Leer incentiva la imaginación.
Leer es viajar sin moverse del sitio.
Pues no.
Leer no es tan bueno. Porque, amigos, si lees mierda, ni viajas, ni incentivas tu imaginación, ni leches.
Pero, ¿de qué hablamos cuando hablamos de mierda?
Mujeres, reglas y un juego de palabras finísimo y elegante.
Sería muy fácil hablar de todos esos libros escritos por famosos o, mejor dicho, firmados por famosos. Pero quien decide comprar el libro de Belén Esteban, de Julián Muñoz o de Ana Obregón, qué queréis que os diga, sabe a lo que se expone.
Con estos libros también, porque avisan. No con el nombre de sus autores, sino con sus títulos. Quizá algún lector de la editorial decidió vengarse de los jefes que quisieron publicar el libro sugiriendo un título tan horrendo como los que vais a ver a continuación, convenientemente etiquetados según esta clasificación:
Muchos buenos sentimientos y títulos largos de c
El género "novela tierna", lleno de historias de superación, humor blanco sin asomo de ironía o mala leche, también tiene alguno de los mejores peores títulos:
"Se prohíbe mantener afectos desmedidos en la puerta de la pensión", de Mamen Sánchez, de día subdirectora de "Hola", de noche novelista.
"Brújulas que buscan sonrisas perdidas", de Albert Espinosa, guionista, dramaturgo, escritor y también aspirante a Paulo Coelho hispano. Si tecleas su nombre en google te aparece una buena ristra de frases suyas con fondos de colorines.
Aunque yo, para una ración de ternura sin límites, me quedo con Lluc, el niño mofletudo de Master Chef Junior o con osos panda agarrando pelotas.
Gáname a ternura si puedes, Albert Espinosa.
Si no triunfas es porque eres tonto del haba
Así es como Josej Ajram, ese hombre que lo mismo se hace millonario en la bolsa que se marca una triatlón, quería titular su último libro. Pero los de la editorial le pidieron que se lo pensara un poco mejor. Su siguiente opción "ten éxito o muere, inútil", tampoco les convenció. Finalmente aprobaron la quincuagésimo octava elección de título de Ajram: "No sé dónde está el límite pero sí sé dónde no está". Que no se entiende qué quiere decir, pero al menos no insulta al lector. Además, lo importante es que salga Ajram en portada luciendo sus piercings y su tatuaje nuevo.
Que el tema de un libro sea que debes dejar de ser un mindundi y comerte el mundo y ganar un mogollón de pasta porque sino, paqué, ayuda mucho a que los títulos sean lo peor. Ahí tenemos "Apunta a las estrellas y llegarás a la luna". No está escrito, como en principio podría parecer, por Buzz Aldrin, sino por Leopoldo Fernández Pujals, fundador de Telepizza, presidente de Jazztel y por tanto culpable de estropear las siestas de tantísima gente; motivo por el que le deseamos que no llegue ni a segunda edición.
Señoras on fire
Qué daño ha hecho 50 sombras de Grey... Toda una serie de libros obra de escritoras más calientes que mi sandwichera están ahí para demostrarlo:
"Venganza. De rodillas" de Malenka Ramos (sí, Malenka).
"Pídeme lo que quieras o déjame" (de Megan Maxwell, que en realidad se llama Carmen), y pertenece a la saga "Pídeme lo que quieras".
"Eres mi adicción 2. Perdida en ti". Otra saga.
Las sagas son un clásico desde que 50 sombras lo petara. Y es que una vez que le pillas el tranquillo al rollo erótico festivo (sus viriles manos recorrieron mi cuerpo con la habilidad de un artesano y tal) te da lo mismo escribir un libro que 9. Megan Maxwell (Carmen para los amigos) lleva 20.
Eso mismo debió pensar la periodista Pilar Eyre, cuando decidió dejar de escribir biografías de personajes de la realeza y pasarse al género erótico festivo:
Se puso mis piernas alrededor de la cintura… se hincó en mí, jadeando en cada embate… y estaba tan llena que me parecía que de repente el líquido me saldría por… todos los orificios de mi cuerpo convertidos en un surtidor volcánico lleno de estrépito, lumbre y piedras.
Fragmento de "Mi color favorito es verte", de Pilar Eyre.
En un extraño punto intermedio entre el no triunfas porque no has leído este libro, imbécil, y el estar más salido que un solitario mandril en el zoo, está él: Mario Luna. Tan prolífico como Megan Maxwell, tan chulo como Josef Ajram. Sólo él puede escribir algo titulado "Apocalipsex, los 10 mandamientos de la seducción".
Y vosotros, ¿qué libros no pensáis leeros nunca, porque con el título es más que suficiente para juzgarlo?
10 comentarios:
Te acuso desde ahora mismo de juego sucio ¿algo puede competir con un cachorro de oso panda con una pelota?
Solo un gatito y un perrito que duermen juntos, y eso, a duras penas.
Te juro que no había "cogido" lo del título de Mariló. Qué feliz era antes.
pd. Mujer, los títulos largos son muy bonitos, en serio, de verdad, sígueme la corriente.
Salir en "Telecirco", la cadena amiga...de lo ajeno, también es un trampolín para escribir libros y venderlos como rosquillas, aunque no se lean, sólo para tener la firma en tu ejemplar de Jorgeja Vázquez o Sandra Barneda.
Los libros con toque guarrete han vendido siempre, desde "el amante de lady Chatterley". Lo que tiene que hacer Pilar Eyre para ganar el premio "Dedal".
Lo del tío patibulario ese, que de su producción, alguna vez he visto por las librerías, pero que nunca he pillado un ejemplar suyo, ni como descuido, va mucho en la onda neoliberal y proyankee de "ser el one y pisar cabezas". El título es todo el mensaje condensado de lo que va en las páginas. ¿Están de oferta al 10% en la sección de autoayuda? Me encanta la sección de autoayuda de las macrolibrerías, se ve cada cosa publicada.....
Tienes razón, leer según qué, puede hacer mucho daño.
Yo siempre lo he dicho. Cada vez que veía eso de "leer educa y da cultura, etc…", -Claro, por ejemplo "Mein Kampf". Pero en fin, sin ir tan lejos, los ejemplos que citas son esclarecedores, aunque un libro de Mariló Montero pueda ser para deshilacharse de risa.
Yo, la verdad, me he metido en muchos bertenjenales, y de algunos he tenido que salir corriendo, como de las "Cincuenta sombras de Grey" que, ni para estímulo erótico solitario vale, o de los libros de Paulo Coelho que me reblandecen tanto las entretelas que no los soporto. Y mira que hago esfuerzos para tragármelo todo. He leído hasta a Waltzlawik y a Gombrowitch, que ya es decir.
Los rayos de sol pueden ser extraídos de los pepinos cohombros, pero el proceso es dispendioso (David Daggett). ¿Dios habla a través de los gatos? (David Evans). Como enseñarle física al perro (Chad Orzel).
Liberace: tu asesor personal en moda (Michael Feder)
Parece que el mundo se divide en dos: los que son felices y los que no. Resulta, además, que los que son felices tienen la fórmula secreta para conseguirlo y en un alarde de generosidad necesitan compartirla con los infelices a través de libros. Además, los felices también saben cómo alcanzar el éxito, triunfar en la vida, cumplir sueños y poner en sus perfiles públicos chorradas más o menos azucaradas. Ellos son los elegidos. Siempre he creído que el único libro de autoayuda realmente valioso es el que puede escribir uno mismo, pero bueno... Las consultas de los terapeutas están llenas de lectores de este tipo de libros. (Por cierto, mi más sentido pésame a todos mis amigos psicólogos, pues además de la crisis han de lidiar con un intrusismo que me deja perplejo). Estoy hasta las pelotas de este (falso) "buenrrollismo" porque las felicidades intencionadas son tan falsas como las lágrimas de cocodrilo.
Ahora bien, si LLuc escribe un cuento soy el primero en comprarlo.
Saludos
Mariló tiene un gran corazón que necesita amar incluso en tiempos revueltos. Hasta yo, sin ser mujer, he comprendido la importancia de transmitir esta experiencia. Eso si, espero que no entre en detalles.
Con todo, el mas deleznable tiene que ser necesariamente el libro de Leopoldo F. Pujals. He sufrido en mis carnes el criterio creativo de ese ejemplo del peor self made man que pudiera imaginar Tenesse Williams. De ahí solo puede salir autobombo republicano. No me extrañaría que las estrellas de su título fueran las de la bandera de los USA, fíjate lo que te digo.
Y no pienso decir nada de Lucía Etxebarría.
Un abrazo
Loque, el día que hagan un video de un oso panda, un gatito, un perrito y un micro cerdo, internet implosionará de amor.
Juli, la sección de autoayuda es casi, casi lo más. El primer puesto lo tiene la sección de novela romántica. Antes de 50 sombras de Grey estaba lleno de novelas de damiselas en corsé abrazadas por tipos en torso.
Sorokin, me admira que hayas leído a esos señores cuyos nombres me siento incapaz de deletrear.
Blackmount, ¡¡¡¡cuanto titulado!!! Me quedo con el de Liberace dando consejos de moda, porque lo de que Dios nos habla a través de los gatos, siendo una futura señora loca de los gatos como soy, lo mismo me lo creo y todo.
DeWitt, ¡muerte al buenrollismo! Es ridículo, es infantil y, sobre todo, es más falso que el cartón piedra.
Uno, venga, va, di algo de Lucía Etxebarría...
Si es que con esas portadas y esos títulos... qué se puede esperar!!
No leería el libro de Mariló Montero ni por prescripción facultativa.
Además esos títulos suelen ser para la gente poco exigente y de fácil convencimiento, porque los títulos parece que van avasallando "o lo lees o preparate para ser un desgraciadito toda tu vida". El tal Josef Ajram, siempre he pensado que le ha dado la vuelta al apellido y que en realidad se llama Marja, que tampoco suena bien, pero no se, me he sentido Sherlock Holmes.
Y lo de la literatura erótica es de traca. Siempre ha habido y se la miraba casi con desprecio, pero chica, es ponerse algo de moda y que lo voceen los cuatro listos de turno, y lanzarse la gente como si no hubiera mañana. Y ahora viene la consabida avalancha de literatura erótica que resulta que todo el mundo sabe escribir ese tipo de género.
En fin.
Saludillos.
Flipo con el título ese de "Se prohíbe mantener afectos desmedidos..." ¿Les cupo el nombre de la autora en la portada?
En cuanto a los libros de famosos, ¿alguien recuerda que María Teresa Campos escribió un libro de humor para la colección El Papagayo sobre cómo librarse de los hijos? De humor, sí. Es fácil imaginarla escribiendo un chiste y, a continuación, cruzarse de brazos para romper a reír con su propio ingenio.
Ese fragmento del libro de Pilar Eyre me deja muy trastornado, tanto como lo esta ella... Ves lo que pasa cuando abusas del ácido hialurónico.
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