lunes, 24 de septiembre de 2012

Que me gusta a mí una transparencia

Un amigo sensato me dijo una vez que lo malo de vivir solo es que te mal acostumbras. Si los platos están sucios, pues que estén sucios. Si nunca has limpiado el horno, ya lo limpiarás. A eso hay que añadirle lo que me dijo otro amigo también sapientísimo, "lo malo de vivir solo es que te asilvestras". Eso significa, para ellos, que no se afeitan nunca. Para nosotras, que en invierno no nos depilamos. Si al asilvestramiento y el mal acostumbramiento sumamos el paro y que no hay que madrugar, y añadimos que puedes ver la llegada a la alfombra roja de los Emmys a través de Emmy.com el resultado es que aquí estoy, a las 03.00 escribiendo la ya clásica crónica de los modelazos.

Porque, amigas (amigos, no os hagáis los duros como si no os interesara la moda, que tengo fotos de Christina Hendricks) me he visto la llegada de casi todos los actores televisivos y, los que se me han escapado (porque hay que ir al baño de vez en cuando) los he cazado vía just jared, un clásico en lo que fotos de eventos yanquis se refiere.

De los premios ya, si eso, hablamos otro día. Aunque está claro que el amarillo, allá en los Estates, no da mala suerte. De amarillo iban Julie Bowen (mejor actriz de comedia por Modern Family), Claire Danes (mejor actriz de drama por "Homeland") y Julianne Moore. Pero no hablamos de ese amarillo que podríamos llamar color hueso, champagne o vainilla. No. Hablamos de amarillo mostaza, amarillo piolín, amarillo que me deslumbras y necesito unas gafas de sol:
¡Mis ojos! ¡¡¡¡Mis ojooooosss!!!!!
Además de amarillo cantoso, en esta edición de los Emmy también hubo algunos grandes clásicos de toda alfombra roja. Como esas actrices que han pensado que pagar a un estilista es un gasto tontísimo y acaban vestidas cual madrina que va a una boda en Vicálvaro. Como Julia Ormond ("Mad men") o Archie Panjabi ("The good wife").
El caso de Julianna Margulies ("The good wife") es la demostración del daño que hizo aquella escena en "Lo que el viento se llevó", cuando Escarlata O'Hara se hace un modelazo con las cortinas de Tara. Y es que aprovechar el tapizado de un sofá para hacerse un traje no es buena idea.

Tampoco es buena idea ir de fashionista, it girl o fashion victim sin ser tú nada de eso. En un claro ejemplo de lo sabio que es el refranero español cuando dice Manolete, si no sabes torear, pa que te metes, aquí vemos a 3 actrices que no son Charlize Theron, empeñadas en ponerse vestidos que sólo a Charlize le quedarían bien:

En el caso de Elizabeth Moss, además, eso de combinar volantes, flores y corte asimétrico, es que ni en un modelo de Vicki Martín Berrocal para la feria de abril.

A estas alturas de post os lo estaréis preguntando, ¿estaba ELLA? Y sí, estaba.  La invitada con más amigos en el mundo de las relaciones públicas. La que no se pierde una. La que eso de quedarse en casa tranquilamente viendo una peli no lo hace ni loca, ¡Heidi Klum! Que digo yo que ha salido a los Emmys de caza, ahora que se ha divorciado, porque el escote de su vestido casi se unía a la abertura de la falda.
Tampoco iba precisamente sutil Christina Hendricks. Pero tener una talla 200 de pecho es lo que tiene, que no hay manera de ser sobria. Morena Baccarin ("Homeland") es tan guapa que podría haber ido hasta con un vestido del Sepu, pero ese escote tan brutal que llevaba, ¿cómo se sujeta?, ¿con blue tack?, ¿con superglue?, ¿cinta adhesiva de doble cara? 

Algunas invitadas no es que fueran mal vestidas, es que estaban desubicadas. Sofía Vergara iba vestida para un número musical, tipo corista de Las Vegas. Kristen Wiig, por su parte, se pasó de hippie. Parecía más preparada para la fiesta flower power de Ibiza que para los Emmy.

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En el auténtico duelo de la noche, que no ha sido Mad men vs Homelang, ni Modern family vs todas las demás comedias, sino el duelo de señoras Draper. Y ganó la segunda esposa. Insultantemente guapísima iba Jessica Paré, de blanco. January Jones sigue siendo la doble de Grace Kelly, si Grace Kelly hubiera decidido peinarse con el estilo lamido de vaca:
Con permiso de Jessica Paré, ha habido otras que iban también divinas. Julia Louis Dreyfuss,  merecidísima ganadora a mejor actriz de comedia por "Veep", estaba estupenda. Michelle Dockery (Dowton Abbey) iba ideal, aunque nunca podrá superar los modelazos que luce en la serie británica. Pero yo elijo a estas tres mozas como las mejor vestidas de la noche:

Hayden Panettiere ("Héroes") con un modelo digno de protagonizar el próximo éxito de Bollywood. La muchacha tenía problemas para andar por lo estrecha que era la falda pero para estar bella hay que sufrir. Emily VanCamp ("Revenge") también lucía transparencias (que me gusta a mí una transparencia) en gris, todo elegante y clásico y monísimo y un poco catálogo de Pronovias, todo hay que decirlo. Más arriesgado era el vestido de Ginnifer Goodwin ("Once upon a time"), alegre y muy original.

Last, but not least, premio ex aecquo a las más rumbosas a dos maduras: Christine Baranski ("the good wife") luciendo piernas, porque puede, con un minivestido dorado. Y Jessica Lange, que no se quita las gafas de sol en la alfombra roja, porque no le da la gana. 

 ¿Y quién fue la peor vestida? 

Ashley Judd, no sé qué es peor, si ese moño por todo lo alto, ese broche que parece una insignia de una orden militar, ese lazo del tamaño del estado de Nebraska o toda su filmografía en los últimos 10 años.

Y vosotros, ¿qué opináis de los modelazos de la alfombra roja de los Emmy 2012?, ¿me he dejado alguna de las mejor o peor vestidas?

Me voy a dormir, que ya es hora.  



sábado, 15 de septiembre de 2012

Malos de película I: Encarna Sánchez


Con este post comienza una sección dedicada a personajes reales que dejan en pañales a los clásicos malos de película. Ángela Channing, J.R., Hannibal Lecter o Darth Vader se harían pipí encima si se enfrentaran a algunos de los malos de carne y hueso que aparecerán por aquí.

Y hoy le toca el turno a la reina de las ondas, la colaboradora invisible de "Sálvame", la musa de Jiménez Losantos... Encarna Sánchez.

Para los nacidos después de 1990 (debería estar prohibido por ley haber nacido después del 90) os contaré que Encarna Sánchez no era sólo una "amiga especial" de Isabel Pantoja:

 
También era la Luis del Olmo del momento, en una época en la que la gente oía la radio, cuando no había más que dos canales de televisión y no existía internet. ¿Y cómo era su programa? Pues empezaba tal que así:

Con valor y con la vida, porque es vida. Con la fuerza de la soledad, en un mundo dominado por los hombres, una voz: el espejo de la tarde en el que mirar aquellos que quieren ver más allá de las palabras. Tras el coraje de sentir, de querer, de aportar y de vivir hay tan sólo una mujer. Y esa mujer les dice: Buenas tardes, España.

(Sacado de este maravilloso post del blog Visicitud y Sordidez) 

Lo que sería un magacín de tarde de radio, con su debate, sus llamadas de los oyentes y su sección de crónica social era, en realidad, el show de Encarna Sánchez, por algo sus programas se llamaban:  “Encarna de noche”, “Y ahora, Encarna”, “Directamente Encarna” o “Esto es España, señores”. Todo era una oda a sí misma, a sus opiniones, a sus peroratas, a poner a caldo a alguien por hacerle alguna pregunta incómoda. Y para prueba, 15 minutos de monólogo/arenga a las tropas sobre sus polémicas con Mercedes Milá y Miguel Bosé en las que, of course, Encarna llevaba la razón, faltaría más:



Pero en la saga "Encarna contra el mundo", también hubo especiales dedicados a Concha García Campoy, a Victoria Abril, a Miguel Boyer e Isabel Preysler, mujer con "menos seso que un mosquito", pero elegante y educada, "como las orientales", añade Peñafiel. Y más, que no están en youtube porque habría que: A, tener grabado en un casette el programa de Encarna, B. guardarlo durante más de 20 años y C. pasarlo a digital.

El subtexto del 80% de sus declaraciones (el otro 20% era publicidad, que ella misma grababa, como si hubiera probado todos los productos que se anunciaban) se resume en tres grandes clásicos:

1. Encarna siempre lleva la razón.
2. Encarna es una gran profesional, trabajadora incansable, luchadora y triunfadora gracias a su esfuerzo.
3. A Encarna no le gusta criticar, ni el cotilleo, ni meterse en la vida íntima de los demás pero... y ese es el pie para empezar a poner a caldo a alguien.

Despótica, caprichosa, populista, incapaz de reconocer que nadie más en el mundo podía tener una opinión diferente a la suya, encantada de haberse conocido pero también convincente y carismática. Si una película vale lo que vale su villano, los programas de Encarna eran la bomba.

Además, y no olvidemos que donde más triunfó Encarna fue en la COPE, era defensora de los valores más rancios. Con frases que mezclaban nacionalismo con cursilería, así a lo loco: "en España no seremos los más cultos, pero somos los más listos de Europa" o "un pueblo unido a través de la radio", "la radio te humaniza cuando caen las sombras de la noche". Y todo se transformaba en cabreo monumental si alguien osaba criticarla, como Ketty Kauffman, locutora argentina que trabajaba en otra emisora de radio y que tuvo la feliz idea de comentar que el programa de televisión que Encarna hizo en Antena 3 no tuvo el éxito esperado. Así que Encarna soltó:

"Yo no estoy para escuchar tonterías, y mucho menos a extranjeros... Una cosa es que nos pongamos verdes entre nosotros. Ahora, permitir que vengan los extranjeros aquí a usurpar una profesión que no les pertenece y a meterse con los españoles, ¡mucho cuidado!, que en Argentina creo que necesitan mano de obra barata para fregar pisos".
Sacado de una noticia de El País, en 1994.

Pero todo villano necesita un punto flaco, y el de Encarna era su homosexualidad. Para una mujer famosa, cabezota, conservadora y expuesta a la opinión pública, que le gustaran las mujeres era una auténtica faena. Y además, qué mala pata, que tenían que gustarle famosas y cantantes de copla. Que sólo faltaba un transexual recién operado por ahí y ya teníamos el argumento de la próxima película de Almodóvar. De paso, no sea que alguien de "El deseo" lea este blog, que los caminos de Google son inescrutables, creo que Almodóvar debería dirigir la tv movie para Tele5 sobre Encarna Sánchez.

Además de largas relaciones con jovencitas que luego colocaba como pesonal en su programa, Encarna tuvo dos grandes amores mediáticos, o eso dicen en el "Sálvame": Rocío Jurado e Isabel Pantoja. La primera pasó de ella, y por eso Encarna la criticó con saña en su programa. Con la segunda tuvo una larga relación, y no lo digo yo, que lo dice el alumno aventajado de Encarna, Federico Jiménez Losantos:



Luego rompieron por culpa de unas fotos tan tontas y tan marujas como éstas. Muchos años más tarde, Tele5 llena su parrilla alargando el culebrón y revelando las cosas que, cuando Encarna estaba viva y tenía a todo el mundo acojonado por cómo se las gastaba, nadie había dicho. 

Lo que está claro es que era mala, pero mala-mala, de esas malas que caen bien de lo malas que son. Un poco al estilo Esperanza Aguirre, con la que comparte la chulería y el tinte. 

Y para acabar este post, qué mejor que con las palabras de despedida de Encarna Sánchez en su último programa:

"El sonido de la radio ha sido para mí y, continuará siendo, el camino más corto para comprender el camino de la amistad y, sobre todo, el camino de la fidelidad... Pronto volveréis a sonreír. Pronto vendréis a mi encuentro. Pronto podré decir con toda la valentía del mundo: ¡Temblad, pedazo de sinvergüenzas!"