Lo malo de ver series compulsivamente es que hay momentos de vacío en medio. Mientras esperas a que los de AMC dejen de tocar las narices y renueven sus series una temporada más o a que encuentres una serie que llene el vacío que ha dejado la última que ha conseguido enganchar de verdad (“The killing”, en mi caso)...

Como para no engancharse a la serie...
...en esos momentos no queda otra que ¡oh, dios mío!, poner la tele. Y ahí, ante el dilema de ver “Ghost rider”, con Nicholas Cage convertido en señora que se ha hecho un lifting o un documental en la 2, acabas viendo el documental de la 2.
Llamadme inculta, pero yo lo único que sabía de Phil Spector es que había producido a los Beatles y que una vez que tuvo un bad hair day su foto copó internet:
No sabía que le habían juzgado por el asesinato de una actriz de serie B llamada Lana Clarkson, que fue declarado culpable y pasará 19 años en la cárcel, es decir, hasta que cumpla los 88.
Y tampoco sabía que el carrerón de Phil Spector no sólo incluye a los Beatles, también a Leonard Cohen, a Tina Turner, a las Ronettes, a los Righteous Brothers, a John Lennon, a Los Ramones…
Y de eso iba el documental “Phil Spector, el tormento y el éxtasis”, realizado durante el primer juicio contra Spector. Un documental malillo, pero oye, qué importa que no esté bien rodado, y tenga poco ritmo si tiene una entrevista con Phil Spector. Eso, por sí mismo, mola.
Dice el refranero popular que las apariencias engañan. Pero en este caso, no. Spector es lo que parece: un señor mayor que está como una maraca.
Y no sólo porque se empeñe en peinarse metiendo los dedos en un enchufe...
El productor musical tiene, además, ramalazos de manía persecutoria, porque según sus propias palabras el juicio contra él (por homicidio, que no es una multa impagada o un hurto en una tienda) es una caza de brujas, comparable a la que sufrió Galileo Galilei. También es enfermizamente envidioso, empeñado en dejar caer, sin que el periodista le preguntara por nada ni remotamente parecido, que Bill Cosby era doctor honoris causa por una universidad, y él no. Además, es un egomaníaco, que compara su aportación a la música pop con la de Bach a la música clásica.
Y eso sólo en una entrevista donde no se hablaba del juicio y lo que había detrás, a saber: que desde mediados de los 70 Spector es un hombre con brotes violentos, que exhibía armas en los estudios de grabación como si tal cosa y que pocos (Yoko Ono entre ellos, eso ya da una idea de lo loco que estaba) querían trabajar con él.
Pero, detrás de las pullas a Tony Bennet (nadie lo dice ahora pero ha sido un cocainómano toda su vida), a Brian Wilson (lleva 40 años intentando imitar mi “muro de sonido”, pero no lo ha conseguido), a Paul Mc Cartney (“Let it be” era improducible hasta que llegué yo) y a unos cuantos más, detrás de tanta mala baba, está la música que Spector hizo.
Igual este hombre se cree un genio porque, de verdad, fue un genio.
Y si no, observad este actuación en directo de la única persona (excepto de sí mismo) de la que Spector habla bien: Tina Turner. Según el productor, la única que podía estar en los directos a la altura del trabajo que él realizaba en el estudio. Y tenía razón, porque esto es oro puro:
Desde la cárcel, Phil Spector ha vuelto a producir un disco. Pero me da a mí que no va a estar a la altura, porque es el disco en solitario de su esposa 40 años más joven que él. En prisión está recibiendo un trato preferencial, aunque sólo sea por su pasado, por su edad y por lo que podrían hacerle a este hombre los del orgullo blanco un día que lo pillen despistado en las duchas, es justo. Le van a dar acceso a instrumentos y podrá participar en jam sessions, ¿no sería un final precioso que sacara un disco con los otros presos y fuera número uno?
Llamadme inculta, pero yo lo único que sabía de Phil Spector es que había producido a los Beatles y que una vez que tuvo un bad hair day su foto copó internet:

No sabía que le habían juzgado por el asesinato de una actriz de serie B llamada Lana Clarkson, que fue declarado culpable y pasará 19 años en la cárcel, es decir, hasta que cumpla los 88.
Y tampoco sabía que el carrerón de Phil Spector no sólo incluye a los Beatles, también a Leonard Cohen, a Tina Turner, a las Ronettes, a los Righteous Brothers, a John Lennon, a Los Ramones…
Y de eso iba el documental “Phil Spector, el tormento y el éxtasis”, realizado durante el primer juicio contra Spector. Un documental malillo, pero oye, qué importa que no esté bien rodado, y tenga poco ritmo si tiene una entrevista con Phil Spector. Eso, por sí mismo, mola.
Dice el refranero popular que las apariencias engañan. Pero en este caso, no. Spector es lo que parece: un señor mayor que está como una maraca.

Y no sólo porque se empeñe en peinarse metiendo los dedos en un enchufe...
El productor musical tiene, además, ramalazos de manía persecutoria, porque según sus propias palabras el juicio contra él (por homicidio, que no es una multa impagada o un hurto en una tienda) es una caza de brujas, comparable a la que sufrió Galileo Galilei. También es enfermizamente envidioso, empeñado en dejar caer, sin que el periodista le preguntara por nada ni remotamente parecido, que Bill Cosby era doctor honoris causa por una universidad, y él no. Además, es un egomaníaco, que compara su aportación a la música pop con la de Bach a la música clásica.
Y eso sólo en una entrevista donde no se hablaba del juicio y lo que había detrás, a saber: que desde mediados de los 70 Spector es un hombre con brotes violentos, que exhibía armas en los estudios de grabación como si tal cosa y que pocos (Yoko Ono entre ellos, eso ya da una idea de lo loco que estaba) querían trabajar con él.
Pero, detrás de las pullas a Tony Bennet (nadie lo dice ahora pero ha sido un cocainómano toda su vida), a Brian Wilson (lleva 40 años intentando imitar mi “muro de sonido”, pero no lo ha conseguido), a Paul Mc Cartney (“Let it be” era improducible hasta que llegué yo) y a unos cuantos más, detrás de tanta mala baba, está la música que Spector hizo.
Igual este hombre se cree un genio porque, de verdad, fue un genio.
Y si no, observad este actuación en directo de la única persona (excepto de sí mismo) de la que Spector habla bien: Tina Turner. Según el productor, la única que podía estar en los directos a la altura del trabajo que él realizaba en el estudio. Y tenía razón, porque esto es oro puro:
Desde la cárcel, Phil Spector ha vuelto a producir un disco. Pero me da a mí que no va a estar a la altura, porque es el disco en solitario de su esposa 40 años más joven que él. En prisión está recibiendo un trato preferencial, aunque sólo sea por su pasado, por su edad y por lo que podrían hacerle a este hombre los del orgullo blanco un día que lo pillen despistado en las duchas, es justo. Le van a dar acceso a instrumentos y podrá participar en jam sessions, ¿no sería un final precioso que sacara un disco con los otros presos y fuera número uno?