jueves, 8 de agosto de 2013

Cosas que no hacer si resulta que tu casa está encantada


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Este fin de semana vi “Expediente Warren”. O quizá debería decir que oí “Expediente Warren”, porque ver, lo que se dice ver, vi poco.
Amigos, si sois unos caguetas como yo, de esos que de niña dormían con la sábana rodeándole el cuello porque había visto "El misterio de Salem's Lot" en la tele...
La serie era mala, el libro de Stephen King en que se basaba es malo, pero este niño que volvía de entre los muertos para llamar por la ventana de tu dormitorio, acojonaba. 

... de los que siempre sospecharán de las intenciones de las niñas gemelas por culpa de "El resplandor"y de los que jamás comprarán una muñeca de porcelana, hacedme caso, y ved la película a trozos. El truco es simple, cuando la música suba de volumen, tapaos los ojos y no los abráis hasta que alguno de los personajes haya gritado.

Aunque hay otras formas de evitar pasar miedo. Y es que los protagonistas de todas estas películas de terror, qué queréis que os diga, se tienen bien merecido pasarlo así de mal. Se lo han buscado. Van por ahí provocando a las fuerzas del más allá. Y en "Expediente Warren" pasan casi todas. La película está muy bien hecha, tiene un ritmo envidiable, unos actorazos pero, de lo que más tiene es de tópicos del género. Siguiendo la estela de "American Horror Story", se dedica a sumar toooodas las cosas que dan cague y plantárselas delante a sus protagonistas, una familia encantadora, con cinco niñas muy monas que las van a pasar putas. Pero, insisto, porque quieren. Y es que, ¿a quién se le ocurre...?:

Irse a vivir a una casa antigua aislada en medio de la nada. Todos sabemos lo mal que está el mercado inmobiliario, pero por muy chollo que sea esa casa estilo victoriano, con terreno, trastero y dos pisos, ¡no la compres! O, al menos, mira en google si se produjo algún crimen en la propiedad. Y si entonces averiguas que una bruja mató a su hijo recién nacido, una criada se suicidó y hubo varias posesiones diabólicas, ponla a la venta en el Idealista.

Encontrar habitaciones secretas tapiadas. Ala, qué guay, que nuestro hogar de madera que cruje por las noches resulta que tiene unos metros más... dejemos que nuestras cinco hijas jueguen al escondite por esta zona de la casa donde no funciona la luz. 

Regalar muñecas tétricas. Muñecas grandes, de porcelana, vestidas como damiselas victorianas. Muñecos de ventrilocuo estilo Monchito que podría, perfectamente, protagonizar la versión de “Expediente Warren”, que se llamaría “Expediente Pérez”. Esos muñecos dan miedo porque los vemos capaces de levantarse, cobrar vida y hacernos alguna putada, que se les ve en la cara que no son buena gente. Por eso nunca veremos en ninguna película de terror a unas barriguitas.


Jugar a la ouija. En serio, en pleno siglo XXI, teniendo la televisión, internet y el Candy Crash Saga, ¿no tienes otra cosa mejor que hacer que jugar a la ouija e invocar a las fuerzas oscuras?

Hablar con el amigo invisible de tu hija. Si tu niña te dice, con una sonrisa angelical, que su amigo invisible vivía antes en la casa y que puedes verlo si accionas una caja de música y que se aparecerá por el espejo de dicha caja cuando termine la canción, no le sigas el juego pensando que tiene mucha imaginación... tira esa caja de música y lleva a tu hija a un psicólogo.

En definitiva, que bajar al sótano ése que no tiene luz, irse a vivir a esa casa solitaria, antigua, hecha de madera o mirar debajo de la cama son ganas de que te pase una desgracia. Amigos, si pasada la medianoche oís ruidos provenientes de ese armario viejo que tenéis enfrente de vuestra cama, no os levantéis a ver qué es. Haced como yo, quedaos en la cama, tapaos con la sábana hasta arriba y, si hay algo en el armario, bajo la cama o en ese trastero lleno de polvo y de muebles tapados con sábanas blancas, que venga a por mí.

Y vosotros, amigos valientes que veis las películas de terror sin taparos los ojos, ¿cuándo ha sido la última vez que os habéis hecho caquita? Confesad.

Ah, y este sábado, a las 22.30, se proyecta "Lo último que hago para el Notodo" en Fuencaliente Rural Filmfest, Ciudad Real. 

4 comentarios:

Uno dijo...

Yo era ese niño al que había que acompañar hasta la puerta del baño al final del pasillo y volver a rescatarle tras el flush. Asi que, por supuesto, medioveo todas las películas de terror por lo que las evito (no he conseguido que me dejen pagar media entrada). La última una en la tele (ese canal 8 es una mina) de una vampiresa muy mala que mataba a todo el mundo.

Ganchitos dijo...

Yo también soy una acohoná, he pasado miedo hasta con "el grito", que mira que era mala, pero claro, sacan niñas japonesas con el pelo lacio, y dan yuyu.

Esti dijo...

Uno, canal 8 es lo más, con permiso de La Sexta 3 y de Paramount (que jamás se ha visto en mi bloque, váyaseustedasaberporqué).

Ganchitos, las niñas japonesas acojonan casi tanto como los muñecos de ventrilocuo o los niños con las pupilas negras.

Claudia Hernández dijo...

Jaja, muy buenos consejos, me los apunto.
La verdad de mis hermanos estaba entre las valientes, no era especialmente miedosa y vi El Exorcista en un pasillo de mi casa sola, como si nada. Me da más miedico leer la prensa y ver cómo está el patio.
Saludos