No entiendo porqué a la gente le gusta cumplir años. No entiendo eso de "lo contrario es peor". Bueno, lo entiendo, pero no lo comparto. Es como si a un adolescente que fuma le dijeran: ojito, que de eso que haces los fines de semana te va a dar un cáncer de pulmón y luego estirarás la pata. Lo entiende, sí, pero no acaba de creérselo, no piensa en ello. A mí me pasa igual con cumplir años, ya sé que no cumplirlos es lo peor que te puede pasar, pero no lo pienso. Yo pienso en todo lo que ha pasado en el último año, hago balance y rara vez estoy satisfecha con el resultado.
Por eso, cuando llega mi cumpleaños, yo hago fiestas, para hacer que el balance sea un poquito mejor. Y también me doy hay algún capricho. Como éste:
Los cuatro Dunkin donuts y el mordisco de un quinto que falta, todos, me los zampé yo. Solita. De una sentada. Y no en lugar de una comida, sino de postre.
Pero cumplir años tiene otras ventajas además de las fiestas y la gula sin medida. Por ejemplo, también puedes recordar cosas que otros han olvidado o que no han vivido. ¿Os acordáis de la serie "Dinosaurios" o sois demasiado jóvenes para haberla visto? Producida por la compañía de Jim Henson, era una parodia de la típica sitcom familiar, aunque ambientada en la época de los dinosaurios y protagonizada por los Sinclair, una familia de ídem. Póngase en una coctelera una mitad de Los Picapiedra, un cuarto de El Cuentacuentos y una pizca de Los Simpson. Agítese y ahí están Dinosaurios listo para degustarse.
Lo mejor de la serie era el bebé de la familia. Una de las cosas más monas y adorables de la historia de la televisión (y lo dice alguien que se derrite con cualquier cosa que venga en formato bebé). Aquí el bebé Sinclair en todo su esplendor:
Pero el bebé Sinclair no sólo era sumamente adorable. También era un capullo. Pocas veces habréis visto un resumen tan completo como el que viene a continuación de lo que son las relaciones padres-hijos, cuando el hijo sólo es un bebé.
"Sólo quiero que me quiera, ¿eso es malo?" "El cariño hay que ganarlo, no comprarlo" "Bah, tardaría años, quiero que me quiera ya, quiero su cariño incondicional, y si hay que pagar, se paga". Me encanta.
Os dejo con una última imagen del adorable baby Sinclair haciendo lo mismo que yo anteayer: una ingesta masiva de azúcar:
Last, bus not least, "Bichos raros" ha sido seleccionado en dos festivales más: Contraplano, en Segovia y Vienna independent shorts, en Austria. Cuando confirmen las fechas de la proyección os lo cuento, por si os pilla cerca, de Segovia o de Austria, el día en cuestión.
Ah, y los dos donuts que sobraron me los comí para desayunar al día siguiente.