martes, 3 de noviembre de 2009

Pero, ¿a alguien le gustan las peladillas?


Hace mucho que no hablo del corto.

Pero es que hay un pequeño problema, es difícil hablar de los festivales de los pueblos de España sin ser un poco mala y sin ofender, (todo esto suponiendo que alguien de la organización de alguno de estos festivales llegara algún día hasta aquí). Es difícil y, además, es aburrido. Así que planteémoslo de una forma divertida y blanca, para todos los públicos, como si esto fuera “el hormiguero”.

Habrá quien diga que los festivales de cortos, se dividen en categorías según su veteranía, el importe que den en premios, su prestigio, etc. Pues bien, para mí los festivales se dividen en dos tipos: los que te pagan el viaje y los que no. Los primeros molan, los segundos no.

Por supuesto, lo digo desde mi punto de vista de quien está dispuesto a irse a donde sea (preferiblemente lugares con playa o casco histórico interesante) con tal de hacer turismo. Sé que desde el punto de vista de la gente de organización pagar los traslados e incluso la estancia de los participantes es, simplemente, imposible. Conozco a varias personas que colaboran en festivales y esto, que así dicho suena muy bohemio y de persona-con-inquietudes-que-utiliza-su tiempo-libre-de-forma-útil, en realidad consiste en verse 900 cortos, en buscar a alguien que diseñe la página web gratis y luego perseguirle para que la entregue a tiempo. El personal de organización de un festival es como el meritorio de producción de cualquier serie, película y hasta de un corto cutre: el que se comen los marrones, el que corta las calles.

Entiendo la falta de presupuesto y asumo que no me van a pagar el viaje pero, si hay tan poco presupuesto, ¿por qué malgastarlo en las empresas de serigrafía? Porque todos los festivales, todos, insisto, y hasta pongo mayúsculas, TODOS se empeñan en llenarte la casa de objetos absurdos. Por alguna ley no escrita que habría que cambiar ahora mismo, insisto, ahí van las mayúsculas: AHORA MISMO, no puedes irte a tu casa sólo con un cheque al portador. No. Vale que si ganas un premio te den un galardón, diseñado por un artista local, y que además siempre pesa más de lo que parece:

Si en vez de "oro por euros" existiera el "metales por euros", yo me forraba.



Pero es que, además, sólo por ir, te dan una cantidad ingente de cosas sobre las que se pueda estampar el logo del festival: bolsas, bolígrafos, gorras y camisetas serigrafiadas, mecheros... Hacen igual que Rafa, mi profesor de claqué, obsesionado con regalarnos cosas sin utilidad alguna ni patrón estético de ninguna clase.

Que lo sepa el mundo, las intenciones no bastan. Un regalo no está bien por el hecho de ser gratis. Está bien si está bien y si no está bien, está mal. ¿Una obviedad? Podría parecerlo, pero no es así. Por eso, en mi lista particular de los detalles con los que los festivales han ido llenando mi casa tengo ciertas preferencias:
- Botella de vino de la tierra (de Medina del Campo), BIEN, es más, MUY BIEN
- Bolígrafo, por supuesto con el logo del festival, que además es calendario, MAL
- CD recopilatorio de música de grupos locales (de Medina del Campo), BIEN (no lo he oído, ni le he quitado el celofán, pero me parece buena idea)
- Mechero con logo de festival, PASE, no fumo, pero siempre está bien tener algún mechero por casa.
- Gorras, bolsas de tela, o camisetas también con el logo del festival. MAL. Como diría mi amiga R. nadie mayor de 5 años debería llevar gorra. Y yo añado a esto que nadie nunca debería llevar ninguna prenda de propaganda, ni siquiera para hacer footing porque, ¿acaso hay algo más decadente que un señor en pantalón corto, todo sudado, con una camiseta de Marlboro y una gorra de su caja de ahorros?

Estos objetos son como la bolsita con peladillas que regalaban en la bodas, bautizos y comuniones. Ese detalle con el que te ibas a casa sin tener nunca intención de guardarlo como recuerdo ni mucho menos de comértelo porque, ¿hay alguien a quien le gusten las peladillas?

Por cierto, seguimos la andadura de festivales. Esta semana nos proyectan en dos, a saber:

-Madridimagen, el día 3 de noviembre a las 11.30 en el salón de actos de la Facultad de Ciencias de la Información de la Complutense.

- Mostra de curtmetratges de Vilafranca (Barcelona) el 7 de noviembre a las 22.00 en el teatro Municipal Cal Bolet.

Y vosotros, ¿qué detalle guardáis escondido en un cajón para que nadie lo vea?

10 comentarios:

Carabiru dijo...

Jejeje, la verdad, es que lo de las peladillas de las bodas ha sido superado con creces, hoy día se endosan en las bodas cachivaches de todo tipo y casi siempre con poca o ninguna utilidad, y si me apuras, ni siquiera buen gusto, a ver ¿quien quiere una figurita de unos novios con sus nombres y la fecha?. Y no solo en bodas, sino en comuniones y bautizos, donde vamos a parar.

loquemeahorro dijo...

Cuánta verdad! cuánta verdad!!
A mi, por mi trabajo, pocas cosas me han regalado, excepto las cestas de navidad, a las que les dediqué estas herposas palabras

http://loqueahorroenpsicoanalisis.blogspot.com/2008/12/la-caja-de-cartn-de-navidad.html

Los "recuerdos" de boda, etc... son también una rémora, con gran facilidad para el accidente doméstico (pobres)

Y esos regalos de cumpleaños, que se nota que los han comprado en el último momento, en el Vips de la esquina.

Ejemplo: una hucha horrible acompañada con el comentario "para tí, que siempre te quejas de que no tienes dinero"
- ¿voy a tener más dinero por tener una hucha?
- por qué no me escupió a la cara directamente?

La Rebe dijo...

Quiero hacer desde aquí una sugerencia a todos los organizadores y/o responsables de festivales de cortos. Allá va:

Si gana (que debería) en su festival el corto "Mañana", en lugar de obsequiar con un trofeo y el merchandaisin habitual a la señorita directora, les sugiero que le hagan entrega de un vale regalo a canjear en cualquier H&M, Habitat o Catering del Mallorca. Les aseguro que la van a hacer la tía más feliz del mundo y que nunca olvidará su festival y que hablará estupendamente de ustedes en su blog.

De nada.

Ulises dijo...

Mi abuela (madre de mi padre) le regaló una vez a mi madre una funda de ganchillo para los klenex. Esa noche mi padre durmió en el sofá.

Esti dijo...

Carabiru, precisamente buen gusto es algo que, por definición, no puede tener una figurita de los novios, ¡qué horror!

Loque, a mí las cestas de Navidad me fascinan, y si además traen queso de cabra, paté o turrones exóticos (de praliné, por ejemplo), ya me desmayo de gusto.

Rebe, gran idea la tuya, lo veo y me veo con los cheques regalo.

Uli, las fundas de ganchillo son muy de abuelas y de tías abuelas también, una tía abuela mía hacía fundas de tela y ganchillo para los rollo de papel higiénico.

loquemeahorro dijo...

" queso de cabra, paté o turrones exóticos (de praliné, por ejemplo)"

Ya, pero lo que tienen es peladillas y una lata de melocotón en almíbar.

me apunto al vale de Mallorca

Angela dijo...

Yo tengo un precio faliforme y me lo dieron en un festival de cortos dirigidos por mujeres. Inconsciente traidor.
En otro me dieron mantecados, pero otra directora se los quedó. Y la de árboles que matan en nombre de la cultura con los quinientos kilos de folletos autóctonos no tiene nombre...

Angela dijo...

quería decir un premio. Mi precio no sé si es faliforme o no, a priori parece una idea algo complicada.

Esti dijo...

Loque, te juro que aquella caja tenía queso de cabra, ¡y lomo embuchado!
Ángela, los folletos que te dan varias veces, los programas de más de 80 páginas y los premios con forma fálica son grandes clásicos festivaleros. Ahora, lo de que les traicione el inconsciente... si uno está inconsciente como que no le puede traicionar nada, ¿no?

Angela dijo...

A mí qué cosas me preguntas, que solo soy una chica, no tengo falo.