Nunca he pagado por ninguna mujer, qué satisfacción puede existir si no existe el placer de la conquista.
Esto no lo ha dicho George Clooney, ni Brad Pitt, ni siquiera Bertín Osborne, Álvaro Muñoz Escassi o cualquier otro famoso seductor. No. Esto lo ha dicho Silvio Berlusconi.

Después de meses de escándalos con todos los ingredientes para un par de temporadas de cualquier culebrón: supuestas amantes, la separación de su esposa, las fiestas con menores de edad y prostitutas, desviación de fondos públicos para pagar esas fiestas y a esas prostitutas... A Berlusconi lo que más le importa es que quede clara su virilidad. Podré ser corrupto, podré ser infiel, podré ser un irresponsable, pero yo no necesito pagar, a todas esas jovencitas las he seducido yo.
Desde la distancia que da vivir en otro país, yo creo que a Berlusconi, como a Ana Obregón, si no existiera habría que inventarlo. Porque a veces, pero muy pocas, la realidad supera a la ficción o, mejor dicho, se le adelanta. Eso que suele decirte la gente que te acaba de conocer "uy, guionista, pues si yo te contara mi vida seguro que sacabas para un guión" suele ser mentira. Las vidas (la mía, la tuya) son normales, ordinarias y aburridas. Pero la de Berlusconi no.
Si la vida de Berlusconi se convirtiera en película se llamaría "Il cavaliere" (obvio) y sería una mezcla entre "Il divo", "Gomorra" y las películas de Jaimito.

También hay anécdotas en la sección "noticias curiosas" del periódico con historias que se salen de lo normal.
Es el caso de Layla, la niña británica que a causa de una septicemia meningocócica (prueba a deletrear esta palabra si por las noches tienes problemas de insomnio) cae en un coma. Los médicos pierden toda esperanza y hasta le dicen a la familia que se despida de la niña, a la que conectan a un respirador. Pero un buen día la niña va y se despierta cantando "mamma mía", su canción preferida de ABBA.
La película de esta historia sería una mezcla de "John Q." con "Billy Elliot" con "Bailando en la oscuridad".
Dejo lo mejor para el final. Mi historia real preferida, aunque tenga menos credibilidad que las exclusivas de Karmele Marchante, es ésta: Osama Bin Laden, gran admirador de Whitney Houston, la ama y cree que es una buena musulmana, aunque su marido Bobby Brown le haya lavado el cerebro. Ole.
Pues no hacen mala pareja.
Pero todo esto no lo ha dicho Bin Laden en una exclusiva a Al Jazeera desde una cueva en veteasaberdonde. No. Lo ha publicado una tal Kola Boof (¿Kola? sí, sí, se llama Kola) en su autobiografía "
diary of a lost girl". Un libro que a nadie, excepto quizá la propia familia Boof, le interesaría si no fuera porque Kola va y cuenta que fue durante muchos años esclava sexual de Bin Laden. Poco creíble, sí, pero a quién le importa...
Kola, que en su grupo de amigos debe ser la típica que cuenta los chistes mejor que nadie, también narra que Bin Laden pensaba que Whitney era la mujer más hermosa del mundo, que le gustaría casarse con ella y vivir los dos juntos en una mansión en Jartum. Además, y pese a que los Estados Unidos son el país enemigo, Bin Laden seguía las series "Aquellos maravillosos años" (supongo que para conocer la historia reciente del enemigo), "Mac Gyver" (muy práctico para sobrevivir en las cuevas de veteasaberdónde) y "Corrupción en Miami" (¿?).
Estoy segura de que alguien ya se ha adelantado y ha comprado los derechos del libro de Kola Boof. Yo me imagino la adaptación como una sitcom mezcla de "el príncipe de Bel Air", "Kandahar" y "Átame" que empieza el día en que una secuestrada (y aún con mono de crack) Whitney Houston llega a la mansión de Jartum donde Bin Laden quiere que vivan juntos y sean felices mientras ven "corrupción en Miami".
Ahora os toca a vosotros, ¿qué anécdota, noticia o hecho real creéis que debería adaptarse a la pantalla, y cómo?
"Mañana" sigue proyectándose en festivales aquí y allá. El día 3 de julio en
Calasparra (Murcia) y el día 5 en la muestra de cortos Torre Castilnovo en Conil de la Frontera (Cádiz).