Las Ramblas de Barcelona, años de la Posguerra. Unas señoras, desde la calle, piden a voces que salga Pepita. Pepita, vestida de gitana, los labios pintados y peinada con el típico caracolillo de las folclóricas, sale al balcón y canta y baila como Lola Flores. Y eso que Pepita es una cría de 6-7 años. Las señoras aplauden como locas y gritan: "artista", "¡artista!". Pepita entra en su casa y se quita el vestido de gitana, y los pendientes y los caracolillos. Es un niño.
Así comienza "Pepe" un cómic que narra la vida de Pepe González, un dibujante coetáneo del autor (Carlos Giménez). Pero "Pepe" no es la historia de un homosexual, ni de un imitador de Lola Flores, ni siquiera es una narración sobre la vida en la España de los años 50-60. Es la historia de un hombre con talento. Así, en general.
Una vez le preguntaron si para dibujar
utilizaba grafito Mars Lumograph 6B, mina de carbono Wolff's de
gradación HH o un Conté extrablando BB. "Qué va, yo
uso un lápiz", contestó.
Contado por Carlos Giménez
Pepe González tenía una facilidad para dibujar que dejaba pasmados a todos sus compañeros. Le dejaban un rato solo frente a acuarelas, óleo, grafito o cualquier tipo de técnica de dibujo que él desconociera, y en un rato la tenía dominada. Dibujaba cualquier cosa de memoria y sus mujeres eran las más hermosas.
Pero lo mejor (o peor) de todo es que el dibujo era sólo uno de los muchos talentos de Pepe González.
A finales de los 50, formamos un grupo,
“Los Dálmatas”, yo tocaba una Framus y Pepe cantaba en inglés
sin saber inglés y los guiris lo miraban raro pero colaba. Durante
tres años, en verano hacíamos el típico recorrido de hoteles y
terrazas de la Costa Brava. En una ocasión, un tipo de la
discográfica Vergara, tras una actuación en Lloret, citó a Pepe
para una prueba de estudio, ¡saltamos de alegría, era la fama!:
Pepe no se presento a la audición. Para qué ir si ya sabía cantar.
Así era José González.
Contado por Josep María Beà (otro dibujante de la época)
Cantaba bien, actuaba bien, imitaba bien, bailaba bien, era un showman completo. Pero, sin ningún interés en dedicarse profesionalmente a ello. Sólo le divertía mientras duraba la novedad. Pasado un rato, pasadas las primeras dificultades, se aburría y a otra cosa mariposa. "Pepe" está lleno de las quejas del dibujante, que se cansa de hacer "tantos cuadritos" y que no aprecia en absoluto la fama y el prestigio que consigue en Estados Unidos gracias a sus dibujos de "Vampirella".
Así que el auténtico tema de "Pepe" es el talento. Esa cosa tan escurridiza y aleatoria que es talento. Porque nos dicen que va unida al esfuerzo, a la ambición, al trabajo... pero no siempre es así. Pepe González era como Amadeus, un tipo tocado por los dioses y al que le importaba un pimiento su talento. Lo daba por hecho.
Pero una cosa es el talento y otra es el éxito. Puede que para tener talento no haga falta trabajar, ni esforzarse, ni tener contactos, ni siquiera tener suerte. Pero sí hace falta para tener éxito. Y, pasados los años del boom de "Vampirella", Pepe González fue olvidado. De hecho, esto es lo que se encuentra en Google cuando se teclea su nombre:
Él tampoco se molestó en hacer gran cosa por destacar. No le interesaba. Los cómics le parecían demasiado trabajosos (tanto cuadrito...) y prefería estar a su rollo, pintando retratos de lo que le apetecía. Eso motivó que su muerte en 2009 pasara totalmente desapercibida. Y precisamente por esa injusticia Carlos Giménez se decidió a hacerle un homenaje en forma de 3 volúmenes de cómics.
Pero hay más, si la historia del talentoso Pepe ha despertado vuestra curiosidad y queréis saber más sobre el cómic en España, sobre la vida en la posguerra y, de paso, echaros unas risas, podéis leer "Los profesionales", también de Carlos Giménez.
Last, but not least, el autobombo habitual. "Lo último que hago para el Notodo" se proyecta en el festival de cortometrajes de Almendralejo este jueves 14 de junio.
5 comentarios:
Carlos Giménez es maravilloso, como Pepe, pero añadiendo la crónica de una época.
Y encima es un tipo súper majete!
:D
Gran entradaaaaaaa!
Leí algunos fragmentos de "Los profesionales" hace mil millones de años porque ahora no recuerdo casi nada, y hace muy poquito lo volví a ver en la biblioteca, así que creo que es el momento de volver a ello.
Sería como el Amadeus de la película, porque el auténtico Mozart se había pasado más horas delante de un piano que un taburete, y básicamente murió de agotamiento por el trabajo.
Qué tipo tan genial. Volveré al comic.
Interesante personaje, la verdad es que existe gente tal como dices, con mucho talento pero que no se deja arrastrar por él, sino que lo cultiva a su aire. Vi los dibujos de Greta Garbo que has puesto en el link, magníficos.
Saludos
Gal, sabía yo que te iba a gustar este post...
Loque, tienes más razón que un santo. El Amadeus real, además, fue un niño prodigio explotadísimo, venga a hacer giras por Europa.
Uno, léetelo, es lectura veraniega total.
Claudia, también hay dibujos de Marilyn a cascoporro.
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