Yo antes nunca abandonaba un libro. Me daba cosa. Si empezaba un libro, por mierdoso que fuera, yo me lo acababa, que para eso se han inventado varias técnicas:
- La lectura en diagonal. Ante un tocho como “El señor de los anillos”, donde lo único que pasa es que los hobbies andan por Gondor, Mondor, o Marina D’Or, ciudad de vacaciones, de vez en cuando se paran y hacen turnos para que unos duerman y otros vigilen, la cosa sólo se anima si le das al fast forward y lees por encima, hasta que llegas a una batalla o algo con chicha.
-El salto de los párrafos descriptivos. Si os estáis leyendo “La Iliada”, que sepáis que hay párrafos describiendo al detalle cosas tan fascinantes como las nubes de verano, para que luego suelten “como las nubes de verano, así avanzaba el ejército troyano”. Ah, y el episodio del caballo de Troya no sale. Sale en la “Eneida”.
- Saltárselo todo e ir directamente a la última página para saber quién es el asesino. Si os habéis leído más de tres libros de Agatha Christie, seguro que ya lo habéis hecho.
Con “1Q84”, de Haruki Murakami, he practicado las dos primeras tácticas y he desarrollado, además, una tercera: leerlo en los ratos muertos que paso en el water. No voy a contar públicamente mis problemas de tránsito intestinal (aunque si habéis hecho algún viaje conmigo, ya os los habré contado), pero mejor que el bifidus, por mucho que se empeñe Carmen Machi, es leer un libro ahí sentadita. A favor: no usas ningún medicamento para forzar a la madre naturaleza, en contra: no te acabas el libro en la vida.
4 meses después de empezar a leer “1Q84”, parecerme un aburrimiento, pero querer acabármelo, y llevármelo al baño, he aprendido una cosa: que el libro era una caca. Y una señora caca, del tamaño de un niño de nueve años, que diría mi amiga R.
¿Por qué no os debéis leer 1Q84 aunque sea un best seller, aunque os llame desde las estanterías de la FNAC, aunque su contraportada diga que es de una “acción hipnótica” con “violencia de turbadora belleza” y “personajes impulsados por anhelos universales”?
Porque es demasiado largo. 737 páginas. Malísimo para la espalda, si eres de los que lee en el metro. Y además, si fuera una película, sería de esas en las que comentas que le sobra media hora. Si quitáramos todas las veces que el autor repite información que ya contó una vez (la historia completa de cómo nació una secta) y que, incluso la primera vez que la contó, parecía una chorrada (como que a Aomame, una bella asesina a sueldo, no le gustan sus pechos, porque son pequeños, sin embargo los de Fukaeri, escritora de 17 años con grave dislexia y problemas para comunicarse, son enormes y turgentes) se convertiría en un libro de bolsillo muy manejable.
Porque genera preguntas y no las resuelve. ¿Quién es el padre biológico de Tengo, el protagonista masculino?, en el primer episodio ya nos cuentan que él recuerda ver a un hombre que no era su padre lamer los pechos (sí, yo también pienso que Haruki está obsesionado con las tetas) de su madre. 700 páginas después el marido de su madre le confirma que no es su padre biológico, y ya. Pero es que aún hay muchas más preguntas por resolver, cada una más surrealista que la anterior, pero para entenderlas pasemos al siguiente punto…
Porque la trama es un sindiós. Un editor encarga a Tengo, escritor novel, que reescriba una novela titulada “La crisálida del aire”, escrita por una adolescente, Fukaeri. La novela habla de lo que más adelante se descubrirá es la infancia de Fukaeri, en una comunidad medio hippie aislada del exterior, y su encuentro con la misteriosa “Little people”, una especie de hombrecillos sólo ella puede ver y que tejen la crisálida del aire, de donde sale una doble de Fukaeri.
Un día, desayunando, Murakami se comió unos krispies y se le encendió la bombilla... ¡los krispies de Kellogs son la little people!La aparición de estos hombrecillos y su contacto con el líder de la comunidad lo cambian todo, la secta, de ser un grupo de gente austera, dedicados al campo y la meditación, pasan a convertirse en una secta religiosa que adora a su líder.
Por otra parte, y en paralelo, la bella Aomame da clases de estiramientos por el día y de vez en cuando se carga a gente por encargo de una millonaria y venerable anciana. Los tipos que se carga suelen ser hombres que han maltratado a sus esposas. El caso más grave que le llega es de un hombre del que se sabe ha abusado de una niña pequeña, amparándose en el aislamiento de la secta religiosa en la que viven. El tipo en cuestión es el líder, que le cuenta a Aomame que para él la muerte será una liberación, desde que está en contacto con la “Little people” sufre un dolor físico inmenso y sus relaciones con las niñas no son violaciones. Luego, cuando Tengo se empalma y Fukaeri se sienta encima de él y él tiene una visión con Aomame (su amor verdadero desde que compartieron clase cuando tenían 10 años, no se han vuelto a ver ni se han buscado el uno al otro, pero los dos se aman), comprendemos que no es sexo, sino otra cosa, ¿cuál? Y yo qué sé. ¿A cuento de qué las violaciones de las niñas?, ¿qué puñetas son la Little People?, ¿desde cuándo estás enamorado de alguien y no lo buscas?, ¿cuál es el tema de este libro?, ¿tiene alguno?, ¿qué significa "prima de riesgo"?
Quizá todos estos interrogantes se resuelvan en el tercer volumen de 1Q84, que todavía no se ha publicado pero yo, personalmente, paso.
Y vosotros/as, ¿cuál ha sido el último libro que os habéis leído que os ha parecido una caca?
6 comentarios:
Jaja, la verdad yo huyo de los libros más vendidos, porque, vamos a ver, si la mayoría tuviese buen gusto y apreciara la literatura este mundo sería muy diferente... jajaja.
Leí una sola vez Murakami y me bastó, me parece que tiene oficio y suerte, pero no me enganchó para nada, mucho mejor Kezaburo Oé, el nóbel japonés con diferencia.
Y de libros malos, ya te digo, me arriesgo muy poco. Si leo a un autor nuevo tengo que tener alguna referencia o por lo menos confiar en la editorial... ¿El último malo que intenté leer? La Sombra del Viento.
Saludos
Yo me leí dos de Murakami
- After Dark: Ah, pues está bien.
- Al sur de la frontera...: ¿Cuántas veces se puede repetir lo mismo, sin que por cierto, tenga sentido. En concreto se refería a la obsesión de un tío por una tal Mishamoto que era
"su amor verdadero desde que compartieron clase cuando tenían 10 años, no se han vuelto a ver ni se han buscado el uno al otro, pero los dos se aman"
¡¡Sí, sí, era exactamente igual!!!
Un tío que vive su vida esperando que aparezca la niña de la que se colgó con 11 años, cuando escuchaban música juntos (y no hacían absolutamente nada más, ni hablar, ni nada)
Claudia, "la sombra del viento" debe ser hardcore. Mis experiencias con los grandes best sellers (tipo "los pilares de la tierra") son que los dejo en la página 20 o así.
Loque, ¿no te parece un poco pederasta seguir enamorado de una niña de 10 años cuando no la has vuelto a ver de adulta?
La verdad no me lo había planteado, sí, un poquín enfermo eso de que tu ideal ya de adulto siga siendo la niña de 10 años...
No solo me lo parece a mí, sino a Nabokov que ya lo contó por activa y por pasiva en "Lolita".
Vamos, que ni siquiera la idea es suya.
Además el prota de "Al sur de la frontera" se pasaba páginas y páginas (no repetía ni nada, el tío) diciendo que su mujer era muy maja y estupenda, y que por eso solo le había sido infiel durante los embarazos (un santo, vamos).
Pero vamos, que prefería a la niña de sus fantasías (un colgado y/o pedófilo) que para colmo estaba como un auténtico cencerro y así, como hablando del tiempo, le dice:
- Oye, ¿Y si nos matamos?
Y el tío está a punto de matarse solo porque se lo dice!!!.
Yo aquí ya había escrito y no se por qué no sale... Cagontó.
Publicar un comentario