miércoles, 29 de noviembre de 2017

Gente molona V: Tesa Arranz

Me muero de ganas porque se acerque un platillo volante a mi ventana y salgan sus tripulantes y me lleven con ellos. Adoro a los extraterrestres.

Quizá penséis que esto lo ha dicho el adorable Jack, el futuro guardián de la galaxia. Pero no. Lo ha dicho Teresa Arranz, una mujer de casi sesenta años, pintora con una fijación por los extraterrestres, sus musos a los que dedica casi toda su obra.

Pero Teresa Arranz no es famosa por su trabajo pictórico. De hecho, sus cuadros no están a la venta. Para recordar quién es ella hay que acortarle el nombre y quitarle el apellido. Es Tesa, la de los Zombies. Los que recordéis al grupo también recordaréis que sólo sacaron dos discos, su líder, Bernardo Bonezzi, dejó la banda y se dedicó a otros menesteres. Muchos lo seguirán recordando por su carrera como compositor de bandas sonoras, desde las primeras películas de Almodóvar, Urbizu y Díaz Yanes hasta la sintonía de... ¡Farmacia de guardia!

Tesa no era compositora como Bonezzi. Cantaba lo justito. Y bailar... bueno, bailaba así:


La próxima vez que oigáis hablar del baile de San Vito ésta es la imagen que se os vendrá a la mente.

Tesa no hacía nada en concreto, pero llamaba la atención. Era todo un personaje y, sin saberlo, la esencia de eso que ahora llamamos la movida pero que ella vivió como una etapa más de su vida a la que se entregó en cuerpo y alma porque en el instituto se aburría mucho. Así que un buen día cuando Tesa aún estaba en COU, se va con su amiga Edurne a conocer al grupo de amigos de su primo, entre ellos se encuentra Miguel Ordóñez, futuro miembro de Los Zombies, todos van al Rastro y:

a lo tonto terminamos en su casa haciendo un ménage à trois Edurne, Miguel y yo.

Mientras vosotros, insípidos mortales, cuando vais al Rastro lo más extremo que os puede pasar es que a lo tonto acabéis yendo de cañas y a lo tonto lleguéis a vuestras casas borrachos cuando solo son las cinco de la tarde, Tesa, a lo tonto, acaba haciendo un ménage à trois.

De la mano de Miguel Ordóñez, Tesa y su amiga entran en el círculo de la movida, conocen a Will More (protagonista de "Arrebato"), al pintor Ceesepe... y a Bernardo Bonezzi, que las ve bailando en una discoteca y las invita a unirse a Los Zombies como go-gós. Ellas, por supuesto, dicen que sí.

Nosotros, desde la comodidad del 2017, sabemos que la cosa iba a acabar mal más pronto que tarde. Y, efectivamente, Edurne, la amiga de Tesa, se enamora de un tal Kiwo, yonqui que la arrastra hacia la heroína. En los ensayos de Los Zombies, Edurne se dedica a vomitar por las esquinas y la echan del grupo. Tesa se queda sola, lo da todo en los conciertos y también en el día a día:

Total, que acabé siendo imprescindible en el grupo sin hacer nada; bueno, sí, haciendo el gilipollas. Me movía en los conciertos sinuosa, ponía caras, agitaba los brazos, mucho glamour de pega. Lo que sí es verdad es que Bernardo, cuando componía una canción, me pedía opinión y yo le decía que era divina, aunque no me gustara nada. Y eso a él le subía la tensión, era muy inseguro, y si no le decía que el tema era divino se venía abajo.

 Bernardo Bonezzi y Tesa Arranz, jovencísimos, monísimos.

Logran fichar con una discográfica importante y su sencillo "Groenlandia" es todo un éxito. Pero en esa época las discográficas reparten muy poco de los beneficios y Tesa nunca llega a disfrutar realmente de ingresos importantes. De hecho, sigue viviendo con sus padres, deja la carrera de Derecho y se dedica a divertirse a fondo. A las anfetaminas que ya consumía en su adolescencia se suma absolutamente todo lo demás: cocaína, heroína... Conoce a Almodóvar, a Carlos Berlanga, a Fabio MacNamara, a Ana Curra, a Alaska, a Paloma Chamorro. Tesa lo prueba todo y los conoce a todos:

Almodóvar, siempre a la sombra artística de Fabio, hasta que se cansó de él. ¡Lo que ha chupado de Fabio ese hombre! (...) Y fue Fabio quien le dio todo, Fabio inspiraba a una mosca muerta, lo tenía y lo tiene todo. Me iría con él ahora mismo a un monte desierto.

Tesa conoce a toda la movida y a parte de ella la conoce también en el sentido bíblico. Entre flirteos, noviazgos, ménages à trois y rollos de una noche con músicos varios (incluidos un miembro de The Clash) mi favorito es éste con los hermanos Cano, sí, los de Mecano:

El asunto con los hermanos Cano fue la monda, ay, la que se lió. Le gustaba al pequeñito de los Mecano, a Nacho, y a mí me parecía horroroso y me propuse joderle un poco porque me caía muy gordo. Total, que me lo llevé por ahí y acabamos en la cama y a la medianoche le dije: “Tío, no me das la talla, vete a tu casa”, y lo largué así. Y llamó al hermano, indignado y lloriqueando, diciéndole que le había echado de casa, vamos, era para abofetearlo, y al rato llegó el hermano y se lo llevó.

A estas alturas todos os estaréis imaginando que la energía y la inconsciencia de Tesa no podían ser producto sólo de la politoxicomanía. Y tenéis razón. A los 21 años se come todos los tripis que le trae un amigo de Amsterdam y entra en una fase maníaca que le hace plantearse que a lo mejor sufre la misma bipolaridad que habían sufrido su padre y su abuelo (¿no lo habías sospechado antes, Tesa, reina?). Tesa desaparece de la escena de la movida, pasa por momentos de euforia y otros de depresión y entre subidas y bajadas a los 27 años tiene una revelación mística. Sí, habéis leído bien: mística.

Llegué a un estado especial siguiendo la vida de Santa Teresita de Jesús, haciendo su mismo camino, siguiendo su ascetismo, sus lecciones de humildad, para que sea Dios el que te levante, renunciando a uno mismo, al puto ego. Tú no eres nada y Él lo es todo. Llegué a no ser nada y me absorbió el todo y ahí sentí una llaga de amor que me penetró en el alma a palo seco, sin tomar ninguna droga, y el corazón me ardía. 

En esos mismos años, no sé muy bien si antes o después del momento místico (es probable que Tesa tampoco lo sepa), se enamora de Eduardo, un hombre tan desequilibrado que, en comparación, Tesa parece una balsa de aceite. Eduardo forma parte de una secta que Tesa se toma a pitorreo y cuando cuatro gallinas de la granja de la secta se mueren, Eduardo culpa a su novia por sus "malas vibraciones". Tesa se marcha y no vuelve a ver a Eduardo aunque está convencida de que se ha quedado embarazada de él. Cuando llega a Madrid queda con un amigo, Jorge, de profesión estadístico, se enrolla con él y, nueve meses más tarde, tiene a su hijo a quien le cuenta que tiene dos padres:

Yo sentí que me había quedado embarazada después de follar con el estadístico, con lo cual mi hijo es producto del empujón que dio el semen del segundo hombre, Jorge, al semen del pirado de Eduardo. El caso es que el niño salió divino y ahora tiene 25 años muy salados, es sociólogo, politólogo y toca muy bien la guitarra.

Tesa consigue dejar las drogas y encauza toda esa energía desatada en pintar cuadros de extraterrestres (quinientos) y en escribir poesías, novelas, ensayos... o lo que surja. Y sigue buscando el amor. De hecho, apareció en First Dates buscándolo sin mucho éxito.


Sólo espero que los redactores del programa se hayan fijado en ella y le haya ofrecido un formato adecuado: un reality. Yo, al menos, me muero por ver cómo pasa la Navidad Tesa junto a su familia y a su hijo el politólogo con dos padres.

Si queréis saber más sobre ella y esa época tan excesiva, casi tanto como la propia Tesa, leed esta semblanza de Germán Pose. No tiene desperdicio. 

Y vosotros, ¿conocíais la vida y peripecias de Tesa Arranz?, ¿la veríais en formato reality al estilo "Alaska y Mario" o más bien tipo "keeping up with the Kardashians"?

martes, 14 de noviembre de 2017

Querida NASA

Tienes nueve años. Te llamas Jack. Te gustan los videojuegos y las películas de ciencia ficción. Si un adulto te pregunta que qué quieres ser de mayor, respondes que astronauta. Así que cuando te enteras de que la NASA busca personal para proteger a la Tierra de contaminación alienígena te dices: "tate, esto es para mí". Así que coges y escribes una carta a la NASA solicitando el empleo:

Puede que tenga nueve años pero creo que soy el adecuado para el trabajo porque mi hermana dice que soy un extraterrestre.

¿Qué es más adorable: encabezar una carta diciendo "querida NASA" o empezar con una letra grande y clara y darte cuenta de que ya no te cabe todo lo que ibas a poner y acabar apretujando las letras o firmar como "guardián de la galaxia"?

Jack ignora que el trabajo no es tan emocionante como podría parecer. En realidad consiste en viajar a las sedes espaciales de la NASA y cerciorarse de que todo está limpio como la patena para evitar contaminación. Protegernos de los alienígenas, sí... pero de los gérmenes alienígenas. Los señores de la NASA podrían haber hecho como los departamentos de recursos humanos de cualquier gran empresa cuando les llegan demasiadas solicitudes de trabajo: no contestar. Pero optaron por esto:

Estudia duro Jack y cuando tengas 25 años y un doctorado en astronomía, nos llamas.

Ojalá dentro de unos años nos enteremos de que el guardián de la galaxia, el que nos protege de los microbios extraterrestres, es Jack Davis. Estaremos en buenas manos.

Pero si, como yo, sois de letras puras, y ver la serie "Cosmos" entera ya os dejó las neuronas temblando, quizá una carrera en el mundo de la astronomía no sea lo más adecuado. Mucho mejor dedicarse a algo sencillo y hermoso:



Sí, hay un oficio que consiste en acariciar a crías de oso panda. Y no sólo eso... es que además te pagan a ti por hacerlo, no al revés. Y pagan bastante bien. El único inconveniente es que hay que trasladarse a Sichuán, en China. Pero eso no importó a ninguno de los cien mil candidatos que se presentaron.

Ah, ¿que eres un ser insensible que no segrega serotonina como un descosido en cuanto ve a un cachorro de oso panda?, ¿qué eres, un alienígena de los que nos quiere proteger la NASA? Quizá, entonces, prefieras otro tipo de trabajo. Por ejemplo, dedicarte profesionalmente a ver mundo. Viajas, grabas unos simpáticos videos contando tu experiencia, lo subes a internet y a vivir. La mala noticia es que alguien ya ha tenido la idea y ya se está forrando con ello. Se llama Alan, es mexicano y casi tan encantador como un osezno panda:


Amanesió nubladón, pero bien poco que nos importa, Alan, porque tú eres el sol de México, no más.

Alan, llévame contigo, háblame con ese acento tan chévere, repartámonos los dividendos que deben darte los millones de visitas que tienen cada uno de tus videos... ¡Cómo!, ¿que tampoco os convence Alan?, ¿es demasiado joven?, ¿demasiado mayor?, ¿o sois de esas extrañas gentes que detestan viajar porque en el extranjero comen cosas distintas y hablan distinto e incluso tienen una moneda distinta? De verdad qué quisquillosos que sois. Probemos con éste último empleo perfecto por el que cualquiera mataría. Pero antes, una pequeña introducción. Mi amiga O. comparte piso con una colección de extranjeros con quienes podría protagonizar un anuncio de Benetton, a saber: una griega, una argentina, una japonesa... Pues bien F., la griega, tiene una prima que vive en una islita y que ha estudiado un módulo de maquillaje (tranquilos, que ya llego al meollo del asunto, no os impacientéis). La prima de F. tuvo suerte y no sólo consiguió prácticas después de acabar los estudios, sino prácticas en una película de Hollywood que iba a rodarse en su isla. La película era "Snatch, cerdos y diamantes" y el trabajo de la prima de F. consistió en untar con aceite el torso de Brad Pitt durante cada día que duró el rodaje de la película.

Y vosotros: ¿cuál sería vuestro trabajo soñado?, ¿abrazapandas?, ¿untadora de aceite en el pecho de Brad Pitt?, ¿guardián de la galaxia?, ¿o viajero por el mundo junto a Alan?, ¡votad!