Así vi yo, por primera vez, una película de los hermanos Marx, "Una noche en la ópera". En uno de los muchísimos momentos míticos de la película, Groucho dice que su padre inventó los macarrones rellenos de bicarbonato de sosa, que causan y curan la digestión. Pero no voy a dedicar este post a reivindicar a los hermanos Marx. La mejor reivindicación posible que se les puede hacer es ver una de sus películas: "Una noche en la ópera", "sopa de ganso" o "Los hermanos Marx en el Oeste". Me propongo a hablar de las cosas reales que son como los macarrones rellenos de bicarbonato de sosa: causan algo para luego curarlo.
Quizá tú seas una regordeta feliz, que prefiere vestirse de forma cómoda y barata sin más complicaciones... pues haces mal en ser feliz. No deberías serlo, amiga. Deberías aspirar a más: a adelgazar, a saber andar con tacones, a vestirte para "sacarte partido" y a maquillarte de forma que tus ojos parezcan más grandes, tus labios más gruesos y tu piel sedosa. Y para eso están las revistas femeninas, para causar y curar la inseguridad.
Las revistas llamadas "femeninas" son unas expertas en mandar mensajes contradictorios. Todas lo hacen. Glamour, Vogue, Woman, Elle, Marie Claire, Mujer hoy, Cosmopolitan, Telva, InStyle... Todas ofrecen estos contenidos:
- Portada de mujer bella y joven de éxito. Probablemente una modelo, a veces una actriz.
- Moda, tanto alta costura como consejos para estar a la moda como trucos para copiar la manera de vestir de las mujeres bellas y jóvenes de éxito de la portada.
- Trucos de belleza, que van desde cosmética hasta cirugía, dietas y vida sana.
- Entrevistas con gente de interés, básicamente famosos triunfadores.
- Temas de psicología de andar por casa y consejos varios para mejorar tu vida. Esto va desde cómo atreverse a dar el paso de cambiar de trabajo a cómo convertirte en multiorgásmica.
- Y algo de tema social: el tercer mundo, el paro, conciliar vida laboral y familiar...
Lo único que cambia de una revista a otra es dónde se pone el acento. Vogue pone el acento en la moda de alta costura. Cosmopolitan en los trucos para ser multiorgásmica. Pero todas, en el fondo, pretenden lo mismo: vender. Y oye, es su negocio. Alimentan la necesidad de la lectora por sentirse guapa, joven, triunfadora, amada, deseada... y para ello le ofrecen cremas, ropa, joyas... que, ¡oh sorpresa! resulta que anuncian en las páginas interiores de la revista.
Pero... ¿son igual de manipuladoras las revistas llamadas masculinas? Ellos tienen las que podríamos considerar más o menos serias (Esquire, Icon) y las que son más frívolas (FHM) y luego, aparte, el Interviú, inclasificable. Las revistas "serias" predominan. Van dirigidas a un sector concreto, básicamente a hombres con puestazos que les permiten comprarse los coches, relojes y productos de lujo que anuncian estas revistas. En portada salen hombres carismáticos y triunfadores. Su edad y su físico importan, pero más que sean tipos “interesantes”. Es más fácil ver en la portada a alguien como John Malkovich que a alguien como Mario Casas. Cuanto más frívola es la revista más posibilidades hay de que en la portada aparezcan hermosas mujeres en poses sugerentes:
Estas revistas van dirigidas a un público masculino heterosexual, en portada aparecen hombres a los que se admira y mujeres a las que se desea. ¿Por qué no es igual en las revistas femeninas?, ¿por qué no vemos en las portadas a un Andrés Velencoso en pleno esplendor con una Glenn Close, por poner un ejemplo? Sin embargo en Elle, Woman, etc. no dedican sus portadas ni a hombres deseables ni a mujeres interesantes. Tienen a modelos buenorras y, a veces, haciendo una excepción, a famosas interesantes pero buenorras y siempre menores de 40 años. Fotos de cuerpo entero, que se vea bien el vestido que luce, lo bien que le sienta, que se vea bien lo joven y delgada que es. Nada de primerísimos primeros planos en blanco y negro. Por favor. Si así no se aprecia el maquillaje ni de qué marca es el vestido.
No es sólo que las revistas femeninas alienten ciertas necesidades y carencias (esos cinco kilos que todas queremos perder) por muy contradictorias que éstas sean (en la revista también encuentras recetas para hacer tarta tres chocolates). Es que perpetuan un modelo machista. Entre líneas se cuela un mensaje: está muy bien que aspires a triunfar, pero a lo que debes aspirar sobre todo es a ser guapa y a cazar a un marido, preferiblemente rico y guapo.
Esto apareció publicado hace una semana en Telva:
Sara Carbonero lo tiene todo para aparecer en la portada de las revistas femeninas. De hecho, ha salido un par de veces. Es guapa, es joven, triunfa... Pero no nos engañemos, lo que le interesa a la periodista (y suponemos que a Telva también) es que ha cazado a un marido de postín.
Y yo digo: dejemos de comprar estas
Y vosotros, ¿sois lectores habituales de alguna de estas revistas?, ¿os habéis vuelto multiorgásmicas gracias a los artículos de la Cosmopolitan?, ¿o sois más de comprar la Interviú, pero por sus artículos de investigación?
10 comentarios:
¡Ostras, tocaya! Has expresado en este post lo que la mayoría de la gente piensa de las revistas para mujeres y pocos se atreven a confesarlo en público. Habremos de hacer un outing de estas y de las mierdas del cuore (O braguegta) donde te dicen lo guay que es ser una puta mantenida que nos enseña su mansión en Miami. Y ya las de divulgación "científica" para que te acojone el futuroo de robots asesinos o virus mutantes que trabajan de teleoperadoras en compañías telefónicas, ni te cuento.
Ah, a mí de "una noche en la ópera" me encanta Chicco marx diciéndole al tenor malo "Su hielo no está lo bastante frío".
Aplaudo hasta con los pies.
Voy a decir la verdad, porque yo solo miento si es absolutamente necesario. Yo, revistas de cualquier tipo: femeninas, masculinas, de cotilleo, etc, solo las leo en la sala de espera de los médicos, lo que, por otra parte te permite recrear la historia reciente: todas tienen entre diez meses y varios años de retraso. Por otra parte, en cada médico son diferentes: mi dermatóloga tiene revistas femeninas en papel couché, mientras que mi dentista, por un poner, tiene revistas de automóviles con las hojas medio arrancadas. Pero, todas son una revisión del pasado: ¿qué hizo Johny Halliday en la Navidad de 2013? (revista de Enero 2014) ¡El nuevo modelo de BMW recién salido (en 2012)! y así. Me gusta, me entretiene. Si te pones en situación, puedes tener el placer de sentirte adivino.
En el instituto compré alguna Vale y SuperPOP pero luego me pasé a la You (he tenido que buscar un rato porque no me acordaba del nombre, la vendían como "la revista para chicas atrevidas" y era mensual) a la que fui bastante fiel durante un par de años hasta que empecé a comprar la National Geographic y alguna otra tipo GEO, Historia y ARTE, que eran un palazo a mi economía pero que me interesaban más.
Ya a mediados de carrera empezó a llegarnos al piso de estudiantes la Cosmopolitan, suponíamos que alguna antigua inquilina se había suscrito y por alguna razón no había corregido la dirección al irse. Cuando no nos la robaba algún vecino nos pasábamos alguna tarde partiéndonos con los reportajes y comprobando que periódicamente repetían los mismos temas reescritos. Después de haber estado fuera de la influencia de esas revistas durante un tiempo se ve bastante bien el acoso y derribo que hacen a la autoestima, y por eso se me quitaron las ganas para siempre de comprar revistas que hacen negocio a costa de arruinarme la autoestima.
Yo compraría una revista como la que dices, que hable de mujeres interesantes, científicas, escritoras, actrices, políticas, pero no desde el puñetero punto de vista de "¿qué diseñador es el que más te gusta?, ¿cómo mantienes interesado a tu hombre?, ¿cada cuanto vas a la peluquería?".
Vaya tochazo acabo de soltar, jajajaja.
Juli, ¡no salvas ninguna de la quema! En mi época universitaria me compraba muchísimas revistas de viajes, y sobre todo me leía los consejos prácticos: qué había que ver, qué época del año era la mejor para visitar ese país... era como hacerse un viaje astral.
Sorokin, yo en la consulta del dentista leería cualquiera revista, hasta "Jara y sedal". Estoy tan atacada y tan acojonada, que cualquier cosa me viene bien.
Biru, una amiga y yo teníamos la teoría de que existía un solo Cosmopolitan, muy tocho, del que en realidad salían todos los demás. Sólo había que actualizarlo un poco, cambiar los artículos sobre cómo ligar en el supermercado por cómo ligar en tinder et... ¡voilá! otro número nuevo.
Huvo un tiempo en que Cosmopolitan solo lo compraban las que sabían inglés (una rareza) y estaban un poquito en el mundo (viajaban mas allá de Lourdes). Esos contenidos de tipo sexual eran oro puro porque aquí no había ninguna publicación de ningún tipo que hablara de ello. Yo tenía una amiga que fué virgen hasta los 38 pero que desde los 20 era la mas liberada, enterada, atrevida de España gracias a Cosmopolitan.
Hemos vuelto a los juguetes bélicos y a las cocinitas, al macho man y a las superwomen que compran mas revistas que las chicas del jersey de pelotillas hasta las rodillas que mucho Kafka pero ni siquiera leían el Mon Tricot.
No se mucho de revistas masculinas pero esa de vida sana y gimnasio tiene un guiño gay clarísimo.
Un abrazo
Laesti, confieso que antes me gustaba leerlas cuando iba a las peluquerías como mi inofensivo y pequeño guilty pleasure... pero ahora ni eso, y me gusta la moda, estar guapa en la medida de lo posible, pero es que estas revistas creo que se han ido quedando en el pasado (es cierto que hay millones de personas todavía ancladas en estos modelos).
Por otro lado, cambia bastante más la tarta de porcentajes del perfil de cada revista por país, en donde hay un poco más de política y temas sociales, pero al final, no nos olvidemos, todo eso es nada más que para perfeccionar esa mujer que tiene que conquistar también con el cerebro, jajaja.
En cuanto a como describes las revista, incluso has sido algo indulgente. Si atendemos a las modelos de portadas, los porcentajes de modelos en la que edad está entre 18 y 21 años puede alcanzar el 70%. Sin duda lo que pretende es vender lo irrecuperable: la juventud que se nos escapa a todas y todos, y a la que es imposible volver por mucho gimnasio, ropa a la última, dieta, cremas, bótox o cirugía que se recurra, y en ese intento se consumen todas estas cosas.
Saludos
Muy de acuerdo con la entrada aunque mi impresión es que la mayoría de las mujeres que leen esas revistas no se las toman demasiado en serio. Por otra parte, esas revistas las dirigen mujeres así que tenéis al enemigo en casa. Las peores son las que dicen que una mujer puede ser igual de competente que un hombre sin perder su feminidad y su deseo de estar lo más guapa posible.
Un día estaba en una peluquería de esas que te traen una revista en vez de tener que levantarte tú con el pelo mojado para cogerla (ergo cara) y me trajeron una de estas revistas, le dije que prefería el Hola y la peluquera me miró con cara de asco infinito y me dijo:
- Bueno, pensé que te apetecería algo más moderno.
Esto que has escrito es mi respuesta a esa peluquera y a su concepto de "moderno".
Claudia, totalmente de acuerdo, estas revistas se han quedado muy antiguas, en una mujer de hace 20 o 30 años, en la "super woman" ochentera. Están dirigidas a la mujer de negocios del anuncio "tu el Pronto, yo el paño".
Gon, la clave no creo que esté en las mujeres que dirigen estas revistas, sino en el dinero que mueve la industria cosmética y de la moda, que son al final las que están detrás y a las que les viene bien alimentar el rollo "sé tú misma, pero cómprate todo lo necesario para dejar de serlo".
Loque, nosotras somos unas hipsters, unas visionarias, que lo sepas. Los hipsters se están enterando ahora de que el vermú mola más que el gin tonic y tú y yo ya sabemos que el Hola mola mucho más que la revista Vanidad o que la Vogue.
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