaella... Me encanta, y lo digo totalmente en serio. El sábado Raffaella volvió a cantar, a bailar, a doblar la columna vertebral hasta formar un ángulo de 90 grados con el suelo y a hablar con un fluidísimo castellano pero con sus típicas meteduras de pata. En un momento cumbre de la postcaspa, apareció en la gala la "pajarraca", símbolo de este año del Sónar y que dijo que no le gustaba la electrónica, que prefería la canción ligera y que por eso quería participar en Eurovisión. Raffaella, muy profesional, saludó a la mascota llamándola "pacarraja".

Las votaciones para elegir al representante español para Eurovisión demostraron que el público también sabía que los tiempos han cambiado. El tercer puesto en votos lo consiguió La Casa Azul, provenientes de la escena indie, iban disfrazados al estilo de la chica que viene del futuro en los anuncios de detergente. Eran la apuesta modernilla. El segundo puesto en votos fue para Coral, solista con vozarrón y balada romántica, al estilo de toda la vida de Eurovisión y la favorita de Uribarri. Ganó Rodolfo Chikilicuatre, el actor de Buenafuente que parodia las canciones del verano con el tema "el chiki-chiki" el de "perrea, perrea" y "lo baila mi mulata con las bragas en la mano". Habrá gente que piense que es un cachondeo enviar a un humorista a Eurovisión, ¿pero qué es Eurovisión sino un pitorreo paneuropeo?

Para los que sean del espíritu clásico de Uribarri, os dejo con un video de la época en la que Eurovisión no dejaba sitio a la parodia. Es del mejor representante y la mejor canción que España ha llevado al certamen: Raphael. Y esto también lo digo totalmente en serio.


¿Cuál es vuestra canción o artista favorito de Eurovisión de todos los tiempos?

Espero vuestras respuestas desde la distancia. Abandono el blog durante 15 días, pero tengo una excusa buenísima, me marcho de vacaciones a Marruecos y esto, también, es totalmente en serio. Nos vemos a la vuelta, besitos a todos.