miércoles, 15 de mayo de 2013

Películas a reivindicar: “Paradise Lost”


Paradise Lost no es un documental. Son tres. Y ahora estaréis sintiendo una pereza cósmica al imaginaros 5 horas seguidas de documental. Que lo entiendo. Que yo soy de ésas que va a Martín de los Heros con ganas de verse una película, pero mira la cartelera y ve: una peli danesa sobre pederastia, un documental canadiense sobre niños de la guerra, otro sobre niños desaparecidos... y acabo volviéndome a casa. Pero este post os va a quitar la pereza ante los documentales. O al menos ante éste.
La primera parte de Paradise Lost comienza con el asesinato, supuestamente ritual, de tres niños de 8 años en un pueblo de Memphis, allá por la América más profunda. Se detiene a tres jóvenes del pueblo, en concreto al tonto del pueblo, al raro del pueblo y al mejor amigo del raro del pueblo. El documental se centra en el juicio a los tres chicos. Un proceso lleno de pruebas circunstanciales, confesiones dudosas y hasta declaraciones surrealistas como que los seguidores de cultos satánicos "suelen vestir de negro".
Qué, ¿ya os empieza a parecer interesante?, ¿eh?, ¿eh?

La emisión de la primera parte de Paradise Lost convirtió a los tres encausados en tres celebrities. Sobre todo a uno de ellos, Damien Echols, el rarito, por su aire a cruce entre Johnny Depp y Robert Smith.
El de la izquierda es Johnny Depp. El de la derecha, Damien Echols.

Se bautiza a los encausados como los tres de West Memphis (West Memphis Three) y, bajo ese nombre, se organizan todo tipo de iniciativas particulares para movilizar a la sociedad y conseguir la revisión del caso.

Los realizadores de la primera parte de Paradise Lost siguen todo ese proceso de apelaciones, programas de televisión y manifestaciones. En el segundo documental ("Paradise Lost: revelations, 2000) incluso hablan de otros posibles sospechosos, como John Mark Byers, el padrastro de uno de los niños asesinados.

Por último, en la tercera parte del documental, rodado en 2011, narran el final de la historia de los tres de West Memphis. Manteniéndose siempre fieles al estilo de la primera película, nada de voz en off, cero protagonismo para los realizadores, todo son entrevistas de los personajes involucrados en la historia y material de archivo. Un documental clásico de la vieja escuela. Eficaz, directo, y nada efectista.

Tras haber devorado en una semana las más de 5 horas de documental de "Paradise Lost" estos son los hechos probados en las tres películas:
  • que los juicios americanos son aburridos, los abogados tienen menos labia que Ally MacBeal, Alicia Florick o Perry Mason, y no se producen esos grandes descubrimientos del tipo de lanzarle una pelota de béisbol al acusado, que él la recoja y gritar al jurado: ¡es zurdo! ¡No pudo cometer el asesinato!
  • Que los 90 fueron, a la moda, lo que el Reino Unido a la gastronomía. Un horror.

  • Que existe la injusticia.
Porque “Paradise Lost” no sólo es recomendable en sí misma, como producto audiovisual bien hecho, emocionante e interesante. Es que además revela una verdad de la vida, aquella que también decían en “La princesa prometida”: la vida es injusta. 

Porque es injusto que tres chavales se pasen media vida en la cárcel por un crimen (atención, SPOILER) que no han cometido. Injusto que salgan de prisión casi 20 años después gracias, no a que se haya detenido al auténtico culpable, sino a una argucia legal. Injusto, en definitiva, que los liberen sin que se haya reconocido su inocencia.

Y como una imagen vale más que mil palabras... Así entró en la cárcel uno de los tres de West Memphis, Jason Baldwin:


Y así salió, después de haber pasado más tiempo dentro que fuera de prisión:

La prisión sirvió para que el Lute se sacara la carrera de derecho, sí, pero a Jason Baldwin sólo le ha servido para que le roben la juventud.

Pero el auténtico personaje de las tres películas no es el frágil Jason, ni el carismático Damien (por supuesto se ha casado con una fan que le escribía cartas a la cárcel), ni Jesse Miskeley, el tercer inculpado, con un cociente intelectual borderline. El verdadero hallazgo de las tres películas es John Mark Byers.

En la primera parte, Byers da todo un recital. Que si camisas con la bandera americana, que si oraciones en su iglesia, que si maldiciones bíblicas lanzadas a los tres sospechosos, que si teorías propias sobre la existencia de ángeles en la tierra, pero también de demonios... Byers es todo lo que un europeo medio piensa que es un tipo de la América profunda: paleto, conservador y aficionado a las armas. En "Revelations", mientras todos los familiares de las víctimas prefieren callar, Byers continúa abriéndose ante las cámaras. Habla de la muerte de su esposa, de su tumor cerebral, canta con su guitarra una canción que ha compuesto para la ocasión y también se quita su dentadura postiza. Por hacer, hasta se somete al polígrafo para borrar todas las sospechas (circunstanciales todas ellas, algunas hasta ridículas) que apuntan hacia él.

En "Purgatory", la tercera parte (ahí va otro SPOILER), descubrimos que Byers no es ningún asesino. Es un pobre hombre. Ha sufrido las muertes de su hijastro y de su esposa y que además lo señalen unas veces como sospechoso, otras como freak. En cuanto surgen nuevas pruebas que desbaratan la teoría del crimen satánico, usa toda la energía que siempre ha exhibido para pedir perdón a los tres de Memphis y solicitar su liberación. Hasta escribe personalmente a Echols para pedirle perdón.



Conclusión: que hay que ver los tres documentales. Si os puede la pereza, si no encontráis una versión subtitulada, si os he aguado la fiesta con demasiados spoilers... incluso así, deberíais ver, al menos, el tercer documental "Paradise Lost: purgatory".

Y vosotros, ¿recomendáis algún documental de esos que, a priori, dan pereza?

8 comentarios:

Claudia Hernández dijo...

Ah, gracias por la recomendación, con esta descripción ya tengo ganas de verlos, qué interesante, no lo conocía aunque su nombre me sonaba. Yo soy muy disciplinada para estas cosas, yo me veo los tres como Dios manda.
Saludos

loquemeahorro dijo...

Qué tristeza y qué de chorradas puede llegar a hacer un ser humano cuando ve una cámara delante.

No solo este de la camisa con la bandera, es que en cualquier calle española pasa un tío de "Mi cámara y yo" y grita a una señora que está en un balcón "¿podemos entrar y grabarle en su casa mientras va usted en bata y rulos?" y ¡sí,sí,sí!

Documental muy bueno, buenísimo "Garbo, el espía" y muy ameno, vive Dios.

pd. Qué bien has descrito la cartelera que hay en los Golem-Renoir.

Esti dijo...

Claudia, ¡así me gusta! Verás que enganchan.

Loque, las míticas vecinas locas de Valencia son el ejemplo perfecto de lo que dices. Y me apunto "Garbo, el espía".

Uno dijo...

Ultimamente este tipo de pelis son lo mejor de la cartelera. Entre mi preferida de todos los tiempos "Un instante en la vida ajena"
La vida de Madronita Andreu en base al material que ella misma filmó.

Un abrazo

Ganchitos dijo...

"Capturing the Friedmans", una maravilla, pero no recomendable si tienes el día plof, porque es tristísimo.

Anónimo dijo...

Encontre esta pagina web hace una semana y aqui estoy de nuevo.
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Esti dijo...

Uno, tomo nota de tu recomendación, gracias a millones.

Ganchitos, un peliculón the Friedmans, pero demoledor.

Amiga R. dijo...

me apunto la recomendación, que me apetece todo. Me sumo a la recomendación de "Capturing the friedmans" y añado también, aunque no sea propiamente un documental, el de Joaquin Phoenix en el que a el se le va la pinza. A mi me gustó. Aunque claro, también me gustó el de Banksy (espero que se llame así). No tengo personalidad...