Ya sabéis, lectores de mis entretelas, que tengo una parte del cerebro dedicada a almacenar datos absurdos. Es mi súper poder inútil, como otros pueden tocarse la nariz con la lengua o hablar al revés. El problema de ese disco duro de morralla que tengo es que a veces es tomado por invasores, en forma de jingles pegadizos tipo "Israel, Israel, qué bonito es Israel". Pero esta cumbia tocada con algo parecido a esto:
... es música barroca de Bach al lado de las canciones chorras de la publicidad. El famoso jingle que dice:
Tchin Tchin
de Afflelou
Tchin
Tchin
se ha quedado en mi cabeza durante días. Figuraos la de neuronas que habré perdido por culpa del señor Alain Afflelou. Que yo entiendo que haya marcas que quieran que hablen de ellos, aunque sea mal pero... ¿a costa de la salud mental de sus potenciales clientes? Porque yo sufro mucho con algunos anuncios. Sufro con todos los de Ferrero, sean de los bombones Merci, de los Mon Cheri, del kinder sorpresa o del kinder bueno. Sufro con el anuncio asambleario de Movistar que se ha ganado un premio al peor anuncio del año, y sufro con los amigos de Pablito, empeñados en hacer caca en su baño porque huele mejor que los de sus casas. Pero hay cosas peores que esta:
Como si el título no fuera de por sí bastante claro, ahí están Justin “quiero ser un artista completo” Timberlake y Milla “y yo protagonizar anuncios de L’Oreal” Kunis haciendo un gesto digno de un niño de 6 años al que la palabra “culo” le hace mogollón de gracia.
Hace un año saltaba, a traición, como salta toda la publicidad en Spotify, este anuncio de la película "Happythankyoumoreplease":
(voz masculina) ¿qué haces en tu tiempo libre?
(voz femenina) canto
(el de la voz masculina de antes) ¿canciones?
(la de la voz femenina de antes) Sí, canciones, ¿y tú?
(el maromo) Escribo.
(la churri) ¿palabras?
Sí, palabras.
Como diría Paquita la del Barrio: "Aaaaaay, doloooor".
Pero el anuncio hecho por su enemigo que se lleva la palma es, con permiso del de Loewe, este:
Pero todavía hay más misterios por resolver en el mundo de la publicidad ¿Hay un acuerdo un acuerdo entre la confederación láctea española (si es que existe) y la Unión de Actores? Sólo eso explica la obsesión de las empresas de lácteos con los actores españoles. Puleva con Belén Rueda, central lechera asturiana con Natalia Verbeke, bio y Coronado y Machi, el griego de Danone y Hugo Silva... ¿Acaso el estreñimiento es un problema típico de los actores, como la luxación de hombro lo es en los violinistas?, ¿cuál es vuestro anuncio más odiado?, ¿y el jingle que no os podéis quitar de la cabeza?, ¿es quizá, éste?, ¿a vosotras también os entra la risa floja cuando Hugo Silva dice "un yogurazo"?
3 comentarios:
Madre mía, todavía estoy alucinando con el Delfín y la Tigresa de Oriente… pero creo que queda muy bien ilustrado el realismo mágico latinoamericano mejor que cualquier libro de Gabo. Y el traje rosa con vírgenes (¿o son Barbies?) se lo vendiera a Lady gaga ahoritita mismo por miles de dólares.
Has descrito maravillosamente bien el lamentable cartel de esa peli que no quiero ni nombrar.
Lo de Telemadrid, si estaban usando la ironía… pos vale.
El de la óptica, no aguante más de 5 seg. con el jingle… ¿hay quienes lo escuchan todo?
De los demás, ni idea, no vivo en España y casi no veo tele…
Saludos
¡Te juro que empecé a escribir una entrada sobre el anuncio de Movistar!
Pero veo que alguien más reconoció sus méritos, bien, me alegro.
Pues sí, ese era el más odiado, junto a los de futbolistas.
El cartel de la peli que dices, me llegué a convencer de que no había ocurrido, que había sido un sueño.
El de Loewe lo vi en El Intermedio, donde hicieron una mini sección "Quién te cae peor del anuncio de Loewe"
Claudia, me encanta esa comparación entre el realismo mágico y Wendy, Delfín y la tigresa... Es más, creo que alguien debería hacer una tesis sobre el tema.
Loque, los redactores del Intermedio se lo tienen que pasar tan bien como los del Cuore.
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