lunes, 13 de julio de 2015

El misterio del Señor Marrón

Habitantes, vecinos y visitantes de Madrid, ¿conocéis al señor Marrón?

¿No?

¿Seguro?

Quizá lo conozcáis por sus otros sobrenombres "Mister Melanoma", el "Hombre Naranja". Él, como los heavies de la Gran Vía, como el que te regala su poesía en la entrada de la Casa del Libro o como el Spiderman gordo de la Plaza Mayor, forma parte de la ciudad.

 El señor Marrón, aka Churrasqueitor, aka Tropical Lago, es toda una celebrity.

El hábitat del Señor Marrón es la piscina de Lago. Un extraño lugar lleno de gays en bañador microscópico que quieren ligar, más jubiladas que nadan con cuidado de no mojarse el pelo, más grupos de universitarios que beben sangría. En medio de esa mezcla surrealista él brilla con luz propia. Y no lo digo en plan poético. Es literal. Su cadena de oro brilla casi tanto como su bañador blanco impoluto. Llega a la piscina saludando como si fuera Charlize Theron llegando a la alfombra roja de los Oscar. Si el verano marbellí empieza con el posado de Ana Obregón, el verano madrileño empieza cuando el Señor Marrón posa un pie en la piscina de Lago.

En cuanto al tono marrón crujiente de su piel es un misterio digno de Cuarto Milenio: ¿Cómo consigue ese insano marrón oscuro perpetuo?, ¿alguien le ha visto pálido alguna vez, quizá en diciembre?, ¿será su misión en la vida acumular todo el sol que pueda, como si fuera una especie de súper héroe?, ¿de serlo su némesis sería Iniesta?

La prueba de que el Señor Marrón existe. Gentileza de Uno, ese fotógrafo al que no hay personaje que merezca ser llamado como tal que se le resista.


Personajes como el Señor Marrón hacen que ir a la piscina municipal, lo que nos queda a los que no tenemos vacaciones, tenga su punto. Sí, su punto. Porque desengañémonos, las piscinas son a la playa lo que los palitos de mar a la langosta.

Más sobre la dura realidad de las piscinas municipales aquí, en mi último artículo para Glup Glup. Haced click, venga, va, que en el artículo hay también una foto de Quim Gutiérrez descamisado... Y si queréis más fotos aparentemente casuales pero maravillosas, visitad el blog de Uno y los Demás, gracias a quien, ¡por fin! hemos podido poner cara al Señor Marrón.

10 comentarios:

loquemeahorro dijo...

Jo, yo me he quedado en los Heavys del Madrid-Rock, ahora Breshka y quién sabe si mañana del Cien Montaditos.

Pues no, no conozco a este señor, pero realmente es de agradecer que en una ciudad tan grande como Madrid, tengamos estas señales de identidad.

Respecto a la entrada he decirte que tienes razón te hace odiar a cualquier ser entre 10-18 años y entre 50-80, y sobre todo al grupo humano, así, en bloque.

Santy Trombone dijo...

Te aseguro que en Benidorm hay muchos señores y señoras marrones... Incluso hay un bar gay donde la media de estos señores que también visten de blanco, incluidos los zapatos, es de 75 años... Sobre las piscinas municipales, no molan, las privadas sí. Yo hubo una época en la que me colaba en alguna que otra. En las municipales nunca haría acto de presencia (no tengo dinero, pero me sobra dignidad)

jordim dijo...

ídolo el señor marrón...

Juli Gan dijo...

Me da que de esos hay alguno en cada población con un número importante de habitantes. Ese señor de color tornasolado que comparte popularidad con el /la indigente de referencia. Es un nivel superior al conocidísimo "tonto del pueblo" de cada villorrio.

Sorokin dijo...

¡Oh! ¡qué envidia! Una ciudad con piscinas municipales llenas de gente marrón con todo y cadenas de oro. Aquí, las piscinas municipales son todas cubiertas (ya me dirás, con 19º y lluvia casi todo el verano), te obligan a ponerte un fardagaitas -nada de shorts, por Dios, eso es cosa de subdesarrollados del sur- y un gorro de goma para cubrir tus eventuales piojillos. Lo más entretenido es cuando estás pacíficamente remojando tus michelines, suena un silbato y ¡hala! te tienes que salir porque es la hora del curso de natación para bebés.

Esti dijo...

Loque, a veces tengo pesadillas con ese día, no muy lejano, en que Madrid estará lleno de 100 montaditos, Starbucks y Sureñas y ya ni habrá bares de viejo ni mercerías de abuela. Ese día emigraré.

Cal, "no tengo dinero, pero me sobra dignidad", debería ser el título de algo. Tu biografía, el próximo premio Nadal o algo.

Jordim, ¡idolo total!

Juli, son las celebrities de andar por casa.

Sorokin, en invierno también voy a las piscinas cubiertas y aunque odio los cursillos de natación con niños salpicando y gritando, he de decir que las clases de natación sincronizada son divertidísimas. Alguna vez me he quedado a verlas y no he aplaudido de milagro. Es el deporte más ridículo/divertido que he visto nunca.

el convincente gon dijo...

Lo has clavado con el artículo de las piscinas. En mi caso no han sido san jacobos sino escalopes de pollo, pero tenían toda la pinta de congelados, sí. También he sufrido a la vecina excluyente: un día un amigo nos invitó a unos cuantos amigos a la piscina de su bloque, estaba vacía salvo por una señora pero fue llegar nosotros y la señora desapareció, a los 10 minutos apareció el conserje y le llamó la atención a nuestro colega, la señora no volvió.

En mi pandilla también teníamos fichado a un segurata de Alcampo que estaba negro todo el año. Le llamábamos (entre nosotros) Señor Mojón. En la misma época conocimos a un erasmus inglés con genes españoles que tenía un moreno extraño. Le llamábamos Señor Naranja y creíamos firmemente que algún día se volvería púrpura.

Uno dijo...

He sido un gran asiduo de las piscinas municipales y no municipales. Hubo un tiempo antes del móvil, en que sabían que para localizarme lo mejor era llamar a la piscina. Y anunciaban por la megafonía: marqués de Uno, le llaman por teléfono(esos eran los cachondos del cole)
Tengo alguna foto de tu señor marrón enmarronandose al sol de Malasaña, a tu disposición.

Un abrazo

Esti dijo...

Gon, seguro que las freidoras de los chiringuitos de las piscinas municipales están más guarros que el más guarro visto en "Pesadilla en la cocina". Tanto san jacobo, tanto escalope, tanta croqueta... dejan sus rastros.

Uno, ¡¡¡mándame esa foto del señor marrón enmarronándose!!! Ahí va mi mail: estibf@hotmail.com

Claudia Hernández dijo...

Fui solo una vez a una piscina de municipal de verano en Madrid y me deprimí. Luego, en el resto de los otros países europeos, más o menos lo mismo, pero sin el señor marrón, las señoras que no se mojan el pelo son una institución, así como las hordas de adolescentes salvajes.
Gracias por la foto del Quim, me has alegrado el día.
Saludos