lunes, 29 de mayo de 2017

El pasado viene a visitarte

Llaman a la puerta.

Insisten. Tanto que piensas que a lo mejor es el de la lectura del gas. O peor aún, el cartero con una carta certificada de Hacienda, que solo insisten tanto cuando llevan cartas certificadas, si llevan un paquete o, peor aún, son los de SEUR con una compra que llevas esperando días, llamarán flojito y se marcharán sin hacer ruido. Pero me estoy yendo por las ramas. ¿De qué estaba hablando yo? Ah, sí. Llaman a la puerta. Insisten. Vas a abrir y te encuentras con tu yo del pasado. Tu yo adolescente, lleno de granos y con una carpeta forrada con fotos de los Back Street Boys, de los Pecos, de Take That... Podría ser el comienzo de una pesadilla. O, peor aún, el comienzo de uno de tantos cortos del Notodo con los que nos bombardean los amigos/colegas/conocidos. Que no debería criticarlo, que yo también lo he hecho... Pero ése no es el tema, ni queremos que éste sea el post más disperso jamás escrito. ¿Por dónde iba? Ah, sí.

El pasado vergonzante.

¿Quién no se ha puesto a revisar un álbum de fotos y ha encontrado fotos de sí mismo que le han horripilado? Nosotros, los simples mortales, lo tenemos fácil: rompemos las fotos y santas pascuas. ¿Pero qué pasa si eres famoso? Hubo un día en que no lo eras. Un día no muy lejano, cuando existían audiogalaxy y myspace y tú vas y te abres un perfil en myspace y lo llenas de fotos a cual peor.

¿Un tipo de Liverpool en sus vacaciones en Magaluf en plena resaca?

Tom Hardy, el nominado al Oscar, el que produce series que él mismo protagoniza, el nuevo sex symbol... antes de ser un actor como la copa de un pino era un inglés hortera con pinta de concursar en la versión británica de "Mujeres, hombres y viceversa". Cualquiera en su lugar hubiera ido a los tribunales y se hubiera amparado en el derecho al olvido para que borraran todas estas fotos. Tom no. Él ha dicho estar muy orgulloso de su pasado.

Pero, ¿estaría igual de orgulloso si su pasado fuera éste?:


Sí, es Terelu Campos, antes de arreglarse los dientes. Y no, no sale después del minuto 1, podéis parar el video ya.

Olvidemos un momento a Terelu Campos cuando estaba delgada, pero tenía la dentadura fatal. Hablemos de "Zocta, solo en la Tierra se puede ser extraterrestre", una película protagonizada por Joe Rigoli, humorista argentino que tuvo cierta fama en la España de la transición, esa época en la que triunfaba el humor fino y elegante de los Ozores y compañía. Ya a finales de los años 80 y quizá intentando recuperar la fama anterior, Joe Rigoli se lanza a dirigir y protagonizar "Zocta" una película que debió estrenarse directamente en video y que ni siquiera tiene una crítica en film affinity. Es una mezcla entre "Mi novia es una extraterrestre" (aquella con Kim Bassinger de sexy alien) y "Plan 9 from outer space". Vamos, canela en rama. Podría hacer la competencia a otras películas patrias que deberían tener sección propia en la Cutrecon, como "Kibris, la ley del equilibrio", esa película con José Sancho, unos karatekas y Paula Vázquez haciendo de vampiresa.

Pero ya me estoy yendo por las ramas otra vez. Si tenéis curiosidad sobre esta película tan mala que da la vuelta al círculo y parece hasta divertida, mirad los comentarios de este blog, donde un actor que participó en "Zocta" cuenta auténticas perlas sobre su rodaje.

Tom fue un hortera. Terelu necesitaba un dentista... y este niño que vais a ver a continuación ni con otro peluquero, ni una visita al oftalmólogo iba a conseguir quitarse de encima esa cara de funcionario de Hacienda que Dios le dio:

El pelo paje, cuánto daño hizo...

George Clooney fue feo. Aquí está la prueba. Así que, padres del mundo que querrías poder decir de vuestros hijos que son guapos, pero no podéis... no perdáis la esperanza.

Y vosotros, ¿tenéis fotos vergonzantes del pasado?, contadme o, mejor aún, subid las fotos...

7 comentarios:

Juli Gan dijo...

Esto parece el preludio de una de las "historias para no dormir" de Ibáñez Serrador. ¡Qué horror! Es como la tía de la lejía del futuro, pero al revés. Que te venga tu yo con acné, brákets y hombreras a visitarte desde el pasado suena muy pero que muy "acongojonante". Lo bueno de las "simpáticas" es que no desmejoramos demasiado desde mozas y lo seguimos siendo. Simpáticas, digo.

Amiga R. dijo...

Yo a mi yo del pasado no quiero verlo. No por nada, que yo no llevaba hombreras ni me cardaba el pelo ni me pintaba la raya del ojo hasta que se me juntaran las dos en la parte de atrás de la cabeza. Es porque me da miedo que venga a visitarme con algún ex del pasado. Y eso sí que no. Una cosa es cargar con mi yo del pasado y otra con los yos del pasado de mis ex. El pasado dejémoslo donde está, que bastante tenemos algunas con el presente... Copón.

p.d. Maravilloso que mi yo del presente le demuestre a tu blog de hoy en día que no soy un robot (ni del presente ni del pasado) dando con el botoncico a un sitio donde pone "no soy un robot". Joder, al menos dadme la opción de poder decir que sí lo soy. Una alternativa. Algo.

Sorokin dijo...

Bueno, la suerte es que en los tiempos en que un servidor llevaba pantalones campana, camisas con unos picos que llegaban a la cintura y un pelo que ya lo quisiera Dalila antes de cortárselo a Sansón, no había fotos digitales y los clichés o negatifos hállanse tan escondidos en el fondo de una caja de zapatos que toda tentación de abrirlos se desvanece llevada por un huracanado viento como los que atizan el Estrecho de Gibraltá de cuando en vez. A cambio, podían caer varios gin-tonis por día y no me dolía el hígado, como ahora.
Y por cierto, ¿qué bebería el Clooney cuando no había Voluto de Nespresso?

Esti dijo...

Juli, seguro que las bellísimas a los 18 entran en depresión según van cumpliendo años. No sé si era Silvana Mangano que decía que se miraba al espejo y decía: ¿pero quién es esa vieja?

Erre, tu pesadilla creo que existe en forma de película de ésas que te tragas en un fin de semana. Una de Matthew MacConaghey (se escribirá así???) al que le visitaban sus ex. No sé cómo acababa, así que no puedo hacerte espoiler de tu pesadilla.

Sorokin, el Clooney de la foto seguro que sí bebía café, o mejor aún: coñac. Porque era un niño viejo.

Uno dijo...

Excepto esa foto de la azotea con los colegas del colegio haciendo como que somos un grupo musical muy pero que muy interesante, el resto de mis fotos...bueno no y esa de estudio que estuvo expuesta en la vitrina del fotógrafo para escarnio ...claro que la sección "soy igualito que Hervé Vilard"... Lo siento no puedo enseñártelas.

el convincente gon dijo...

Pues yo, cuando veo fotos mías del pasado, siempre pienso (con gran sopresa): ¡¡pero si yo no me sentía tan joven como parezco en esa foto!!

Claudia Hernández dijo...

Jajaja, pues creo que con bastante frecuencia los niños bellos se vuelven bastante feuchos cuando crecen, a excepción, como dijiste una vez en un post, de Rihana, que ha sido bella toda la vida.