viernes, 20 de junio de 2008

Ciencia ficción

Imagina que vives en un pueblo.

En concreto, un pueblo alemán, de la cuenca del Rin, con sus casas bajas, su paisaje verde y su estilo horterilla de película de Sissí Emperatriz.

Pero un pueblo, a fin de cuentas, donde nunca pasa nada hasta que un día oyes follón en la calle: policía, bomberos, ruido de tumulto, y dices: uy, a ver si hoy sí que ha pasado algo... Y te encuentras con esto:

¿Qué es esto? ¿el rodaje de "Independence Day 2"? ¿Uno de esos anuncios espectaculares de Coca-cola o de Sony Bravia? ¿Un fotomontaje?

No. Es real.
La cosa metálica gigante es, en concreto, un espectómetro. Pieza necesaria para la construcción de un detector de neutrinos. ¿Cómoooo? ¿Lo qué? ¡Si yo soy de letras puras y no doy ciencias desde el instituto! Digamos resumiendo y a lo bruto, que el neutrino es una partícula tan pequeña pero tan tan pequeña que su presencia sólo se ha intuido tras hacer montones de fórmulas matemáticas. Es incluso más pequeña que las partículas que componen un átomo.

Uy, un átomo ¿Y eso qué era? Gracias al sistema educativo, a profesores hartos del trato diario con adolescentes y a clases soporíferas, nos han logrado convencer de que la ciencia es un auténtico coñazo. Pero no es verdad.

Un átomo es la partícula más pequeña de un elemento químico que mantiene las propiedades de ese elemento. Todo lo que nos rodea está compuesto de elementos químicos y por tanto, todo lo que nos rodea está compuesto de átomos que, a su vez, se componen de neutrones, protones y electrones. Si nos retrotraemos a las clases de física y química del insti recordaremos que el neutrón no tenía carga eléctrica pero los protones sí: carga positiva, y los electrones negativa. Pero lo más interesante de todo eso, qué curioso, no lo contaron en clase.
Los átomos son, ante todo, y a su escala, espacio vacío. Vamos, que hay mucho hueco entre los electrones y el núcleo del átomo, que es donde están los protones y los neutrones. Por tanto, cuando dos objetos chocan en el mundo real (a nuestra escala, no a la de los átomos) en realidad no están chocando, sino que se están repeliendo gracias a las cargas eléctricas. Si no fuese por ellas seríamos perfectamente capaces de atravesar las cosas, igualito que Patrick Swayze en "Ghost". Cuando te sientas en una silla no estás verdaderamente sentado allí, sino levitando, pero a una escala tan mínima y tan imperceptible para nosotros que tenemos la sensación física de estar sentados sobre la silla.

En definitiva, y en contradicción con todo lo que nos enseña el bachillerato, la ciencia es algo fascinante, cercano a la ciencia ficción. Que nos descubre que realmente existen otros mundos en este mundo, sólo que a escalas distintas a la nuestra. Si os ha picado la curiosidad y queréis saber más, corred a comprar "Una breve historia de casi todo", fantástico libro del periodista Bill Bryson.

Bryson, además de pinta de enano de jardín, tiene un cerebro privilegiado. En su libro explica, siempre de forma amena, las bases de la física, la química, la geología, la astronomía. Sin errores, con palabras sencillas y hasta con humor, porque los científicos que protagonizan los grandes hitos de la ciencia solían ser auténticos frikis.
¿Es descabellado pensar que si se pudieran manipular los protones y electrones podríamos ser capaces de atravesar las cosas? ¿Algún laboratorio del mundo lo está intentando? No lo sé. Pero lo que sí sé es que se está investigando para viajar en el tiempo. Con los aceleradores de partículas se pretende crear agujeros de gusano, algo así como un atajo entre espacio y tiempo, con la forma de un agujero negro con entrada y salida. Según la teoría de la relatividad de Einstein es posible hacerlo. Y con este fin último, crear un agujero de gusano, los científicos tienen que construir montones de aparatejos que parecen sacados de un capítulo de Battlestar Galactica como el sincrotón superprotónico, la cámara de reacción electrón-positrón o el espectómetro de 200 toneladas que atravesó el pueblo alemán.
¿Cómo? ¿Que os habéis perdido? Bueno, yo tampoco tengo ni idea de en qué consiste eso del "acelerador de partículas" ni porqué acelerándolas va a salir un agujero de gusano. Pero seguro que Bill Bryson sí lo sabe. Comprad su libro, de verdad que merece la pena.

6 comentarios:

El Autor dijo...

A mi sólo me ha quedado clara una cosa. Entre este tío y el tal Kurt Vonnegut... está claro que tu criterio de lectura es "Quiero libros escritos por gnomos de Jardín"

Anónimo dijo...

Al pueblo ese alemán les avisarían de lo que llegaba, ¿no? Porque si al pueblo de mi abuelo llega un cacharro así de grande aquello acabaría como "la guerra de los mundos", con todos pensando que llegan los extraterrestres.

Anónimo dijo...

Lo triste es pensar que cuando descubran cómo viajar en el tiempo, algún gilipollas allí delante lo usará para llevar a una tipa idiota a decir que uses un detergente... ¡cuando ya te has manchado!

Eso es lo que pasará.
Eso.

Me ha tentado mucho el libro ese, eh. Mucho mucho!

Esti dijo...

Dani, seguro que si hubiera dicho que Bryson se parece a un enano de "el señor de los anillos" ya lo verías con otros ojos.
Anónimo, a los bomberos los avisaron seguro, porque salen en la foto. Pero, ¿no sería mucho más divertido que apareciera así de buenas a primeras? Por ver qué pasa...
Gal, lo mismo la gente del futuro es muy maniática con el tema de las manchas, lo mismo la tercera guerra mundial la origina un germen o algo así. Lo que no entiendo es porqué se visten tan mal y con pelucas azules de baratillo.

Anónimo dijo...

Y que ya podría haber aparecido antes de mancharse, puestos a viajar en el tiempo. Que ya es mala leche.

Anónimo dijo...

Si la cosa gigante y metálica fuera un apartamento postmoderno de algún hortera venido a más, me leeria el libro. Pero si dices que es un espectonoseqúe que detecta neutrinosecuantos... paso. Que seguro que el libro es de pensar y ni siquiera lleva dibujitos.