--> Entre Bárcenas, Siria y Egipto hemos tenido un agosto que no lo conoce ni la madre que lo trajo.
Ni noticias sobre nuevos sabores de helado, ni sobre qué calor que hace, ni sobre las fiestas más guarras de la geografía española. Las noticias de verdad han ocupado casi todo el tiempo del telediario, y oye, se agradece. Pero siempre se acaba colando alguna de esas noticias, que en realidad deberían llamar de otra manera; anécdota, chorrada o tontunada, serían nombres mucho más adecuados. Y la tontunada de este agosto ha sido que la canción de este verano, "blurred lines", de un tal Robin Thicke, podría ser un plagio. Excusa fantástica para, de paso, poner el videoclip de "blurred lines" donde, ¡oh sorpresa! resulta que salen varias modelacas a ratos con bikini, a ratos sin bikini.
El caso es que, oídas las dos canciones: la original de Marvin Gaye, y la de Thicke, yo no noto el plagio. Pero a mí no me hagáis caso, que nunca he distinguido a Annie B. Sweet de Russian Red...
Y de todas formas, ¿dónde está esa finísima línea que separa el plagio del homenaje, al guiño de la adaptación?, ¿es cuestión simplemente de pagar el dinerete correspondiente al homenajeado/plagiado? Porque no siempre es así.
En el mundo de la moda, por ejemplo, se plagia descaradamente. Tan descaradamente que nadie disimula. Y tampoco se paga ningún tipo de porcentaje al diseñador plagiado. Sencillamente se asume que los diseñadores de alta costura plagiados y las grandes cadenas que los copian tienen diferentes públicos.
Unos se pueden gastar los 2.000 o 3.000 euros que vale un vestido de Valentino y otros los 29.99 que vale uno en Blanco:
En la música, si plagias te enfrentas a un juicio millonario. Pero si homenajeas, la cosa cambia. En una época en la que Zara, Mango y H&M se forran a base de clonar la ropa de los diseñadores de campanillas es normal que las bandas tributo tengan el éxito que tienen. Antes actuaban en tugurios de mala muerte, de esos que programan monólogos, magos, o bailes regionales, en una tarima de dos metros cuadrados. Ahora llenan salas de conciertos, y hasta hay agencias de representación especializadas en contratar a bandas tributo.
El auge de los grupos homenaje llega hasta el punto de que tienen que echarle mucha imaginación a sus nombres para poder distinguirse de los otros imitadores.
Así tenemos a los Zombeatles, y es que con la cantidad de imitadores que hay de los Beatles (sólo en España están Abbey Road, The Blisters, The Beatboys, The Getbackers... ), estos se distinguen porque van siempre caracterizados de zombies.
Gabba rinde tributo a dos grupos a la vez a ABBA y a... ¡Los Ramones!
Y mi preferido, Mandonna, que podría llamarse así en honor al genio que seguro que tiene la ambición rubia, pero no, es que son hombres imitando/homenajeando a Madonna.
En España tenemos a los Gansos Rosas (Guns'n roses), La Fuerza del Destino (Mecano) o Iberia Sumergida (Héroes del silencio). Aunque, puestos a elegir un nombre, yo personalmente hubiera elegido "No seas membrillo" para la banda tributo a Héroes y "Tú contestastes que no" para la de Mecano.
Ejercicio de agudeza visual, ¿quién es Bunbury y quién su imitador?
Yo he visto a Iberia Sumergida en directo, sin ser yo fan de Héroes del Silencio ni nada de eso. Y qué queréis que os diga, me lo pasé como una enana. Porque si hay algo que tienen tanto las bandas homenaje como su público es entusiasmo. Esos fans son tan fans que graban en su móvil hasta la actuación de los imitadores . Ese cantante de Iberia Sumergida entregado, que seguro se ha hecho la permanente para tener el pelo tan rizado como su ídolo. Y además todo por un precio de lo más asequible, oiga.
Tiene sentido brindar a los fans, que siguen siéndolo, la oportunidad de ver en directo a grupos que ya no son tales. Lo que ya es absurdo es que haya bandas homenaje de Fito y Fitipaldis, de Sabina o de Loquillo.
Y vosotros, amigüitos, ¿habéis visto a alguna banda tributo?
Ah, y el sábado ¡nos vamos de boda! Se nos casa la pareja más jipiji de toda Ibiza; Andrea Casiraghi y Tatiana Santo Domingo. Como no me han invitado (francamente, no entiendo porqué), me conformaré con comprarme el Hola y os emplazo en este, vuestro blog, para comentarlo todo todito todo en cuanto salga la revista de las revistas.
Y también el sábado hay otro evento, la proyección de "Lo último hago para el Notodo" en el festival La Nit Més Curta, en Vilassar de Dalt, Barcelona.
5 comentarios:
Yo, apiga, tengo poco que aportar a tus sabias palabras, porque ya sabes que soy analfabeta musical. Soy incapaz de diferenciar una copla de una bachata y no retengo, así que las canciones las escucho siempre como si fueran la primera vez. Pero en cuanto a la boda de los jipis... tengo unas ganas de que salga el Hola, de que lo compres y de que lo comentes aquí, que vivo sin vivir en mi. ¿Cómo vestirán a la hija del Janober y hermanastra del novio? Porque con la pinta de borracha que tiene la niña no creo que lleve los anillos. ¿Y Carolina? ¿Se peinará esta vez o hará como en la boda de la Leti? Dudasssss
Yo tampoco entiendo muy bien por qué no es plagio en algunos sectores lo que en otros es un escándalo (o un error informático).
Estoy deseando ver las fotos (y tus comentarios) de la boda de Andy y Lucas, o Andy y Tati o cómo sea que se llamen estos pijos guays entre sí.
¿Cuántas amigas de los novios serán clónicas de la novia? A mí me cuesta diferenciarlas.
pd. Pobre hija pequeña de Carolina, como si no tuviera bastante con tener ese padre
Bueno, yo de pop no entiendo, pero de plagios u homenajes, siempre me inquietó por qué rayos, Gus van Sant hizo, plano por plano, en 1998 un ¿homenaje? a Psicosis de Hitchcock.
Y... bueno, tambien hay un concierto para dos violines y orquesta de Bach que es abssssolutamente igual que otro de Vivaldi.
No sé, voy a escribir un cuento de Juan Marsé uno de estos dias. El del teniente Bravo, por ejemplo. A ver si es goma y pega, como dicen en México
Erre, Carolina está desconocida últimamente. Despeinada, soltera... Creo que necesita a un cubanote joven a su lado para volver a deslumbrar en Mónaco.
Loque, a las amigas clónicas de Tati las podemos numerar, como si fueran los extras de una película: AMIGA 1, AMIGA 2. Será la única forma de distinguirlas.
Sorokin, lo de Gus Van Sant era para haberle prohibido, durante un lustro por lo menos, hacer otra película. Ánimo con escribir un cuento de Marsé y no olvides darle tu toque, es decir, cambiar el nombre del autor.
Recuerdo alguien que buscaba curro que me presentó como suyos unos cuantos trabajos que no lo eran. Casualmente yo conocía a los autores. Lo peor de todo es que los trabajos eran muy malos.
Recuerdo dos hermanas "Las Bony Em de Albacete" gorditas y gemelas en una inolvidable versión de aquello del RRiverr of Babilón que puso a toda la plaza de aquel pueblo en pié (con distintas intenciones pero de pié)
Copiar, inspirarse, homenajear, reciclar está a la orden del día la cuestión es cómo y a quién eliges para imitar.
Imitar el bombo de Tatiana Santo Domingo Domingo no dice mucho de Carlota.
Un abrazo
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