La competición de Terra de Bloggers resultó ser una batalla pero de verdad. Y yo que pensaba que eran los de Terra intentando darse aires épicos al explicar las reglas del concurso... Pero no, fue verdaderamente una batalla que ni la de Enrique V. 24 horas dando
El mundo de los cortometrajes siempre ha sido muy surrealista y, como muestra de ello, han seleccionado "Lo último que hago para el Notodo" en el Festival Magma , que se celebra en una pequeña ciudad de Sicilia: Acireale.
Un corto rodado en casa, autoproducido, que ni siguiera pasó la criba de los finalistas en el Notodofilmfest... se va de viaje a un festival internacional y, aquí viene lo más surrealista de todo, ¡pagan parte del viaje! Y yo, que estuve años comprándome la hidratante de coco del Yves Rocher porque daban cosas gratis, horrorosas, sí, pero gratis, allá que voy. Dicen que "te quiero", "libertad" o "esperanza" son las palabras más hermosas del vocabulario ¡JA! La mejor palabra del castellano moderno es "gratis".
Además, ¿hay algún país más bonito que Italia? Puede que sí pero, reformularé la pregunta, ¿hay algún país más bonito y comunicado por vuelos baratos low cost con Madrid?, ¿y donde, además, te entienden a la primera? Ya conozco Roma, Nápoles... y ahora toca Sicilia. Donde espero ver la ración habitual de ruinas por todas partes, comida espectacular, transporte público caótico y pueblitos ideales dignos de salir en cualquier anuncio de perfume de Dolce & Gabbana.
Vale, quizá mi concepto de Italia esté un pelín idealizado:
Renato Carosone canta, en dialecto napolitano, a esos horterillas que en los años 50 imitaban en todo el estilo de los americanos:
Tú quieres hacerte el americano, americano, americano...
escúchame, ¿crees que merece la pena?
Quieres ir a la moda,
pero si bebes "whisky and soda"
luego te sientes mareado.
Bailas rock and roll,
juegas al beisbol...
pero el dinero para los Camel,
¿quién te lo da? ¿El bolsito de mamá?
Tú quieres hacer el americano, americano, americano...
¡pero naciste en Italia!
A mí me pasa algo parecido a los napolitanos horterillas de los 50. Ellos querían parecerse a los galanes de Hollywood y yo quiero parecerme a las protagonistas de los anuncios de pasta italiana. Me veo paseando por el pueblo siciliano, con mi vestido de flores ondeando al viento. Pena que sea invierno y el jersey de cuello vuelto, las botas y el abrigo forrado con borreguito me estropeen el look.