

Un bebé muy mono, literalmente.
Y vosotros, ¿ya habéis sufrido el baby boom?
Por cierto, que he renovado la lista de blogs que visito y también recomiendo, a mano izquierda los tenéis.
Mantengo este blog porque si las hombreras y el flúor volvieron a ponerse de moda, ¿por qué no los blogs?
Un bebé muy mono, literalmente.
Y vosotros, ¿ya habéis sufrido el baby boom?
Por cierto, que he renovado la lista de blogs que visito y también recomiendo, a mano izquierda los tenéis.
Personalmente, manejo varias teorías:
A. En el 2003, después de rodar "Adaptation" y "Los impostores", Nicholas Cage sufre un terrible accidente. En un edificio en obras, un obrero calcula mal y deja caer un tubo de metal, con tan mala suerte que el tubo en cuestión golpea a Nicholas en todo el cabezón y se lo atraviesa de parte a parte. Milagrosamente, él está bien y hasta puede hablar. Los médicos le extraen el tubo del cerebro no sin antes guardar copias de la radiografía de su cabeza con viga: copias para la clínica, copias para la universidad y copias para enseñar en las cenas con amigos y que vean que no sabrán contar chistes, pero pueden contar anécdotas buenísimas de sus pacientes. Sin embargo, el carácter de Nicholas cambia, se vuelve irascible y malote, ya no quiere hacer pelis de autor, sino de tiros, que pegan mucho más con su nuevo temperamento. Os parecerá raro que alguien cambie de carácter por un golpe en la cabeza, pero no es la primera vez que algo así pasa...
B. En 2002, en la premiere de "Adaptation" Nicholas se da una cuenta de algo que le traumatiza más que su romance con Lisa Marie Presley: está gordo y calvo. Como toda estrella de Hollywood, tiene un dietista, un entrenador personal, un maquillador (y también un asesor fiscal, un asistente, un agente de prensa y puede que hasta un gurú personal) que se ocupan de que siempre luzca bien. Pero en "Adaptation" le dijeron que tenía que estar gordo y despidió a todos los encargados de su aspecto físico. Como consecuencia, Cage descubrió que, bajo todo ese montón de cuidados estaba su esencia: un tipo corriente y feíto de cuarentaymuchos con pinta de precisamente eso. Y dijo: ni de coña, antes parecerme a Zoolander que parecerme a mí mismo:
C. En 2003, el día después del fin de rodaje de "Los impostores", los mismos extraterrestres-judía verde que abdujeron a George Lucas, lo abducen a él. El que tenemos ahora es un extraterrestre con menos ojo para los éxitos comerciales que el que ocupa el lugar de Lucas, y con demasiada afición al bótox. En algún lugar de Alfa Centauro, los auténticos Nicholas Cage y George Lucas, quizá acompañados por la Sharon Stone de "Casino", se dan cabezazos al ver a dónde están llevando sus carreras esas vainas que han suplantado sus cuerpos.
Hay más casos como el de Nicholas Cage, aunque menos misteriosos. En el apartado nacional, tenemos a Jorge Sanz, pero ya hay una serie, y buenísima además, que cuenta qué fue de él.
Y vosotros, ¿qué pensáis que le ha pasado a Nicholas Cage?, ¿defendéis la teoría del daño cerebral, la de la abducción o la de que no quiere envejecer?, ¿tenéis alguna nueva?
Pues ninguno.
El color carne. Que no el color “nude”. Lo mismo que los colores hueso, marfil o vainilla no son exactamente igual a amarillo clarito, el nude y el color carne no son lo mismo. Para nada. Lo que diferencia al uno del otro es si quedan bien o no. Esto es color carne. Esto color nude.
El rollo cazador. Si eliges el camuflaje, porque es más propio de adolescente de la América profunda con padres creacionistas que un buen día coge el rifle de papá y se carga a todo el instituto, empezando por las animadoras y siguiendo por el grupo de debate. Si eliges el barbour y el sombrero, se cae en el estilo Franco de cacería en el Pazo de Meirás. No hace falta que diga que ninguno de los dos looks es tendencia, al menos este año.
El estampado de animal. Es una horterada, por mucho que Dolce & Gabanna o Cavalli se empeñen en ponerlo de moda. Ni aún llamándolo “print animal”, el estampado de tigre, cebra, leopardo, vaca… me da igual, es bonito de ver. Además, si sumamos los elementos estampado animal + rosa + dorados tenemos el look ideal para ser tronista de “Mujeres, Hombres o Viceversa” o protagonista de “Princesas de barrio”:
Vane, tía, no sé qué ponerme para el casting de Tele 5...
El peto vaquero, una prenda que sólo favorece a los menores de 5 años (y no a todos) debe desaparecer del armario. Además tiene el poder de teletransportar al que lo lleva a antes del año 85; si eres un hombre adulto que lleva peto vaquero, te tomarán por un componente de Village People, si eres una mujer adulta con peto vaquero, te tomarán por Blossom. Y eso por no hablar de los problemas que da cada vez que quieres ir a ver al Señor Roca…
Los sujetadores con tirante transparente. Aclaremos términos, ni translúcido es lo mismo que transparente, ni transparente lo mismo que invisible. Que se vea el tirante del sujetador puede ser un poquito feo, pero pasa a ser directamente horroroso si lo que se ve es un tirante transparente de plástico comprado en el chino con la intención de lucir top asimétrico. Nena, cómprate un sujetador sin tirantes y eso sí, asegúrate de que no te va a hacer montañitas en el escote.
Trikini, sólo recomendable para lucir tipazo (de tenerlo) a bordo del yate de tu amante/esposo/somos amigos y nos estamos conociendo, mientras sabes que los paparazzi te están fotografiando. Aúna lo peor del bañador con lo peor del bikini: incómodo para tomar el sol, incómodo para nadar, enseña mucha carne y queda fatal. Además, es lo único que tienen en común Ana Obregón, Belén Esteban y Paris Hilton, ¿no ese motivo suficiente para sacarlo del armario, quemarlo y negar hasta el fin de tus días que una vez, en rebajas, te compraste uno?
Los zapatos en punta. Últimamente ya casi no se ven (loado sea el Señor) pero hubo una época en la que comprarse zapatos equivalía a destrozarse el meñique. Pero es que además de feos, incómodos y destrozadores de juanetes, los zapatos en punta tenían el don de hacer que un ordinario número 39 pareciera un desmesurado 42, con lo feo que está en una señorita tener un pie grande.
Y con esto, amigos, acabamos el decálogo del anti fondo de armario. Sí, sé que son 11 cosas, pero es que soy así de generosa. Considerad la última como un extra de dvd.
Este bonito y sencillísimo moño va dedicado a mis amigos valencianos,que estarán ahora precisamente hasta el ídem de las Fallas.
...tampoco:
Porque puedes decir que qué vergüenza que con la crisis que hay la SGAE recaude tanto dinero. O que la prohibición de fumar en los bares es una excusa para desviar la atención de la crisis. O que la piratería se debe a que la gente no quiere gastar dinero en cultura (que eso siempre ha sido tirar el dinero a la basura, todo el mundo lo sabe) porque la crisis aprieta mucho. Y así hasta el infinito y más allá.
Todos temas cansinos, repetitivos, que ahondan en esa costumbre tan española de quejarse mucho y no aportar nada, pero nada de nada, para solucionar el problema. Quién quiere soluciones con lo que desahoga poner a caldo a los “malos”: políticos, banqueros, internautas, da igual mientras sean una especie de ente abstracta con la que no te van a enfrentar nunca cara a cara. Por eso (y porque todos me mandáis enlaces sobre moda o cotilleos y porque cuando pedís posts, pedís cosas sobre moda o cotilleos, y me siento muy frívola y quiero enmendarlo un poco, al menos hoy) aporto aquí un granito de arena. No es la panacea, pero sí una solución al alcance de todos. Se llama banca sostenible, son bancos que han aparecido tras el éxito de las iniciativas de microcréditos en el Tercer Mundo. Básicamente, son bancos que te dicen dónde invierten tu dinero; no se dedican a la inversión de alto riesgo, ni a la especulación, y por eso tampoco ofrecen grandes tipos de interés. Porque, amigos, ¿la culpa de la crisis no la tenía la burbuja inmobiliaria y la especulación bancaria? Pues podemos hacer algo al respecto. Algo sobre un tema que, este sí, es importante de verdad.
Y el próximo post ya veré si lo hago sobre cómo las chicas de Supermodelo han cazado novio rico (como pedía Andrea por Facebook) o de esos complementos de moda que nunca debieron inventarse (como pidió R. en un post).
Se admiten más sugerencias...