martes, 5 de abril de 2016

Por qué (me) gustan las procesiones

Los gustos cambian y evolucionan. De cría odiaba las espinacas, me gustaba la coca cola caliente y sin gas y prefería a Luke Skywalker antes que a Han Solo.

Debía estar ciega.

Una de las cosas que siempre he detestado son las procesiones de Semana Santa. Aún tengo pesadillas con aquel viaje a Sevilla que hice de niña junto a mis padres. Multitudes que no te dejaban pasar, esperas de pie durante horas, gente que cantaba saetas y lloraba al paso de algo que ni veías porque tenías doce años y eras más bajita que casi todo el mundo… Como diría el coronel Kurtz: el horror.

Cómo me va a gustar esa cosa tan rancia, tan de las Campos llorando desde un balcón, tan de Fran Rivera con traje... Si algo le gusta a Fran Rivera: ¡huye!, ¡corre! Eso no puede ser bueno. Además, los nombres de las cofradías ya parecen una parodia de sí mismos:

Antigua, Pontificia y Franciscana Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Fundación y Nuestra Señora de los Ángeles

Primitiva e Ilustre Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, "el pobre" y María Santísima del dulce nombre en su soledad.

Real e Ilustre Hermandad y Cofradía de Nazarenos de la Sagrada Columna y azotes de Nuestro Señor Jesucristo y María Santísima de la Victoria.

Pontificia y Real Hermandad y Archicofradía de Nazarenos del Dulce Nombre de Jesún, Sagrado Descencimiento de Nuestro Señor Jesucristo y Quinta Angustia de María Santísima Nuestra Señora (quinta angustia, para los amigos).

Esto no puede ser bueno, pensaba yo. Y sin embargo... ¿qué tienen?, ¿¡qué?!:

La emoción es contagiosa
Que al paso de la Virgen de la Macarena la gente diga: “¡Macareeeenaaaa!”, y otros contesten: “¡guapa!”, a mí me parece un poco ridículo, para qué engañarnos. Me recuerda a cuando en el colegio íbamos de excursión en el autobús y nos entreteníamos cantando “¡hola fondo norte!” a los de los asientos delanteros, mientras ellos nos contestaban, “¡hola fondo sur!” a los de los asientos de atrás. Pero cuando ves que el paso se va moviendo poquito a poco y por fin logra enfilar una calle estrechísima y entonces la gente aplaude… eso sí es emocionante. No hace falta compartir las creencias del de al lado para que su emoción se contagie.

La imaginería católica
Los Cristos sufrientes, las Vírgenes llorando, los dorados, las capas bordadas... es todo muy nueva temporada de Dolce&Gabbana o nuevo video clip de Madonna.  Kitsch y excesivo.

Los costaleros
Yo pensaba que los costaleros eran del estilo de Fran Rivera quien, por cierto, tiene un blog en esa gran revista de humor que es el “Hola” y ahí explicó cómo los señores rancios como él se visten en Semana Santa. Pero los costaleros no son todos como Fran “que voy mú loco con los calcetines de colores” Rivera. Los hay que parecen sacados del casting de “Vikingos”:

           
Si yo fuera Uno la foto sería un poquito más decente, pero mi móvil y yo somos así de chapuceros. 
Muchachos, no os gastéis el dinero yendo al gimnasio, apuntaos a una Cofradía (una de ésas de nombre eterno del principio) y os pondréis así de cuadrados.

Es un buen espectáculo
Siempre decimos que los americanos saber hacer de cualquier cosa un buen espectáculo. Los mitines electorales, el funeral de Michael Jackson… cualquier ocasión sirve para montarla a lo grande. Pues los pasos de Semana Santa son una demostración de que siempre ha habido ganas de espectáculo. Allá por la Edad Media, cuando no había televisión, ni radio…se entretenían con los autos sacramentales, los autos de fe y estos desfiles con música que, en el fondo, es lo que son las procesiones.

Y vosotros, lectores de mis entretelas, ¿sois de procesiones?, ¿las veis con otros ojos ahora que sabéis que hay costaleros con brazos como columnas?, ¿habéis leído el blog de Fran Rivera?



12 comentarios:

Juli Gan dijo...

Mira que la nuestra es una cultura de adorar imágenes. Los japoneses no inventaron el manga. ¡Fuimos nosotros! ¿Te has fijado en los retablos barrocos de las iglesias que cuentan escenas de la biblia? Nada más friki. Los pasos de Semana Santa son, al final, como los muñequitos de Spiderman, Hulk o Xena, la princesa bollera. Efigies de los héroes de nuestros cómics.

Y ya, de paso, te cuento un conocido chiste de aquél guiri que se apareció por un pueblo de Murcia en Semana Santa y fue invitado por el alcalde (Tipo Jesús Gil) a ver la procesión desde el mejor balcón del pueblo. Y el alcalde, chulo y prepotente, hablándole de las imágenes religiosas (En plan Antonio Banderas a su hija guiri) con "orgusho" y magnanimidad:

ARCARDE - Mire esa Virgen. Inmensa, bella, vestida con los mejores paños. ¡Esa imagen vale millones!
GUIRI - ¿Esa virgen es de Salzillo?
arcarde - No, esa virgen es de los Dolores.

Jaaaaajajaja.

Madreconcarné dijo...

Pues no, no me gustan. No me gustan las del norte, imagínate las del sur (detesto las saetas y todo lo que se le parezca remotamente).

Además,no hago más que fijarme en los aspectos técnicos del asunto: ese brazo sobresale mucho ¿tendrá una espiga por dentro? Y en caso de tenerla, ¿de qué será? ¿de titanio?; ¿son esas espinas flexibles? no hay otro modo de vestirlo sin acabar hecho jirones; ¡quién ha puesto esa túnica! ¿se habrán dado cuenta de que si se levanta viento hará vela y tendrán que hacer el doble de fuerza para poder avanzar?; ¿esos centros de flores se reutilizan o son de usar y tirar?; esa carnación parece de plástico ¿quedará alguien que sepa hacer acabados de vejiga como los de antes?)

Como no podía ser de otra manera, y dado que la naturaleza además de sabia es bastante cabronceta, a mis hijas les encantan, y me paso la semana santa de paso en paso. Un horror.

Santy Trombone dijo...

El rancio de Fran creo que ya no es costalero, eso le duró poco tiempo. El es nazareno, que el único peso que cargan es el de la vela...No sabía nada de su blog, pero me he quedado hasta bloqueado durante unos minutos. No tengo palabras para expresar lo que he sentido, solo insultos, que me voy a callar por respeto a este blog que tanto admiro. Es todo terrible, muy triste... Es tan España 1958.

el convincente gon dijo...

Tienes razón. A mí no me gustan, pero si me pilla una de camino y me paro a verla, puedo entender la emoción que despierta. Y la música... Cuánto más estridente es, más emocionante resulta.

Esti dijo...

Juli, a mí me encantan los retablos, pero no los barrocos, que me agobian. Donde esté un retablo románico, con esas figuras con manos enormes y esos Jesusitos que parecen abuelos...

Madreconcarné, ¿¡a tus hijas les gustan las procesiones?! Si es que los niños son capaces de cualquier cosa con tal de llevar la contraria.

Cal, Fran Rivera es lo más rancio ever. Más aún que Bertín Osborne, fíjate lo que te digo. Sin embargo, yo encuentro un placer masoquista en leer su blog. No sé. Igual me lo tengo que hacer mirar.

Gon, eso he hecho yo esta Semana Santa, pasearme por la ciudad y a ver qué pillaba... Claro que en Madrid, como tampoco hay multitudes peleándose por ver los pasos, eso resulta muy cómodo. No quiero ni imaginarme lo que tiene que ser eso mismo en Sevilla.

Juli Gan dijo...

La procesión del Silencio de Bilbao este año tuvo este momento. XDXDXD

https://www.youtube.com/watch?v=YBDgdWVRI3k

Uno dijo...

Las procesiones me hacen gracia porque voy de oyente. Solo cuando pienso en la importancia que se les da se me atragantan y me entristecen.
De niño competía con las hijas de otra familia atea que vivían enfrente, a ver quien sacaba el trapo mas ridículo al balcón para hacer burla de tanto mantón, colcha y gualdrapa como colgaban las vecinas. Unos años mas tarde ya iba a las procesiones del centro a ligar, que había un circuito y unos lugares estratégicos para ello.
Como antropólogo he conocido muchas de toda España, siendo mi preferida Lorca y su Ben Hur. Sabrás seguramente que soy fiel a la procesión del Cristo de los alabarderos. Tanto que estoy pensando en crear una plataforma para hacer que se reconozca como hito gay de la Humanidad.

Sorokin dijo...

Pues mira, ni me gustan ni me disgustan. Me dan igual, pero por lo menos no torturan toros ni tiran pavos desde la torre de la iglesia como en otros festejos raciales. Así es que, que sigan, que sigan. Pero, en fin, es que yo ya me he vuelto un guiri. Fíjate que no sé quien es Fran Rivera.

Esti dijo...

Uno, ¿los alabarderos son los que van con capa y pantalón ajustado marcapaquete? Son tan hito gay como esa procesión de los legionarios, con la camisa abierta y enseñando pecho peludo.

Sorokin, te resumiré quién es Fran Rivera: torero, hijo de un famoso torero y una guapísima de la época, que ahora la llamarían celebrity. Se casó, primero con una aristócrata, y ahora con una niña bien de Sevilla. Y, por supuesto, todas sus bodas han sido portada del Hola.

Claudia Hernández dijo...

Pues la verdad las has descrito muy bien. Yo, como no soy nacida en España tengo la perspectiva un poco más de lo exótico de la manifestación. Yo fui a una, un ratito, el resto es irse de bares por donde pasaba. Y a pesar del lado rancio, hay un lado teatral que me fascina: la música en vivo, dramática, los inciensos, los cantos, los trajes. Hay una que es la del Silencio y al más ateo se le ponen los pelos de punta, porque solo se escuchan las respiraciones. Me quedo con la parte teatral, por un rato, sí.
Saludos

loquemeahorro dijo...

Pues a esto sí que no me voy a apuntar. Aunque sí que recomiendo la visita al Museo Nacional de Escultura, sito en la ciudad mejor pronunciada del mundo: Valladolid, porque hay unos pasos realmente magníficos; pero lo demáaaaaaaaas, pues no.

De hecho voy a hacer caso a tu primer consejo, el de huir de lo que le guste a ese ¿cómo es la palabra? ¿joven-juno? ¿viejo-joven? Ah, sí: rancio.

Al igual que he hecho ley de tu consejo "Cuando vayas a comprarte ropa, pregúntate ¿Lo llevaría María Teresa Campos? Y si la respuesta es sí..."

Charly Hell dijo...

No me gusta nada la Semana Santa. La aborrezco. Es mi segunda época más odiada del año (tras la navidad). Procuro huir de procesiones, saetas, figuras de escayola con cara de estreñimiento, plañideras y bandas de cornetas y tambores. Me parece tan... arcaico. Respeto al que le guste y lo viva. Oye, la fe de cada uno es la fe de cada uno (mientras su fe no interfiera con mi falta de ella) y si eso les hace sentirse mejor y ser mejores con lo demás, alabado sea Dios. O Buda. O Alá. O Yoda.