miércoles, 27 de noviembre de 2013

Los ricos también lloran: los Agnelli


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Lectores de este blog, vosotros sois jóvenes de tez suave y delicada como el culito de un bebé, pero aquellos que tenemos una edad recordamos la primera telenovela que lo petó: “Los ricos también lloran”:
Un título que os parecerá una tontunada, pero no lo es. Es verdad que los ricos también lloran. Quizá no los Botín, ni los Hilton. Pero sí los Agnelli. 

Ya hablé de Lapo Elkann y su novia de entonces, Bianca Brandolini, en el post sobre la boda de Andrea Casiraghi a la que, por supuesto, acudieron. Por algo los Agnelli son el núcleo duro de las European Celebrities. Pero la saga tiene mucha miga. 

Dueños de Fiat, del equipo de fútbol Juventus, de Ferrari, de los vinos franceses Château Margaux, de los diarios Corriere de la Sera y La Stampa y de montones de casoplones en lugares a los que Ryanair no viaja... En 1899 Giovanni Agnelli crea la FIAT, justo 4 años antes de que Ford montara la ídem. La FIAT (Fabbrica Italiana di Automobili Torino) sabe aprovechar dos grandes eventos de su época: la aparición de la cadena de montaje y la I Guerra Mundial. Gracias a estas dos cosas la Fiat se hincha a fabricar coches y así se convierte en la tercera mayor empresa de Italia. 

Pero Giovanni Agnelli cumple años y busca heredero en su hijo Edoardo, un frívolo que sólo está interesado en los deportes, de hecho es Edoardo quien compra la Juventus. Además, Edoardo y su esposa (una principesa italiana) mueren en un accidente de avión. 

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Con este accidente comienza la “maldición de los Agnelli”. Giovanni, el fundador del emporio, muere, y Gianni Agnelli, el nuevo heredero, no está en condiciones para ocuparse del negocio familiar. Y es que en los Agnelli hay mucha muerte prematura, y también mucho crápula. Gianni es un playboy que lleva una vida de alta comedia: un día juega a la ruleta en Montecarlo, otro día navega en Portofino, otro día se enrolla con Anita Ekberg... Sin embargo, el día que cumple los 45 años Gianni se da un golpe en la cabeza, le entra la formalidad de golpe y decide sentar la cabeza. Eso, para los Agnelli significa:

A. casarse con una bella aristócrata.
B. hacerse con las riendas del emporio familiar.

Dicho y hecho. Se casa con una chica de nombre larguísimo: Marella Caracciolo dei Principi di Castagneto que había trabajado para la Vogue y era considerada por Richard Avedon (que de mujeres guapas entendía un rato) como una de las mujeres más bellas del planeta:


Gianni y Marella tienen un hijo, al que llaman Edoardo en homenaje a su abuelo. Pero Edoardo no es el heredero que los Agnelli esperaban, ¿porque era un crápula? Para nada. Eso los Agnelli lo entienden perfectamente. Lo que no perdonan es que les salga un hijo hippie, místico y manirroto. Edoardo estudia filosofía, viaja por el mundo, se pone de drogas hasta las cejas, se interesa por la espiritualidad y los fenómenos paranormales... excentricidades todas que a Gianni Agnelli le podían molestar, pero lo que le ponía de los nervios, lo que hacía que despreciara a su hijo, era su total ineptitud para manejar el dinero. Padre e hijo se llevaban a matar y Gianni elige como sucesor a un sobrino: Giovanni Alberto “Giovannino” que... ¿adivináis? muere prematuramente por culpa de un cáncer.

Gianni se está quedando sin sucesores. Se lleva muy bien con Lapo Elkann, su nieto, pero en esa época tiene menos de 30 años y, como todo buen Agnelli, está en su fase de crápula. En 2005 lo ingresan en un hospital de Turín por consumir cocaína, heroína, opio y más fármacos aún. Un coqueteo con las drogas típico de un Agnelli menor de 40 años, si no fuera porque a Lapo le pillan acompañado de Donato Brocco más conocido por su apodo “Patrizia il Caribiniere”, un transexual de 53 años. La escena la completan dos transexuales más: Cinzia y Tati. 
 
Pero todo este escándalo, que rellenó la parrilla de la televisión italiana a base de bien, no importó demasiado a los Agnelli. Lapo es jueguista, ligón, carismático, excéntrico, quizá daltónico...:
pero es un buen empresario. 
 
--> Edoardo se suicida en el año 2000. Tres años después muere Gianni Agnelli. Hoy Lapo Elkann ocupa un puesto importante dentro de la FIAT, enseña su casa barroca y hortera en la revista Glamour, pero todavía no ha encontrado a la bella aristócrata italiana con la que sentar la cabeza y anda tonteando con millonarias exóticas, como Lady Goga Ashkenazi. Quien, por cierto, tiene un aire a travelo que seguro encandiló a Lapo.

¿Veis como los ricos también lloran? Lo que pasa es que lloran en sitios bonitos, tipo Capri.

Lo último que hago para el Notodo” se proyecta mañana mismo en un marco incomparable. No es Portofino. No es Montecarlo. Es... ¡Paracuellos del Jarama! Sí, el hogar de Belén Esteban y Andrea coñocómeteelpollo Janeiro.

7 comentarios:

loquemeahorro dijo...

Yo quiero llamarme "Marella Caracciolo dei Principi di Castagneto", no, no quiero ser muy rica, ni muy bella, ni mucho menos tener semejante familia, lo único que quiero ese nombre... es que mola muchísimo (vale, la pasta también me haría un apaño)

Ah, que por fin sabemos quién lleva esa ropa que vemos en los desfiles de moda masculina y que piensas que nadie se pone.

calamarin dijo...

Por toda la silicona de Pamela Anderson, que historia tan bonita, hay detalles que me dejan con los ojos en blanco... Pero el de los travelos me deja sin respiración. Ya lo dice mi querida Alaska el mundo cada día es más travesti, hoy en día todas las señoras de bien han adoptado el look travesti, sólo hay que mirarlas a la cara.

Esti dijo...

Loque, si tú te llamas Marella Caracciolo dei Principi di Castagneto yo me pido ser Georgina de Fauciny-Lucinge et Coligny (que es como se llama la ex suegra de Lapo Elkann). Y sí, las faldas para hombre y los trajes de chaqueta color amarillo Calippo de los desfiles de moda masculina sólo los compran Lapo y Miguel Bosé.

Calamarín, el look travesti lo tenía muy asumido la mujer de Jesús Gil, que iba siempre maquillada de color marrón madera de nogal.

Uno dijo...

Hará unos 15 años tuve una revelación en Uzbekistán(la tierra de Gulinara Karinova, rica, que no llorona) Se me apareció Verónica Castro en forma de poster en la recepción de un hotel de Jiva. No se como pude reconocerla con lo joven que soy.
Al lio: algo sabía de la maldición de los Agnelli pero muerto me quedo con tanto culebrón. Yo creí que el agnelli con nombre de escupitajo ya estaba descartado como regente.
Desde la edad antígua, nadie como los italianos dando tema para la historia.

Un abrazo

Sorokin dijo...

Oh Ah, qué recuerdos. "Los ricos tambien lloran". Mi mente vuela hacia una preciosa canción que le oí a Verónica Castro en Televisa y que rezaba así:

-Ya lo dijo Neruda
-por el día se suda
-¡Pero mala noche NO!

Ningún Agnelli podrá igualar esos niveles de poesía. Ahora mismito me voy a buscar esa canción en YouTube

Esti dijo...

Uno, gran verdad, los italianos siempre han sido únicos para el melodrama con tintes de humor. De ahí la ópera, las películas de Jaimito...

Sorokin, los Agnelli poesía no. Viajes, moda, drogas... eso sí. Cuando encuentres la canción en Youtube, ¡pon el enlace!

Sorokin dijo...

Pues lo encontré:

http://youtu.be/_9seAZORjPE