Pero qué grande es el Hola. No es que sea la mejor revista del corazón que hay. Para nada. Es la mejor revista de humor. O si no analizad el titular de la portada:
"Elsa Pataky (en mayúsculas) acompañada por Adrien Brody (también en mayúsculas) vive, en un excepcional reportaje, su encuentro con el mundo de África." Y por si te preguntas el motivo de ese reportaje, sin lugar a dudas excepcional, si es que Elsa y Adrien han ido a ayudar a los niñitos de África, el Hola te lo aclara: "descubre el mundo de la leona por la que le pusieron su nombre". Bien hecho Elsa, para qué hacer el paripé de que uno va al tercer mundo a echar una mano a una ONG cuando es mucho más distraído ir de safari y ver de cerca a leones que encima se llaman como tú.
La verdad es que el Hola no tiene que currárselo demasiado para sacar punta a Adrien y Elsa. Ellos se bastan y se sobran. O si no leed este estracto de una conversación entre estos dos amantes del África salvaje:
Adrien: "No sé como eres así, pero eres así, y eso es un milagro. Y es también la razón por la que te mereces lo mejor".

Seguro que Genoveva Casanova piensa que ha salido muy guapa en este "excepcional" reportaje de ella posando en "espectaculares" paisajes de Tailandia. Sí, Genoveva, eres muy mona y haces bien en separarte de Cayetano "quiero ser famoso por jinete" Martinez de Irujo pero, cari, ¿es necesario subirse a un barco y hacer como que tú eres la vela?
O puede que le dé igual, y que sólo piense en el cheque y el viaje por la "espectacular" Tailandia por la patilla. Y si para eso hay que hacer de vela, pues oye, se hace, y con un modelazo de alta costura. Porque en el Hola todos ganan: la revista porque vende, los famosos porque se hacen más famosos y más ricos y los lectores porque se lo pasan bien.
Ahora, por favor no os fijéis en la foto de la baronesa. La baronesa es la señora que está entre dos bebés, sí, es ella, le han borrado todas las arrugas y su cara es más lisa que la de las niñas de dos años, pero es ella. Fijaos en las fotos de abajo, en las de su casa de veraneo que en un reportaje, obviamente "excepcional", nos enseña Hola.
La decoración sigue la misma teoría de los niños pequeños cuando piensan que es guay comerse un helado con ketchup: si me gusta el helado y me gusta el ketchup, ¿por qué no mezclarlos? Pues Tita pensó: si me gusta el rosa, los estampados de cebra, el cristal de murano y las lámparas de araña, ¿por qué no mezclarlos?